domingo, julio 31, 2005



Cuoteo político y desencanto
31/07/05

Que el sistema político binominal conlleva una dialéctica perversa, se ha hecho evidente al observar las pugnas por los cupos electorales que se han vivido en la Alianza y en la Concertación. La falta de respeto por las regiones, la aristocracia política nacional, los hombres corchos que han derivado desde la dictadura a la Concertación, aparecen como vicios del binominalismo, que llevan al descontento a una amplia mayoría de los chilenos.

El juego de las sillitas musicales ha dado pie a zancadillas, codazos, golpes bajos y estoques sangrientos, disimulados todos en un celofán de fraternidad y seudos principios comunes. Pero detrás de todo están las máquinas que reclutan a incondicionales, que sirven a tal o cual caudillo, que ocupan los partidos políticos y los espacios sociales para asegurar un control de parte del cacique; todos ellos son funcionales al poder de quien los instala en los cargos de confianza o simplemente les consigue una pega o un pituto, siendo leales bajo condición de que el líder se mantenga en posición de darles protección, pero se convierten en criaturas volátiles si éste se cae del escaño ganado. Es entonces cuando “se recomponen las alianzas” y los integrantes de tal o cual sector buscan acomodo bajo otro benefactor.

El punto crucial es la exclusión que provoca el sistema. El centralismo de la aristocracia política se traduce en que los ciudadanos de las diversas provincias de Chile deben resignarse a que un escuálido grupo de militantes y un aún más reducido grupo de políticos, decidan las candidaturas. Así es como llegan a las diversas regiones del país, desde las alturas, con afanes mesiánicos, personajes desconocidos en el plano local, que supuestamente acreditan vecindad en la zona, para ofrecerles representarlos. Lo mínimo que se me ocurre decir que es esto una falta de respeto sin parangón, es ofender al ciudadano de la provincia y los líderes locales, es desconocer la capacidad de las personas de defenderse y solucionar por sí mismas sus problemas. Es más, creo que la clase política que se posiciona con criterios mercantilistas frente a la ciudadanía, es en sí misma el problema de fondo. Porque son verdaderos bumerang de la democracia, que atornillan al revés y su desconocimiento de los problemas locales, hace que, ya muchos, expresen con desencanto “¿y para esto fue que peleamos por la recuperación democrática?”.

El juego de ajedrez para obtener representación partidaria en el Congreso refleja peleas intestinas que nada tienen que ver con ideas. Es mirar al ciudadano elector como un cliente potencial que debe elegir entre lo que hay, así le pese, con apellidos que se repiten, con personas que surfean los oleajes y saben caer parados en un puesto de consuelo, compensación o cementerio de elefantes. Y todo esto se efectúa con cinismo, como parte del juego, atribuyéndosele a la política un carácter prostibular que ella en filosofía no tiene.

Los jóvenes, que por naturaleza tienen ansias de cambio, aunque no tengan las vías definidas para expresarlo, repudian el sistema imperante por los vicios comentados y por funcionar con el poder del dinero y las comunicaciones. Visceralmente reconocen que hay una inmoralidad intrínseca en el binominalismo, donde las mayorías no lo son y deben compartir el poder a medias con las minorías. También rechazan el centralismo de las cúpulas políticas, la inconsistencia de los discursos, la funcionalidad de los acomodados. Son los principales desencantados y suman más de un millón de no votantes. ¿Qué ocurriría si esas nuevas generaciones propusieran refundar constitucionalmente el sistema político? Un escenario intolerable para quienes comparten y negocian el poder actualmente.

viernes, julio 29, 2005


PROPUESTA A UN DEBATE PAIS
15/07/05

Los periodistas por esencia no suelen ser protagonistas de las noticias. Sin embargo, en los momentos actuales, han sido los profesionales de la prensa los que se han destacado por defender el interés público, luchando por la libertad de expresión, por develar la verdad cuando a muchos les interesaba el secretismo. En su reciente XII Congreso Nacional, el Colegio de Periodistas planteó una tajante defensa de la libertad de prensa, amenazada por un proyecto de ley que pretendía colocar una mordaza a los comunicadores sociales y un blindaje de impunidad y oscurantismo para quienes ejercen una actividad pública, ya sea por cumplir determinadas funciones o por haber sido elegidos representantes populares. Ha sido relevante y digna de elogios, la intervención que Alejandro Guillier, hiciera instando a sostener un debate país, para refundar esos principios republicanos que hoy parecen haber claudicado frente al poder del dinero.

