Este es un espacio de periodismo de análisis y opinión, desarrollado por Hernán Narbona Véliz, Poeta y Escritor chileno. Administrador Público, Licenciado en Relaciones Internacionales, Columnista de diversos medios, miembro de Periodistas Frente a la Corrupción.
martes, diciembre 09, 2025
El Neoliberalismo de Hayek según Contreras Páez
José Vizner, crisis mediática, entran los creadores de contenidos.
domingo, noviembre 23, 2025
¿Qué nos pasó, Chile?
sábado, noviembre 01, 2025
NO SOMOS ENEMIGOS - Una columna del 2019 - 6 años atrás.
No somos
enemigos
En la guerra que
inventaron, en septiembre de 1973, las fuerzas golpistas decretaron el Estado
de Guerra Interna, mediante el Decreto Ley N°5 de 12.09.1973. Con esa medida,
se implantó la obediencia férrea y vertical a las órdenes superiores, so pena
de fusilamiento; además, se estableció una situación de riesgo que se tradujo
en sobresueldos a los uniformados. Esta situación duró hasta 1978. Desde el 4
de septiembre de 1970, EEUU había instruido impedir la asunción de Salvador
Allende a la Presidencia de Chile. Desde ese minuto se inició el complot y hubo
aliados locales que la Memoria tiene muy presentes, porque constituyen un
sector de civiles que, habiéndose beneficiado y colaborado con el régimen
militar, nunca han reconocido su participación y responsabilidad en dicho golpe
de estado.
Esa conspiración,
según lo que ha revelado el propio gobierno norteamericano en el Pinochet
File, había fracturado el principio de
no deliberación que debían respetar las fuerzas armadas, subordinadas al poder
civil. Mártires de la doctrina militar de respeto a la Constitución y las
leyes, fueron el General René Schneider, el General Carlos Prats, el Edecán
Arturo Araya Peeters, el conscripto Miguel Nash.
Las Fuerzas
Armadas, haciendo suya la doctrina de Seguridad Nacional insuflada en la
Escuela de las Américas en el marco de la guerra fría, siguieron las órdenes
transmitidas por Nixon y Kissinger, irrespetaron la Constitución de 1925 que
habían jurado respetar.
La ultra derecha,
con su cara visible en el Movimiento Patria y Libertad, la derecha
parlamentaria aglutinada en el Partido Nacional más el sector conservador de la
DC, recibieron recursos de la CIA para desestabilizar el gobierno de la Unidad
Popular. El gobierno popular postulaba un camino institucional y democrático al
socialismo, el mismo que se vio trabado, desde su triunfo electoral. El 25 de
octubre de 1970, la ultraderecha atentó y asesinó al Comandante en Jefe del
Ejército, General René Schneider, frente a lo cual la Democracia Cristiana
apoyó el nombramiento de Allende, pero le exigió la suscripción del Pacto de
Garantías Democráticas denominado Estatuto de Garantías Constitucionales.
Posteriormente, se vivió una vorágine, en la cual cada intento de acercamiento
de la Unidad Popular al sector progresista de la DC, se vio frenada por algún
crimen político. El del Ministro Edmundo Pérez Zujovic, ocurrido en junio de
1971, dejó a la derecha freista sin el contrapeso del sector progresista, que
intentaba un acuerdo con el gobierno de Allende y que impulsaban Radomiro
Tómic, Bernardo Leighton y el propio Edmundo Pérez Zujovic. El sector de
derecha, encabezado por Eduardo Frei Montalva primó en el PDC y los personajes
que se sumaron al complot, según información de los archivos desclasificados de
la CIA, fueron, entre otros, Andrés Zaldívar, Juan de Dios Carmona, Juan
Hamilton, José Piñera Carvallo y Patricio Aylwin Azócar
Al interior del
gobierno popular, que enfrentaba el boicot de la oposición, se sumaban el
desabastecimiento, el paro de los camioneros, la violencia creciente en las
calles y una indisciplina pertinaz de sectores del Partido Socialista y del
MAPU Garretón, que sobrepasaban los lineamientos presidenciales y con sus
acciones en poco ayudaban a frenar la espiral de violencia. La ultraderecha
tocó cacerolas, tiró trigo a los cuarteles para que las FFAA dieran el golpe.
La Unidad Popular en las elecciones municipales de 1972 superó el 52% de
adhesión, en septiembre Allende llamaría a un plebiscito para distensionar la
caldera, pero frente a ello, se apresuró el golpe. Desde el 11 de septiembre de
1973, se impuso la Doctrina de Seguridad Nacional y los militares representados
en la Junta de Gobierno, proclamaron el Estado de Guerra Interna a partir de lo
cual se justificaron todas las atrocidades que afligieron al pueblo chileno,
marcando además la preponderancia de lo castrense por sobre la civilidad,
adjudicando, de ahí en más, a los militares privilegios que los convirtieron en
instrumento para un plan externo generado en el EEUU.
Fue así como las
Fuerzas Armadas tomaron el poder en 1973 y, sin tener un plan nacionalista en
lo económico, adoptaron el que les ofreció Jorge Cahuas y su equipo, formados
en la Escuela de Chicago, discípulos de Milton Friedman, convirtiéndose los
militares, a partir de allí, en custodios de un modelo neoliberal impuesto a
sangre y fuego y auxiliado cada vez que se requirió, por recursos públicos.
Se vendió al
mundo el exitismo de un modelo generador de riqueza, se pregonó el fin de la
historia, pero lo real es que el neoliberalismo no generó nuevas empresas, sino
sólo traspasó a manos privadas el patrimonio público generado a partir de los
años 40, a través de CORFO, en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda. La falacia
de que el mercado libre es el generador de crecimiento y que el chorreo
transmitiría los beneficios al resto de la población, se comprobó en la crisis
de 1982, cuando se alcanzó un 30% de desempleo reconocido. Esa crisis fue el
profundo fracaso del modelo, pues, luego de 5 años de libertinaje financiero,
se produjeron históricos fraudes crediticios, que se implementaban a través de
empresas de papel, con préstamos auto otorgados, sin respaldo, lo que llevó a
la quiebra de toda la economía. El salvavidas del modelo y del régimen militar
en medio de protestas, vino desde el Estado, que desde 1983 en adelante,
aplicando pragmatismo keynesiano, compró a la banca quebrada toda su deuda, inyectándole
5 mil millones de dólares, en lo que se llamó la deuda subordinada. Se impuso a
la gente el sistema de las AFP, excepto para las FFAA; se dictó la ley de
concesión plena para impedir las nacionalizaciones de compañías mineras y se
crearon subsidios para las exportaciones no tradicionales. Luego, en los
ochenta vino el saqueo de lo público y todas las empresas de servicios que eran
del Estado, telefónica, eléctricas, puertos, salitre y yodo, transporte,
metalurgia, fueron intervenidas y traspasadas a precios viles a los
“interventores”. En ese período quienes criticábamos el modelo éramos
denostados como los gasfíteres. Después de la lucha de los 80 por la
recuperación democrática, la civilidad en los 90, sufrió la gran estafa
histórica de parte de las élites que llegaron para negociar la transición a la
democracia.
