Estamos asombrados viendo como colapsan carreteras recién construídas, edificios nuevos que todavía no terminaban de venderse. Si se compara los daños en construcciones añosas frente a las que se levantaron en las últimas décadas, se podrá detectar que ha habido edificaciones que resistieron bien, que estuvieron bien construídas, y otras que se desmoronaron. El seismo fue el mismo y los efectos muy diferentes.
Era lo que se temía frente al descontrol que se generó en los últimos tiempos, donde los controles se relajaron y se aplicó y abusó del principio de buena fe. Pero hay personas honestas y responsables, como tambié transfugas que no trepidan en burlar las normas para maximizar su lucro.
Es de esperar que el nuevo gobierno sea muy enérgico para enmendar las malas prácticas, perseguir las responsabilidades criminales de quienes hayan faltado a la fe pública y hayan vendido construcciones de mala calidad, las mismas que en este terremoto han demostrado su debilidad, malas estructuras, rompimiento de las normas de calidad y de seguridad.
Es algo que habrá que investigar de manera drástica. Para sancionar a los corruptos que hayan autorizado proyectos mal formulados y que debieron fiscalizar con idoneidad técnica y moral. Y los empresarios que hayan puesto en riesgo la seguridad de las familias que adquirieron con gran esfuerzo sus viviendas, esos son tan criminales y corruptos como los funcionarios que hicieron vista gorda, y deberán responder por sus actuaciones.
Sugiero que se consolide a través de estas comunidades la información de las situaciones de este tipo que se hayan generado a raíz del terremoto 2010, para que se pueda identificar a los responsables y orientar a las personas en la defensa de de sus derechos.
La impunidad sería inaceptable.
_____________________________Atacama, 27 febrero 2010.
Una mirada libre a nuestro entorno
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