Es así que, para el sano desarrollo y profundización de la democracia, el rol que ha cumplido la prensa en los últimos tiempos ha sido trascendental y sólo comparable con el que cumpliera en los peores tiempos de represión en dictadura. En esa época, mantener una voz libre en medios de radio o prensa, era casi heroico. Ahora, frente a la pretensión de los nuevos poderosos de cerrar espacios a la crítica, de mantener desinformada a la ciudadanía, de mantener actitudes inconsistentes gracias al secretismo, la prensa ha reaccionado con dignidad y fuerza, llamando a establecer en nuestra sociedad principios republicanos que, lamentablemente, se han ido abandonando en la sociedad mediática. Se ha hecho costumbre que sean los voceros o relacionadores públicos, los que colocan la agenda política y es normal que se reaccione a cuestiones de coyuntura, según lo que alguien haya puesto en el tapete. Por eso, el llamado del Presidente del Colegio de Periodistas ha sido llamar a un Debate Nacional con sentido de Estado.

La acción corporativa del Colegio de Periodistas, llamando a la Ética Pública, a la recuperación del rol fiscalizador de los colegios profesionales, fue afortunadamente escuchada en el Senado y se rechazó esa indicación que querían pasar de contrabando, para impedir que se informara de la vida privada y pública de las personas. Es decir, un intento, que pudo ser parado a tiempo, de dotar a los poderosos del privilegio de no poder difundirse sus actuaciones en cuanto representante popular o autoridad, lo cual significaba retroceder en la historia al medioevo.

En plena campaña electoral, los profesionales de la prensa, aquellos que pasaron por la universidad y aquellos que han hecho de la actividad periodística una vocación de vida, están diciéndole a Chile que hay que debatir un proyecto país, que se debe superar la superficialidad del discurso electoralista, que se debe proponer proyectos con responsabilidad, que se deben restablecer los principios de transparencia, acceso a la información pública, probidad, fiscalización efectiva de las instituciones y empresas públicas y también de las entidades privadas que operan en materias de interés público, como lo son las empresas bancarias, las administradoras de fondos de pensiones, las instituciones de salud previsional, los fondos mutuos, las empresas que manejan medios de radio, prensa escrita y televisión; entidades todas que deben rendir cuentas claras a la opinión pública de su quehacer. La clase política, por su parte, debe resignar sus pretensiones de legislar o gobernar en una cúpula de cristal o de vidrios empavonados.

En Chile, la sociedad mediática ha apostado a desinformar a la gente, metódicamente, llevando a las masas inconscientes a la farándula, al paternalismo populista y al consumismo. La prensa que busca ser libre ha cumplido una labor titánica frente a esa tendencia y ello ha significado que hayan sido los comunicadores sociales los que asumen en nuestra sociedad, ante la falta de otras instituciones como el Defensor del Pueblo, un rol escrutador, crítico y fiscalizador, que ha permitido abrir cajas negras celosamente guardadas y que, en múltiples casos, han evidenciado que ese secretismo ha servido para actuar en función de intereses corporativos, sectarios o personales, que se apartan del bien común.

Esta labor que cumplen los comunicadores sociales independientes es ardua, pero tiene la invaluable retribución de un reconocimiento creciente de parte de la gente. Esto implica un compromiso creciente, significa asumir riesgos, pero también conlleva la certeza cotidiana de que cada vez más personas se alinean con las banderas de la libertad de expresión, la transparencia y contra la corrupción, venga de donde venga, conjugándose en las redes ciudadanas para voltear molinos de viento, denunciando los abusos de poder, hostigando a los que se creen privilegiados con la punzante persistencia de un tábano que les susurra al oído que también son humanos.