En un inteligente
repliegue estratégico, plebiscito de 1988 mediante, las Fuerzas Armadas
aseguraron que se mantuviera incólume el modelo económico, logrando instalar
como contraparte una social democracia chilensis, pragmática y obsecuente, que
se entregó a tales objetivos, lo que significó excluir y marginar del proceso a
líderes genuinos de la civilidad de los 80 y todos los equipos profesionales
críticos, los que fueron sacados del escenario político, mientras se negociaba
con secretismo una transición amañada y gatopardista, que fue corrompiendo a la
clase política, dividiendo para reinar.
En 1981, cuando
se había implantado el sistema previsional de capitalización individual, las
fuerzas de la Defensa Nacional habían sido excluidas y mantuvieron su mismo
sistema de reparto. En la transición, el ruido de sables por la investigación
de los pinocheques justificó la desmovilización social y la profundización de
un modelo basado en el consumo, en el individualismo y la competencia, alejando
cualquier figura asociativa que sonara a colectivo o comunismo. La máxima
obsecuencia se apreció cuando líderes socialistas y demócrata cristianos
corrieron a Londres a defender al ex dictador y Senador designado, Augusto
Pinochet.
La profundización
del modelo, a cargo de gobiernos de la Concertación significó abrir la minería
a multinacionales que pudieron a partir de allí, exportar concentrados y
tributar sobre renta efectiva, lo que ha significado un constante saqueo de
valiosos recursos naturales, facturaciones subvaloradas y una tributación
tendiente a cero; en el primer gobierno de la Concertación, se entregó a SQM y
Rockwood el litio del Salar de Atacama; en los gobiernos sucesivos, Frei,
Lagos, Bachelet, se estableció un oscuro sistema de concesiones de puertos,
carreteras, sanitarias, que significó suscribir contratos leoninos para el país
y la ciudadanía, con sobreprecios convenidos y que cínicamente llamaban
sobresueldos necesarios, mientras se hacía gárgaras con la transparencia y con el correcto
funcionamiento de las instituciones. Hitos de esta decadencia quedaron
reflejados en los procesos de MOP GATE y MOP CIADE, en los escándalos de
Inverlink, de la ley de Pesca que se
dictó literalmente desde las empresas a parlamentarios cohechados. Después se
conoció del financiamiento ilegal de la política, en los casos Penta y SQM, las
colusiones de papel tissú, de los pollos, de las farmacias, teniendo como
sanción, clases de ética; la aprobación de termoeléctricas a petcoke y sus
zonas de sacrificio; Codelco pactando con los
de MinMetals el uso de paraísos fiscales para reducir los retornos
reales; el crédito universitario CAE traspasado a la banca a intereses de
usura; la malversación de fondos públicos en el Ejército y en Carabineros, que
ha involucrado a altos mandos en una corrupción estructural; todo un extenso
prontuario de las instituciones, con una clase política que recibe
remuneraciones y asignaciones que son las más elevadas dentro de la OCDE y que,
adicionalmente, recibe dineros ilegales de las empresas; tráfico de
influencias, prevaricación en la Justicia; grupos empresariales coludidos con
los políticos para enviar a la vía muerta los delitos tributarios, manipulando
al SII o a la Fiscalía para dejar en la vía muerta los episodios de aportes
ilegales, cohecho y facturas ideológicamente falsas; todo lo reseñado y mucho
más, circulando dentro de la alta cocina y la burbuja de la élite, todos con
tejado de vidrio y en un empate continuo que ha sido percibido por décadas por
la opinión pública, que los ubica como los peor evaluados.
Súmese a lo
descrito el deterioro moral que se ha vivido de decadencia y corrupción moral
en las Iglesias Católica y Evangélica, lo que ha llevado en Chile a un
descontento transversal y un sentido de decadencia ética en toda la sociedad
chilena, que produce un efecto cultural de alto riesgo, como lo es percibir que
“si tanto roban los de arriba, que roben los de abajo no es ni pecado venial”.
La corrupción transversal provoca situaciones de repudio visceral, de
impotencia y desprotección, donde no hay en quién confiar.
Revisar lo que
nos ha pasado como nación y entender el estado de ánimo que ha culminado en el
reventón social en que estamos inmersos, es útil para avizorar salidas
posibles.
El mito de
izquierdas y derechas ha sido demolido por la corrupción transversal que los ha
caracterizado. En el actual gobierno, la opción de reprimir y sembrar miedo no
ha sido eficaz, porque la sociedad ha tocado fondo y en esa situación extrema
el agobio y la ira elimina los límites de la seguridad personal. Una sociedad
agredida a diario sale a romper el sistema, los más sensatos proponen canales,
cabildos abiertos, asambleas, proyectos de una nueva constitución. Pero también
están en la calle los más castigados por este orden social, esos que viven el
presentismo, desertores de la escuela a edad temprana, producto de familias
fallidas, “ninis”, jóvenes que ni estudian ni trabajan, muchos reclutados por
el microtráfico, sometidos a un Estado paralelo que rige con sus leyes y ritos
propios la marginalidad. Jóvenes sin expectativas de nada, que se desahogan
aprovechando las oportunidades para dañar lo que aparece como símbolo del
sistema. Los jóvenes conscientes de las causas profundas de su situación actual
y la de su padres, son la reserva cívica de Chile; pero esos otros, vulnerables
social y emocionalmente, deben ser acogidos con una actitud adecuada,
entendiendo con empatía que su violencia es respuesta retardada a años de
maltrato social, porque ser pobres en una sociedad de consumo llena de
vidrieras de lujo, es más terrible que serlo en la pobreza digna, obrera y
solidaria de 50 años atrás.
Cuando observo la
realidad social de esos jóvenes marginados, me recuerda la rebelión contra el
automóvil en la cintura de París, en poblaciones marginales que explotan en una
ira contra el sistema incendiando miles de automóviles, que ese sector ve como
identitario del sistema al cual no pertenecen porque no los dejan pertenecer.
Como consecuencia
del desgobierno que se ha dado en Chile en las últimas dos semanas, se cayeron
las reuniones internacionales de APEC y COP25.
Respecto a esta
última, existía la esperanza de medidas que dieran señales de compromiso
oficial frente a lo ambiental. Se hablaba de cerrar la Refinería de
Codelco-Ventanas, de eliminar termoeléctricas a carbón, de cerrar la mina
invierno en Punta Arenas, de cambiar el Código de Aguas para devolver su
propiedad al Estado y poner fin a la especulación; atacar con energía jurídica
el robo de agua por parte de empresas agropecuarias en desmedro de las
comunidades rurales, como las de La Ligua y Petorca. Por lo tanto, que el foco
ambiental se vaya de Chile, nos somete a una mayor probabilidad de que el abuso
en lo ambiental y la codicia sigan imperando.
Como corolario de
esta crónica, puedo señalar que, con similar energía y sueños de justicia
social que me movían 50 años atrás, cuando como joven profesional participé en
el proceso de los mil días en Chile y escribía desde esa tribuna crónicas
encendidas de utopías, así he vivido también estas dos semanas de movilización
social, aportando la palabra y la fe, desde el modesto espacio de la generación
del 70 a la que pertenezco, para apoyar a los valientes jóvenes que abrieron
estos espacios de esperanza, para poner fin a tanto cinismo político, abuso y
violencia represiva. Del mismo modo, he llamado a aislar la acción de vándalos
que termina siendo funcional a la represión que ha sufrido la legítima protesta
social, a la que desde el poder se ha pretendido criminalizar.
En los cabildos y
asambleas, en las redes sociales, en los sindicatos y gremios, en las juntas
vecinales, “todos somos todos”, reencontrándonos de nuevo como en los ochenta,
por el término de tanto abuso, por la construcción colectiva de una nueva
Constitución que abra caminos a la paz social, a la equidad en la distribución
del ingreso, al desarrollo de las personas con igualdad de oportunidades.
Desde mi
profesión, desde las Ciencias Políticas, puedo decir que la expectativa que
tenemos los chilenos es recuperar un Estado que se haga cargo de sus
obligaciones, que asegure los derechos básicos de la población, que ejerza su
autoridad para fiscalizar y sancionar a los que evaden y erradicar la
corrupción dentro de sus funcionarios. Una sociedad de pie, fiscalizando a las instituciones y auditando el gasto
público, en comunas, regiones y a nivel central. Políticos que trabajen en sus
cargos, a condición de hacerlo bien y rendir cuentas, pudiendo ser removidos
cuando incumplan. Políticos que sean reales servidores públicos, con una
remuneración acorde con su cargo, regida por la Escala Única de Sueldos del
Sector Público. Políticos con pertenencia a Partidos Políticos que defiendan
ideas y no sean verdaderas agencias de empleo o sociedades anónimas. Y que
puedan ser candidatos al Parlamento los dirigentes sociales, llámese
sindicalistas, dirigentes gremiales, ambientales, educadores, terminando con el
nefasto monopolio que esos Partidos acordaron para preservar sus privilegios.
En Chile No
Estamos en Guerra. Aunque insistan la oligarquía, la plutocracia y sus
pretorianos en considerarnos sus enemigos. El único enemigo al que atacaremos
siempre será la Corrupción, venga de donde venga.
01 Noviembre
2019
Una mirada libre a nuestro entorno
domingo, octubre 12, 2025
12 de Octubre ¿la reconquista española?
12 de Octubre
¿la reconquista española?
Cuando se celebra el día de la Hispanidad, los enfoques fundamentalistas se cruzan. Está la historia oficial, que rinde homenaje a la conquista española que “nos descubrió” y “trajo sus avances culturales”; y la visión indigenista que repudia esa invasión depredadora de las culturas precolombinas. En ambos enfoques hay cargas de ideologización que dejan la discusión entrampada y en esta crónica repasaremos la relación de España con América, en esta relación de 6 siglos, de amores y odios.
Desde la óptica de las relaciones internacionales, el imperio español, que competía con el lusitano en la ocupación de América, llega a nuestras tierras aliado al poder de una Iglesia Católica rectora del poder terrenal. Los soldados fueron reclutados de las cárceles para el osado emprendimiento de encontrar una ruta hacia “las Indias”, ese lugar mágico desde donde llegaban las caravanas trayendo las novedades de una civilización de sedas y perfumes. Los primeros conquistadores lo hicieron movidos por la codicia del oro y la plata y como aspirantes a la nobleza. En su empresa vinieron acompañados del clero que ponía la legitimidad papal a la aventura.
Del lado americano, los pueblos originarios tenían sus propios imperios y sus propios esclavos, con una cosmogonía que les hizo confundir a los sudados españoles de armadura y cabalgadura, con visitantes estelares. La historia de la colonización nos ha dejado lecturas de ese avance español, fundador de pueblos, pero no exento de crueldad y dominación, con amancebamiento de los solitarios viajeros con las indias que iban encontrando, lo que dio el mestizaje que nos caracteriza como pueblos de los territorios invadidos. La encomienda era el envoltorio clerical para una forma de esclavitud hipócrita, diferente al tráfico de esclavos puro y simple que implantaba el conquistador inglés, a quien no interesaba poblar ni evangelizar sino ir directamente al lucro, proveniente de enclaves marítimos, de un fuerte poder naval sustentado en la patente de corso y el asalto metódico a los galeones españoles que ya iban cargados de riquezas para la corona. Como se explicaría hoy, los ingleses le hacían una “mexicana” a los españoles y quizás seguían el adagio de quien le roba a un ladrón tiene cien años de perdón.
Así transcurrió la colonia española, con la implantación del Santo Oficio de la Inquisición, la expulsión de los jesuitas que siempre fueron los rebeldes ilustrados dentro de la Iglesia; la lucha religiosa contra los judíos y moros; la defensa del absolutismo. Hasta que la historia dio su vuelco y la burguesía emergente, gracias a la inflación española, derivada de los costos de la curia , de la nobleza y de las cruzadas, llevaron a los reyes absolutos al default y otro gallo cantó también en las Américas y nos independizamos, hace de esto 200 años.