Nepotismo, una práctica corrupta.
20/06/05


Un sano debate que permita clarificar una zona gris de la gestión pública: ¿en qué momento la relación de parentesco se convierte en nepotismo?

Fernando Villegas en Tolerancia Cero levantó un argumento a mi juicio erróneo, al señalar que el nepotismo y el amiguismo –llamado también el compadrazgo- no tendrían que constituir necesariamente corrupción.

Señaló el prestigioso comentarista que el favorecer a los parientes es natural, trabajar con personas amigas también. El error de su apreciación, pienso, fue no separar los planos de lo privado y lo público, ya que es lógico, natural y positivo que un empresario privado decida fundar una empresa y trabajar con sus hijos, sobrinos, yernos, nueras, cuñados o nietos. Nadie puede decirle nada, la plata es suya y nadie tiene derecho a inmiscuirse en sus decisiones.

Pero, en el ámbito de lo público, el tema es diferente y la ley se ha ocupado de prevenir la práctica viciosa de favorecer a los parientes en el ingreso o relaciones con la administración pública –lo que significa perjudicar a otros que no lo son- , generando algunas reglas al efecto. Por ejemplo, los cónyuges no pueden trabajar en una misma dependencia en relación de jefe-subordinado. En materia de contratación y de ingreso a cargos públicos existe la concursabilidad, en donde hay elementos objetivos de evaluación para la selección y para las promociones. En este mismo orden de ideas, es deber de un funcionario inhibirse de actuar, cuando él tenga alguna relación directa o indirecta con el tema que debe conocer o fiscalizar, en lo cual, ser pariente hasta tercer grado de consanguinidad generaría una vinculación. Existen, además, expresas incompatibilidades que buscan evitar que un funcionario pueda estar simultáneamente prestando una función pública y actuando como privado en el mismo ámbito. Es decir, pese a existir aspectos no tratados expresamente en la ley, el sistema republicano se ha preocupado de generar normas claras respecto a conductas de los funcionarios públicos para evitar vicios que corrompan las organizaciones.

Pienso que la confusión de Fernando Villegas es haber abordado el tema con la lógica del sector privado, donde, y allí tiene razón, buscar personas de confianza es la clave para formar equipos de trabajo leales, con una común visión. Pero, donde se ha equivocado es en la dimensión diferente que esto tiene en la gestión pública. En la Administración Pública el nepotismo está definido como una corrupción, toda vez que, usando recursos públicos de manera indebida, al igual que en el compadrazgo o el clientelismo, una autoridad busca favorecer a los parientes, amigos o correligionarios, con puestos fiscales, como pago de favores o como botín electoral, sin considerar el mérito que debieran tener esas personas para cumplir legalmente las exigencias de ese puesto público, rompiendo con el nepotismo los criterios de una sana carrera funcionaria. Por el contrario, si un pariente postula con sus méritos y gana un cargo o un concurso en función de sus competencias, no ha habido nepotismo alguno

Para que un gobierno pueda conducir un aparato público estructurado bajo una legalidad restrictiva, el sistema contempla que el Presidente de la República tiene la capacidad de nombrar como de exclusiva confianza a Ministros, Subsecretarios y Jefes de Servicio. La nueva normativa sobre Dirección Pública ha sometido a concursabilidad numerosos cargos que eran de exclusiva confianza, con lo cual se ha buscado implantar la meritocracia en el sector público, reduciendo el número de cargos que quedan a libre designación presidencial, lo cual es sano para una administración profesional que sirve al Estado como plataforma permanente, por encima de la alternancia política.

Fernando Villegas dio sobre corrupción un concepto un tanto restringido, ubicándolo en el cohecho activo y pasivo, es decir, el pago ilícito para obtener de alguien que tiene algún grado de autoridad, una acción u omisión que lo favorezca indebidamente. Es cierto que esta es la forma más explícita y gráfica de corrupción, donde alguien compra un favor ilícito, y alguien vende un favor o solución que no es correcta, perjudicando esta acción al resto del mercado, constituyendo una acción desleal por excelencia.