Sin embargo, en la vorágine de la globalización, a fines del segundo milenio, de una nueva alianza entre políticos socialistas y grupos corporativos en proceso de internacionalización, España retomó posiciones en la región latinoamericana, logrando liderar posiciones en la banca, en las concesiones de carreteras, en el área de servicios de comunicaciones. Con leoninos contratos, fruto de una red de influencias con los gobiernos democráticos, los intereses españoles recompusieron su conquista Siglo XXI, convirtiéndose en miembros del exclusivo grupo de actores hegemónicos en la economía y la política.
En el día de la Hispanidad, junto a Neruda, cabe reivindicar la lengua castellana que nos dejaron los conquistadores hace 500 años, pero también lamentar, una vez más, el haber sido encandilados por oropeles y ser actuales víctimas de una neo-colonización, producto de relaciones de poder supra ideológicas, donde conspicuos ex revolucionarios, aggiornados después de la caída de los muros, han vuelto de Europa y de su exilio, para convertirse en desenfadados lobbistas que pavimentaron el camino de la nueva conquista de las multinacionales españolas. Así como a los indígenas les cambiaban espejuelos por oro y plata, así también estos neo-imperialistas han vendido a la gente su discurso progresista para mantener sus parcelas de poder y reciclarse con descaro desde las elites políticas a las cúpulas corporativas de sus nuevos patrones y viceversa.
Toda una cuestión de vivencias paralelas, donde la frustración ciudadana une los hemisferios en un reclamo común. Para estar el día de la Hispanidad junto a los indignaos de la Puerta de Alcalá, reclamando por el cambio de esas élites codiciosas que han circulado por nuestras sociedades, durante toda la historia, aferradas al poder.
Hernán Narbona Véliz. Periodismo
Independiente, 12 de octubre de 2011.
Una mirada libre a nuestro entorno
sábado, octubre 11, 2025
El derecho a preservar el patrimonio intangible
El derecho a preservar el
patrimonio intangible
Las ciudades, los
barrios, los pueblos, no son sus calles, sus construcciones, sino las personas,
la comunidad que vive en ellas, las familias que van generando un paisaje
humano, donde los vecinos se reconocen, se entrelazan, comparten en un
colectivo sus escuelas, sus juntas vecinales, sus clubes deportivos, los
afectos de la buena vecindad. Los niños se amistan, crecen en redes de apoyo
naturales, hay cuidado de los mayores, colaboración y buen trato. Es el barrio,
en su esencia, sus aromas, sus dramones, sus chismes, sus chistes, sus
anécdotas, sus funerales y sus llantos.
La humanidad se
construye de manera gregaria, sirviendo, ayudando, siendo gentiles, saludando,
sonriendo, en definitiva, como seres interdependientes que compartimos una
ciudad y tenemos derecho a preservarla, a cuidar sus rincones, porque son parte
de todos, porque son pinceladas de miles de destinos que forman un mosaico
imaginario, todos como parte de los otros, de ese hombre o mujer, niños o
ancianos, que transitan, viven o simplemente visitan nuestro gran hogar.
Si hablásemos de
poder, tendríamos que precisar que la gente es soberana de su tierra,
protagonista de su espacio, propietaria natural de todos los lugares comunes,
las calles, las arboledas, las veredas, las mascotas, la vista al mar. Como
soberanos nos damos un gobierno comunal, elegimos Alcalde y Concejales. Ellos
son mandatados por esta vecindad y se deben a ella. Si esos representantes
traicionan su mandato y, en vez de defender a su pueblo, se venden a intereses privados,
que vienen a pisotear nuestra comunidad en función de su codicia, debemos
expulsarlos del municipio para siempre, por ser depredadores de la confianza y
la ética pública. Si funcionarios de un municipio aceptaron coimas para
favorecer intereses particulares que van en contra del bien común, deben ser
sumariados y sancionados por sus graves faltas. Si un Alcalde ciudadano no
aplica todo el peso de la normativa en defensa de la ciudad, faltaría a su
deber funcionario.
Hacer ver a las
empresas constructoras que la ciudad es algo vivo, con espíritu y esencia
cultural, es decirles: adáptense a lo que queremos que se construya, rompan sus
modelos de negocios invasivos y demoledores de la integridad urbanística de la
ciudad y diseñen la vivienda que se adapte y sea armónica con la arcada. Como
Municipio se puede favorecer la generación de proyectos cooperativos, que se
integren a un Plan Maestro de largo plazo, elaborado con presencia de los
ciudadanos, las universidades que quieran aportar con rigurosidad, los colegios
profesionales, las Juntas Vecinales empoderadas. Puede haber una sintonía fina
entre lo que la ciudad define y los agentes inmobiliarios y ello pasa por
equilibrar la negociación, con transparencia, coordinación leal al interior del
Estado, con racionalidad y recursos que permitan llevar adelante las obras de
infraestructura, reconstrucción y mejoramiento que la ciudad necesita.
Valparaíso se
incendió dos veces. Se propuso un cambio de fondo, pero el modelo mantuvo todo
amarrado. Cambiar esto, parte por el diálogo entre vecinos, en cabildos que
sean movilizadores y no montajes mediáticos. El modelo implantó las recetas
tradicionales, subsidios que llenan los bolsillos de las inmobiliarias y cero
atención a la demanda del colectivo, con el resultado de una cruel imposición
de adefesios, torres inviables, que se venden como segunda vivienda a personas
que nunca han vivido en Valparaíso, sin respetar las genuinas aspiraciones de
los porteños a viviendas a escala humana, donde se tenga agua, alcantarillado y
luz, donde los vecinos recuperen su tejido social y su soberanía patrimonial,
como dueños querendones de esta ciudad maravillosa.
Hernán
Narbona Véliz, Periodismo Independiente, 06 de octubre 2017.
jueves, octubre 09, 2025
10 de octubre 2019 Una columna premonitoria
miércoles, octubre 08, 2025
CHILENO RECIBE HOY PREMIO HUMANITARIO GLOBAL DE ORGANIZACIÓN "UN MUNDO, UNA FAMILIA"
domingo, septiembre 28, 2025
Reflexiones sobre Integración Regional
Reflexiones
sobre Integración Regional
Me plantea un
amigo, Ricardo Benítez Latorre, que haga
un diagnóstico de la situación del proceso de integración con Argentina lo que
me lleva a un área en la que he trabajado casi toda mi vida profesional, ya que
residí en Buenos Aires por 8 años, después, en los 80, dirigí el proyecto del
Consejo Académico de Integración en el eje Valparaíso- Mendoza (partió en la
UCV, Escuela de Ingeniería de Transporte, con una serie de acciones de
cooperación de gran importancia política en la recuperación democrática).
Después trabajé con las Cámaras de Mendoza, Córdoba, Rosario, Buenos Aires,
como consultor de CICOM-OEA, Centro Interamericano de Comercialización,
desarrollando muchos programas de cooperación. Después, el 2002, cuando me
reintegré al Servicio Nacional de Aduanas, estuve 7 años como Administrador de Aduanas en Chañaral, cubriendo toda la región de Atacama, donde nos conocimos, impulsando el Comité de
ATACALAR en materias de Integración
Física, a cargo de los pasos fronterizos de San Francisco y Pircas Negras, con
actividades de colaboración con las Gobernaciones de Córdoba, Tucumán Santiago
del Estero, La Rioja y Catamarca. Además, en el eje de Antofagasta con Salta y
Jujuy, trabajamos en Zicosur, en los corredores bioceánicos del eje
Capricornio, entre Brasil y Chile. Puedo decir que soy un Senior en materias de
integración, más que por una sentida
convicción intelectual, por acciones y vivencias profundas en las que he
tenido la suerte de participar.
Respecto a
cuáles han sido los altibajos de este período, puedo señalar lo siguiente:
1. Durante los años 80, luego de firmado el
Acuerdo de Paz y Amistad Perpetua de 1985, se generó un gran acercamiento a
nivel de sociedad civil con la Argentina, donde la experiencia cívica
trasandina era un modelo, y eran un aliado natural por haber recuperado la
democracia después de las Malvinas. Por ello creamos puentes
político-culturales para pensar en cooperación bilateral. El Consejo Académico
de Integración que creé en la UCV con las Universidades de Valparaíso y Cuyo,
constituyó un puente para impulsar la integración física, económica, comercial
y académica. Este proyecto llegó a los 90 y allí al regularizarse la
institucionalidad democrática, el eje Cuyo Valparaíso perdió fuerzas y lo
absorbió el eje central, Buenos Aires-Santiago, con una dinámica oficial entre
países que ya habían recuperado la democracia representativa y donde la
sociedad civil perdía protagonismo.
2. En los 90 la inserción internacional de Chile
hacia los mercados mayores, vía apertura unilateral de su comercio exterior y
negociación de TLC o Acuerdos de Asociación Política, fueron la prioridad de
RREE y la integración regional bajó en prioridad. Sin embargo, Mercosur siempre
ha sido un socio estratégico pues representaba más del 20% de las exportaciones
chilenas. En el período la DIFROL organizó los Comités de Integración y se fue
avanzando gradualmente en la cooperación fronteriza, en la definición de obras
públicas estratégicas, complejos integrados, proyectos de envergadura para
vertebrar la conectividad, con pasos como Jama, San Francisco,
Horcones-Libertadores, Cardenal Samoré en Osorno. Chile ofreció siempre una
economía abierta a la cual podían ingresar los argentinos para radicar sus
negocios sin barreras, pero, mi apreciación es que del lado trasandino no se
apreció bien esta oportunidad, salvo a nivel de grandes empresas o de
multinacionales. Cabe destacar las inversiones chilenas en el retail argentino
y el Acuerdo Minero Binacional que favoreció a empresas extranjeras con un
marco excepcional a lo largo de la frontera entre ambos países. Sin embargo, a
nivel de empresas medias no se ha producido un tejido de intereses que haya
caminado hacia la complementación industrial, quizá por el sesgo exportador
extractivo en que se ha movido la economía chilena y la pérdida de
competitividad de la industria frente al fenómeno manufacturero de China, que
ha inundado los mercados con precios imposibles para nuestras economías de
escala. En este sentido, sin un marco protector, ni en Chile ni en Argentina,
los sectores medios no estuvieron en condiciones de levantar proyectos sólidos
de complementación industrial, que era a lo que se aspiraba en los 80.
3. Los cambios políticos internos inciden
demasiado en la suerte de los procesos de integración regional. El federalismo
de Argentina está cruzado con escenarios políticos internos variables, con
mucho caudillismo y luchas internas, que impactan con cambios en los
interlocutores y falta de continuidad en la ejecución de programas, o falta de
financiamiento para obras con compromisos heredados de otras administraciones.
Esto desgasta la relación a nivel de Comités y la solución sería que lo medular
de la cooperación a nivel de Comités funcionase por dinámica privada y no
pública, toda vez que a nivel de cámaras hay continuidad, no así en los planos
públicos. Del lado nuestro, el Ministerio de RREE se ha abocado a la
negociación de múltiples acuerdos de apertura comercial, manteniendo a nivel
rutinario las relaciones con los vecinos inmediatos, sin grandes proyectos que
hayan alcanzado u nivel importante de ejecución. Hay compromisos que se
dilatan, como el corredor por San Francisco, el túnel por Aguas Negras en
Coquimbo, el túnel a media altura Juncal-Las Leñas en Los Libertadores. Quizás,
ahora, en medio de la crisis global , pueda cobrar nuevamente prioridad la obra
pública regional, con su impacto reactivador, pero hasta aquí es sólo una
expresión de deseo.
4. El desafío de la integración regional ha
incorporado otros tips y uno de ellos es el de la matriz energética integrada,
donde ya se habla de compensación, de redes integradas, de comercio de energía
o gas en marcos regionales. Otra área de colaboración es el área de defensa
nacional. Pienso que ha faltado decisión estratégica de los Estados para dar
conducción a la Integración física, en orden a gestionar obras de
infraestructura que se consensuen como estratégicas para ambos países y que
dichas decisiones no se distorsionen por demandas regionales coyunturales y
relacionadas al momento político interno en ambos países. En este plano, los
privados sólo pueden esperar o tratar de influir, pero son ámbito estratégico
público y para ello debe haber voluntad política y compromiso con la
Integración Regional. Hay herramientas vigentes para comerciar con uso de
compensación (Acuerdo de Créditos Recíprocos de ALADI) las cuales pueden ser
rescatables si la crisis global mengua los retornos por exportaciones en nuestros
países.