Pero también hay formas más sutiles de corrupción, que pueden operar al filo de lo legal. Es la acción de tráfico de influencias en que, detrás de una asesoría profesional netamente técnica, pueden articularse sutiles y no tan sutiles presiones para forzar una decisión determinada. La manipulación de los procesos de adquisiciones, con la inclusión de especificaciones técnicas o de parámetros de evaluación o de exigencias de garantías, que puedan allanar el camino a algún o algunos de los oferentes, son formas encubiertas de corrupción que sólo se pueden evitar con una gran transparencia en los procesos de compras públicas. Tanto es así, que esto forma parte de un acuerdo incluido dentro de la Organización Mundial de Comercio, Marrakech 1994, el cual busca evitar que la corrupción en los Estados coloque barreras invisibles a la libre concurrencia. Cuando se ponen de acuerdo el agente público con uno o más agentes privados para manejar un proceso de adquisiciones, obviamente se genera una peligrosa máquina de corrupción, en la cual se confabulan, por ejemplo, para elevar precios de los contratos perjudicando en definitiva el interés general.

Las elites empresariales en forma natural, según decía Peter Drucker, buscan influir en el gobierno y hay muchas formas de hacerlo. Las legítimas y por demás transparentes, son las acciones que despliegan las entidades gremiales corporativas, con las cuales buscan decisiones públicas que beneficien a su sector, en un juego propio del sistema democrático. Pero, están también muchas otras formas encubiertas o disimuladas de accionar sobre lo público, las que pueden ser de variada índole, estando el nepotismo entre una de ellas. Los Directorios de muchas empresas son el reflejo de estas estrategias de acercamiento al poder político. Los parientes de los gobernantes o autoridades pueden ser también apetecidos para abrir puertas y obtener facilidades. Sólo la prensa libre y la fiscalización independiente de la Contraloría General de la República pueden prevenir que esas acciones puedan perjudicar el sano funcionamiento de las instituciones.




Con el terror en la entrañas
24-jul-05

En el metro de Londres el joven fue percibido como un atacante suicida. El perfil de riesgo: ser de rasgos orientales y llevar un abrigo grueso en un caluroso día de verano. Cinco disparos a quemarropa cuando el individuo estaba en el piso, inmovilizado, eliminaron la amenaza. Policías de civil, camuflados en la multitud de pasajeros del metro ejecutaron la acción. Hoy, la policía londinense ha reconocido públicamente que el individuo no estaba ligado a los atentados y que su asesinato había sido una tragedia.

La numerosa población musulmana de Gran Bretaña está con el alma en un hilo. Cualquiera de ellos puede ser tomado por error como un atacante suicida y seguir la suerte de este joven. Pero también podría serlo un latino, un cabecita negra, un sudaca. El clima de terror se apodera de los europeos.

Una noticia tras otra, la más reciente fue el atentado en el complejo turístico egipcio de Sharm el-Sheikh, en el Mar Rojo, donde se cuentan cerca de 90 muertos, más centenares de heridos y se teme que el número de víctimas se incremente cuando puedan remover los escombros que dejaron los autobombas detonados.

¿Cuál es la lógica de una guerra santa? ¿En qué medida se legitima la acción de los terroristas a los ojos del pueblo iraquí o afgano, cuando sus acciones apuntan a una fuerza de ocupación que intervino Irak con la excusa de liberar al pueblo de un tirano y controlar armas de destrucción masiva inexistentes?

La ligazón del fanatismo religioso islámico con jóvenes que habiendo nacido en Europa se mantienen desintegrados de la sociedad europea, respondiendo al mandato de una guerra santa invocada por líderes fundamentalistas de los países de sus ancestros, es un asunto de fondo que descoloca toda labor de inteligencia. La realidad marca que occidente lleva el enemigo dentro, sin poder discriminar quien es quien. Una reacción de tinte fascista puede llevar a tensiones mayores, en medio de una sociedad aterrada que dispara y luego pregunta. Pero esa opción antidemocrática atacaría los cimientos mismos de una sociedad que se fundamentó en las libertades públicas.