Son los puntos
que puedo resumir en esta rápida reflexión a la que me has motivado gentilmente, lo cual se agradece. Y espero te sirva para el diálogo con los hermanos de
Córdoba. Puedo referirte, adicionalmente, que soy Asesor Académico y estoy
reconocido como Especialista en el MBA DE Comercio Internacional de la
Universidad Nacional de Córdoba, donde he dictado la cátedra Dirección de
Negocios Internacionales. Es un vínculo académico que aprecio mucho y por ello
lo destaco.
Valparaíso, 12 de marzo de 2021.
Experiencias de asociatividad, alternativas de equidad
Experiencias de
asociatividad, alternativas de equidad
Escribo este
reportaje para conversar de la experiencia vivida en el plano de la cooperación
internacional, la cual puede ser importante de conocer por las nuevas
generaciones de profesionales. Se busca superar el agobio que causa una realidad
de capitalismo salvaje y demostrar que otro modelo es factible. Que la
alternativa de una economía a escala humana, sustentable, no sólo es una
urgencia de sobrevivencia frente la concepción depredadora, cortoplacista, que
inspira los proyectos en la óptica neoliberal, sino que, además, es posible si
se articulan voluntades y compromisos, con lealtad y sueños.
Como autor
especializado en Comercio Internacional y Negociaciones Internacionales y como
un aporte a esta compilación de #LaMemoria, me remonto a la experiencia
desarrollada como consultor en proyectos relevantes que Chile debe preservar. Hay aristas poco
comentadas, quizá por el ámbito técnico jurídico que implica su abordaje, como
lo son la Gestión Pública, las Políticas de Comercio Exterior y las Relaciones
Internacionales. Creo importante aportar testimonialmente lo que desde estas
disciplinas me ha tocado vivir.
Como profesional
aduanero, Administrador Público con Mención en Administración Aduanera de la
Universidad de Chile, 1970, soy actualmente Especialista Senior en Aduanas y
Negocios Internacionales, Valoración Aduanera y Minería. Con 48 años de vida
profesional, he alcanzado una expertise que va de lo técnico a lo político, con
experiencia en proyectos público privados en diversos países de América Latina
y el Caribe. En los dos periodos servidos en la Aduana chilena, sumando 20
años, he asumido roles directivos y de staff. Estuve 10 años
en la Gerencia de Exportaciones en el sector privado, en Argentina y
Chile. 18 años de mi vida profesional transcurrieron en organismos de
cooperación Internacional, desarrollando
misiones y proyectos por distintos países de América Latina y el Caribe,
compartidos con la Cátedra y la Autoría especializada en Comercio Internacional.
Las circunstancias de lo vivido explican esta diversidad. A los 23 años,
1973, hubo que reinventarse y mi
decisión fue jugar con mis capacidades en un mundo abrupto que demolía sueños y
utopías, pero lo hice sin recurrir al exilio, ya que eso me habría significado
cortar lazos de manera indefinida con mi tierra y mi familia.
Siempre he
tratado de mantener los principios y ser consecuente con ellos. Como exonerado
político del Servicio Nacional de Aduanas, a partir de febrero de 1974, mi
opción fue insertarme laboralmente en mi
espacio profesional y lo logré en Buenos Aires, postulando a través del diario
Clarín a sendas búsquedas gerenciales, las que gané compitiendo lealmente. Al
volver a Chile, en 1982, asumí recién que estaba en la lista negra de la
dictadura, lo cual junto con ser un alto honor, me obligó a buscar opciones a
nivel internacional. En el periodo
1985-1995, participo como Consultor del Centro Interamericano de
Comercialización, CICOM-OEA, agencia especializada que era en sí misma una
alianza estratégica entre el gobierno de Brasil, la Fundación Getulio Vargas y
la Organización de Estados Americanos, con el fin de apoyar el desarrollo de
proyectos asociativos, cooperativas, consorcios, joint ventures, prestando
asistencia técnica a instituciones de gobierno, cámaras empresariales y universidades, apoyando proyectos basados en
la colaboración, como facilitador o articulador de entendimientos exportadores.
En Chile, a fines
de los 80, fui parte del Proyecto la Política Internacional de Chile en los
Noventa y muchas propuestas basadas en colaboración, industrialización y
cooperativismo exportador, fueron despreciados por los gobiernos de la
Concertación, cuando las élites declinaron esa propuesta de una Segunda Etapa
del Proyecto Exportador chileno y adoptaron y se aliaron con el modelo
concentrador del neoliberalismo. Frente a esta frustración política en el Chile
de la transición, volqué mis esfuerzos profesionales de Consultoría incorporándome
a organismos de cooperación, como ALADI, el PNUD y el BID, desarrollando
misiones para modernización aduanera, para generación de políticas públicas de
promoción de exportaciones; organización de proyectos asociativos; organización
de consorcios en distintos países de la región, en contextos políticos muchas
veces de gran riesgo, pero sin cejar en el avance la cooperación con gran
mística y compromiso. Muchas veces vi pasar gobiernos, Ministros de Hacienda y
hasta Presidentes de la República, pero como la concepción de la cooperación
era de Estado, los buenos programas y proyectos flotaron pese a las
turbulencias.
En ese contexto,
tuve la suerte de abrir espacios desde la opción asociativa en materia de
negocios internacionales y políticas de fomento a las exportaciones. En los 90
el mundo vivía el embate neoliberal. La globalización era el nuevo paradigma.
¿Cómo procurar que las economías intermedias, productivas y manufactureras de
mediano porte, pudieran internacionalizar sus proyectos sin ser absorbidos por
gigantes globales, buscando un ensamble adecuado a la realidad de las pymes, a
una escala humana y sustentable?
El CICOM, Centro
Interamericano de Comercialización, fue
el organismo que sirvió de escuela para las élites empresariales de las cámaras
de comercio, los académicos de ciencias empresariales y economía, para
desmantelar los dogmas del modelo global neoliberal, el cual simplemente se ha
procurado enclaves para la extracción de productos básicos, en un extractivismo
con enormes pasivos medioambientales.
Enseñar
marketing internacional a los sectores medios y acompañar sus experiencias
reales, diseñar proyectos de oferta exportable, construir canales de
comercialización, lograr la inserción en nichos construidos o identificados con
una impronta de colaboración, negociación por proyectos, ganador-ganador, con
integración de energías públicas, privadas empresariales, académicas, en
relaciones de largo plazo y beneficio compartido, todo eso y mucho más, fue la
experiencia que pude desarrollar desde 1986 hasta el año 2002, cuando me
reintegré al Servicio Nacional de Aduanas.
Para lograr una
comprensión de la experiencia del CICOM OEA debo recordar el liderazgo del Dr.
Juan Luis Colaiácovo, de nacionalidad argentina, que fue organizando una sólida
red de expertos que trabajamos con él en el desarrollo de consultorías en toda
la región. Desde Río de Janeiro, Fundación Getulio Vargas, la gran amiga
Matilde Ellis era el corazón de Centro, pues era quien organizaba los eventos
moviendo los equipos de consultores en derroteros logísticos que nos llevaban a
localidades rurales increíbles, al mundo de las provincias o regiones
interiores de los países, muchas veces en viajes reiterados para ir acompañando
determinados proyectos, enseñando a formular esos proyectos de verdad y a negociar con los socios estratégicos. Los
brillantes y didácticos libros que producía el CICOM, permitieron generar una
masa crítica en la dirigencia latinoamericana, con legados efectivos y diversos
que le cambiaron la vida a muchas comunidades.
Fui parte de esa
alternativa en el periodo 1985-1995, como Consultor CICOM-OEA. Rescatando casos
relevantes y apasionantes, puedo enlistar títulos que después me gustaría
profundizar, tal vez en conversatorios interactivos, que puedan ser motivadores
para demostrar que es posible la colaboración, la sustentabilidad.
Parto hoy
contándoles una experiencia que se ubica en tiempos políticos muy duros para
Colombia, pero que se circunscriben a un espacio local, lo que permitió ser una
isla en medio de un mar de violencia en ese país.
-El caso triple A de Barranquilla:
Frente a una realidad de alta corrupción y mal servicio en Agua, Aseo y
Alcantarillado, la ciudad cansada de los partidos tradicionales elige a un
candidato que antes había sido cura guerrillero, un militante en la izquierda de Colombia.
Pero lo eligen porque es una persona íntegra. ¿Qué hace inteligentemente
el nuevo Alcalde? Su legitimidad era su
honestidad personal y resultó elegido por un voto castigo a los partidos tradicionales
que habían corrompido a la empresa de Agua, Aseo y Alcantarillado, generando
una situación insoportable para la población.
¿Qué hace el
Cura Bernardo De Hoyos? Llama a los jóvenes profesionales de la Cámara de
Comercio, de formación ideológica basada en el capitalismo, y les pide hacerse
cargo de una nueva empresa que atendería en la ciudad los servicios sanitarios.
¿Cuál fue la impronta?
Se gestó un
proyecto asociativo con la creación de una nueva empresa, la Triple A, que
emite acciones. La estrategia fue invitar a la gente a pasar a ser codueños de
la empresa que los atendía, realizando una supervisión territorial directa de
la calidad del servicio. Con un aporte aplicado en la cuenta mensual, los
vecinos pasaron a ser dueños y fiscalizadores de la calidad de servicio,
ayudando a controlar el uso de camiones de aseo, el control del agua y el
mejoramiento de la infraestructura de la ciudad.
En pocos meses
esta alianza estratégica funcionó positivamente, el usuario ya no se sintió
esquilmado, los precios se manejaron con transparencia, la comunidad asociada
en el proyecto colectivo comenzó a sugerir mejoras para la distribución, la
calidad del suministro, la mejora de los colectores, en obras que la gente
conocía y podía controlar.
Tan bien le fue
al proyecto que de la red construida surgieron nuevas posibilidades de
cooperación. Las energías de las cámaras empresariales, más la participación
activa de la sociedad civil, permitió al municipio superar el pésimo servicio
histórico y un clima de confianza mejoró el ánimo de la ciudad. Las
negociaciones para convencer a los usuarios de pasar a ser dueños del proyecto
y su mejores evaluadores, fueron acompañadas por Consultores del CICOM OEA,
entidad que permanentemente apoyaba al desarrollo de los sectores medios de los
países. En este caso, se apoyó la creación de este proyecto asociativo, a
través de la empresa Triple A, en donde los gestores fueron profesionales
jóvenes, no contaminados por la corrupción,
que trabajan gremialmente en la
Cámara de Comercio de Barranquilla y el Municipio que debía entregar
servicios de calidad a la ciudad.
Superando posiciones ideológicas, se pudo comprometer esfuerzos con
transparencia y compromiso con la ciudad.
¿Se imagina Ud. que en vez de haber entregado el monopolio de las sanitarias a empresas extranjeras, Chile hubiese organizado proyectos sustentables con socios usuarios de los servicios, capaces de articular fiscalización y proactividad? Creo que las tarifas serían más bajas, no habría pago de coimas a políticos y el servicio funcionaría bien.
Tengo muchas
otras experiencias en organizar Consorcios de Exportación, entre otros: Chompas
de Alpaca de La Paz y alianza estratégica con ONG alemana; productos regionales
del Salvador y la organización de
góndolas asociativas en supermercados de Miami. La experiencia del Banco
Industrial del Perú: promoción de Oferta Exportable PYME y casos exitosos.
Enuncio casos en donde la apertura de los mercados permitió apoyar la
internacionalización de empresas de mediano porte, que unidas podrían conformar
lotes de oferta exportable manejables en mercados identificados, lo cual les
permitía funcionar con relativa autonomía en sus exportaciones, soportando las
presiones de los gigantes planetarios del retail. Proyectos con un trasfondo
cultural basado en la colaboración y la reciprocidad.
Durante los
noventa el Estado abandona la promoción industrial y la asistencia técnica se
distorsiona. La banca abandona un rol de promoción de negocios pymes y favorece
la concentración económica.
Pese a ello, los
emprendimientos que nacieron basados en la colaboración han permanecido,
sobreviviendo a la desprotección
política que han sufrido. En los equipos nuevos, incluso del llamado
progresismo, por influencia de su formación,
imperan criterios individualistas ortodoxos, menospreciándose la
asociatividad o considerándosela como una alternativa utópica. Para quienes
hemos protagonizado emprendimientos reales que cubrieron en sus retornos las
necesidades del grupo, reconociendo experiencias fallidas, podemos demostrar
que con voluntad política y ética pública y empresarial, otro mundo es posible,
sin abusos, en colaboración y transparencia.