Una guerra de connotaciones absolutamente diferentes a los conflictos convencionales se ha transnacionalizado, generando amenazas en cualquier punto del planeta donde el terrorismo quiera atacar. Sus objetivos son civiles, mujeres y niños, su estrategia llevar a desquiciar la cotidianeidad de los enemigos, sus armas principales, el uso de golpes arteros a través de jóvenes casi adolescentes, que se camuflan entre los escolares que llevan sus útiles de estudio a sus escuelas o universidades. La alternativa de desactivar las células terroristas que florecen en compartimentos estancos por las ciudades de Europa, exigiría ir a las causas profundas de su aparición y esto demanda un cambio de la visión fundamentalista de los halcones, que postularon el eje del mal, invocando unilateralmente a su propio Dios, en una dialéctica perversa que sume hoy al mundo en una espiral creciente de horror.

En una escalada de violencia donde la libertad es la gran víctima, los fundamentalismos se retroalimentan mutuamente y van anulando los espacios racionales para una diplomacia de paz. Mientras campea el terror en el mundo, quedan rezagadas las miserias, las hambrunas, las pandemias, el calentamiento global, las sequías y las inundaciones. La sociedad planetaria enfrenta situaciones límite que no se podrá resolver con más violencia.

El socio europeo nos hace la desconocida
28/06/05

Con la Unión Europa hemos suscrito un Acuerdo Político de Asociación, el que se ha puesto en riesgo por la impericia de nuestras autoridades en materia ambiental.

El Art. 28 del Acuerdo, referido a cooperación en materia de medio ambiente, señala que el objetivo de la cooperación será fomentar la conservación y la mejora del medio ambiente, la prevención de la contaminación y degradación de los recursos naturales y ecosistemas, y el uso racional de éstos a favor de un desarrollo sostenible. Además se señala que se consideran de especial interés la relación entre pobreza y medio ambiente, el impacto medioambiental de las actividades económicas, los problemas medioambientales y la gestión del uso de suelos.

Las evidencias de una acción liviana de parte de Chile están a la vista. Se ha envenenado el humedal de Valdivia, se ha aprobado un proyecto de gravísimo impacto ambiental en Pascua Lama, se han realizado exportaciones ilegales de alerce que está investigando la justicia, se cambian los planos reguladores y se realiza una gestión de suelos sin respetar la participación ciudadana. Hechos denunciados hasta el cansancio por las comunidades locales, por los pueblos autóctonos, y siempre la balanza inclinándose hacia los intereses económicos.

La Unión Europea es en la práctica un país continente con el cual estamos ligados en un Acuerdo de Asociación Política, que es distinto a otros Tratados comerciales, porque compromete al país en variadas materias, abriendo un espacio explícito a las pequeñas y medianas empresas y las asociaciones o joint ventures en proyectos de este nivel. Una puerta que puede cerrarse y ese costo sería enorme para nuestro país. Diputados del Parlamento Europeo han promovido una revisión de este Tratado por hechos como los anotados, que evidencian liviandad o falta de voluntad política en materia medioambiental. Jamás se debió autorizar la instalación de una planta de celulosa que se sabía era contaminante, en un humedal protegido internacionalmente. Jamás debió darse el pase al proyecto de Pascua Lama, que destruirá los glaciares cordilleranos.

En octubre próximo, una delegación del Parlamento Europeo viajará a Chile para reunirse con sus pares del Congreso nacional. "Vamos a aprovechar la ocasión para visitar la empresa de celulosa y el sitio de protección ecológica, así como otros lugares de producción con consecuencias negativas, tanto sociales como ambientales", dijo el alemán André Brie, del grupo de la Izquierda Unitaria y presidente de la delegación del Parlamento Europeo para Chile. "En base a los datos encontrados vamos a pedir cambios en el Acuerdo entre Chile y la UE" aseguró Brie. Las denuncias presentadas por los grupos ecologistas han sido acogidas con preocupación por parte del intergrupo "Comercio y Medio Ambiente" del Parlamento Europeo. "Los acuerdos comerciales modernos no pueden erosionar la sustentabilidad de un país", dijo Alain Lipietz, presidente de dicho intergrupo.