Hernan Narbona
Veliz Periodismo Independiente @hnarbona en Twitter. 28.09.2018.
domingo, agosto 31, 2025
CIEN POEMAS POR PALESTINA
martes, agosto 26, 2025
La Política: Una relectura necesaria trece años después.
La
Política: una crónica para la Memoria Ciudadana.
La concepción autoritaria que se viste de democracia es la peor de las mentiras que empantana a nuestra sociedad, ya que el ciudadano no es visto como sujeto crítico de la polis, sino como un consumidor pasivo del producto político que generan los comités creativos y que colocan en el mercado, territorial o sectorialmente, los operadores políticos.
La publicidad engañosa, el consignismo barato,
las imágenes prefabricadas, el efecto multiplicador de los medios que venden
sus espacios al mejor postor, buscan asignar a determinados personajes públicos
cualidades que nunca tuvieron, ocultando sus errores con inusitados blindajes que se montan al
máximo nivel internacional.
En la mascarada
electoral del binominalismo, los partidos son espacios
de poder que constituyen un verdadero oligopolio. En ellos se concentran las
designaciones de candidatos. Salir como independiente para algún cargo es casi
utópico, todo está hecho para que el poder se lo repartan los dos sectores
oficiales.
A través de la
farándula que conlleva el marketing político se posicionan rostros, todo se
construye con slogans, se elude el debate, no hay una tabulación transparente
de cómo ha actuado un candidato, ninguno se hace voluntariamente el test de la
blancura, como podría ser la declaración de intereses o un examen de pelo para
excluir el consumo de psicotrópicos. Nadie sabe a ciencia cierta quién es o qué
hace cada candidato.
La democracia
es penosamente una dedocracia, con caudillos y tribus
que actúan como sectas al interior de los partidos, con reticencia a exponerse,
con primarias que han sido vergonzosas,
una mera forma de lavarle la cara a la falta de representatividad que conlleva
el sistema.
Un puñado de
militantes tiene el derecho de nominar candidatos a Alcalde, a Concejales, a
Consejeros Regionales, a Diputados, Senadores y Presidente de la
República. Cuando salíamos del régimen
militar, a través del Plebiscito de 1988, la civilidad estaba movilizada,
luchando por el retorno a la libertad. Pero, en la transición amañada, las
élites concertacionistas que monopolizaron el poder, fueron premeditadamente
desmovilizando a la civilidad y amarrando sus redes y sus parcelas de poder,
sumamente cómodos en el binominalismo. Y lo hicieron desplegando un marketing
político que vendía una pseudo izquierda democrática, pero que en los hechos
reales resultó más entregada a los intereses multinacionales que las propias
fuerzas opositoras herederas de la dictadura. Recuerdo que el cantautor Oscar
Andrade los denunciaba diciendo que escriben con la izquierda , pero cobran con
la derecha.
El marketing
político en la sociedad mediática de los noventa tapó grandes escándalos de
corrupción, genero mitos urbanos respecto a
determinados personajes políticos que a la hora de la verdad fracasaron. Frente
a este espectáculo, sólo escasas voces alternativas persistieron denunciando a
las máquinas corruptas. La colusión de la Concertación con los medios
oligopólicos significó que dejaran caer medios de prensa valiosos, como fuera
el Diario La Época, las Revistas Hoy, Análisis, Apsi, Nueva Voz; las radios que habían servido de canales de
comunicación para la disidencia contestataria durante los ochenta. Para un
candidato "renovado" y
"con fines de lucro" aparecer en El Mercurio o La Tercera era
tocar el cielo y eso explica la alianza tácita de la Concertación con estos
medios durante los 20 años de gobierno.
La llave que tiene
el marketing político para colocar un producto es el dinero. Una campaña para
Senador se estima que cuesta unos 50 millones de dólares. Una campaña
Presidencial mucho más. El gran riesgo de nuestra sociedad es el oscuratismo
que rodea el financiamiento de las campañas políticas, donde nadie sabe el
origen de las platas y ellas podrían fácilmente derivar de ilícitos, como el
narcotráfico o actos de corrupción.
El Estado y las
instituciones se ven ocupados por grupos de poder que
se enquistan en el sistema binominal con lealtades sectarias y así, la
democracia profunda, participativa, que procura relaciones más justas para
todos los habitantes del país, sufre la estafa constante de esa llamada clase
política oficial. El descreimiento y el repudio que generan sus manejos, lleva
al sistema democrático a precipicios de alto riesgo. Basta con escuchar las
propuestas anti Estado de los dirigentes sociales jóvenes para darse cuenta de
la confusión y anarquismo que se produce como respuesta visceral a la
manipulación mediática de masas que
organiza el marketing político para vender buzones.
Con el ímpetu e
independencia de la juventud, las generaciones jóvenes actuales ven que el
sistema globalizado ha generado alianzas estratégicas sórdidas de élites
políticas con intereses multinacionales y que sirven a esos patrones antes que
al interés colectivo. El resorte de la
rebelión puede ser desgastador porque el sistema actúa como un sólido bloque
impermeable.
En el marketing
político aparecen discursos encendidos de cambio, pero, a la hora de la
verdad, en la trastienda, los controles
y el mando altamente concentrados, frenan las buenas intenciones de abrir
espacios. Por ello, para ese poder tras bambalinas la
democracia representativa podría ser una
opción descartable, dado que, si la situación rebelde amenazare los pilares del
sistema, el pragmatismo mediático pasaría sin asco a los planes B del
autoritarismo.
La democracia
profunda, sin embargo, comienza a incubarse a partir del desencanto y el
cansancio. La desconcentración del poder conlleva redistribución de la riqueza
y potenciar los gobiernos locales y regionales.
La generación de
candidatos provenientes de la sociedad civil y no de los partidos es un
ejercicio difícil. La fortaleza potencial de los nuevos 4 millones de personas
que pueden votar podría ser una gran sorpresa, con liderazgos genuinos y no
prefabricados.
El marketing
político que nos vende pomadas debería retroceder, pero todo depende de un
cambio cultural y conductual de los nuevos ciudadanos y de su grado de
compromiso para asumir responsabilidades y deberes y así mejorar las cosas,
negociando con inteligencia una mayor transparencia en las contiendas
electorales que se vienen.
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Periodismo
Independiente, Hernán Narbona Véliz, 16 de Marzo de 2012.