Esto es una verdadera lección. Para que aprendan los grupos económicos locales y el gobierno, que cuando se negocia en el contexto europeo, no es chiste incumplir y que el logro que nos significó crecer un 52% en las exportaciones el 2004 como consecuencia directa de los Tratados de libre comercio con Estados Unidos, y la Unión Europea, puede desmoronarse por esa manga ancha y economicista con que se han tratado los temas ambientales.













Irán - Irak

Escenarios de incertidumbre y complejidad
28/06/05
Vivir en un mundo globalizado exige mantener un verdadero sistema de alertas tempranas frente a las tendencias que se avizoran en los escenarios internacionales.

La situación de oriente medio ha tomado ribetes de mayor complejidad. En el mundo islámico se potencia el factor chiíta. Irán e Irak, que fueran protagonistas en los ochenta de una sórdida guerra, en la cual Irán era el enemigo de Estados Unidos y Sadam Hussein el aliado. Ahora, en Irán, en elecciones libres, con más de un 62% de los votos el ultra-conservador Mahmoud Ahmadinejad se convertirá en el noveno presidente de Irán y reemplazará al moderado Mohammed Jatamí.

Este líder iraní tiene credenciales revolucionarias, ya que en su juventud participó en la toma de rehenes en la embajada norteamericana en1979, durante el gobierno de Carter, es de la etnia chiita y su triunfo no pudo ser impedido por el Presidente Bush y su diplomacia imperial. Mahmoud Ahmadinejad ha sido –según reporta la BBC - un líder de vida modesta, que ha luchado contra la corrupción en su país y defiende el programa nuclear iraní. Con este nuevo actor en el escenario del oriente medio y con un Irak donde la resistencia sigue jaqueando al proyecto de nuevo gobierno, Bush se ve entrampado en un círculo incontrolable. La resistencia irakí es organizada por los sunitas (viejos aliados), golpeando sin piedad a todo civil que se aproxime a los cuarteles de las fuerzas oficialistas.

Cabe preguntarse en qué medida los chiítas van a seguir aceptando el juego del invasor, toda vez que ya es vox populi que las excusas de las armas de destrucción masiva sólo querían encubrir el real propósito que era controlar el petróleo. Cabe preguntarse sobre el rol que podrá asumir Naciones Unidas en un conflicto que se escapa de las manos.

Por otra parte, se debe considerar que los chiítas son la población mayoritaria y que como etnia religiosa tienen una ligazón natural con Irán. Hay que recordar que la guerra con ese país la hizo el sunita Hussein y no ellos. Europa ha decidido esperar con cautela y negociar con el mandatario democráticamente electo. Amplios sectores estadounidenses consideran seriamente un repliegue de Irak, pero deberían asegurarse el suministro petrolero de fuente iraní, para lo cual deberán articular una diplomacia de acercamiento a regañadientes hacia el nuevo presidente de Irán.

El desgaste norteamericano se hace sentir en su déficit fiscal y del otro lado del mundo, China toma palco y despliega sus lazos con América latina, con paciencia oriental.

jueves, julio 28, 2005


CAMALEONES PRAGMÁTICOS
(23/07/05)

Alerta, Poesía, resistamos…
Entramos a la era tecnotrónica
Herodes se ha vestido de pragmático
El Poder nos manipula hasta el cansancio

José Yuraszeck y los demás ejecutivos sancionados por la Superintendencia de Valores y Seguros por negociación incompatible al vender el control de Enersis a Endesa España, están solicitando que les rebajen los intereses. Claro, están ejerciendo el sagrado derecho a pataleo y esto no sería mayor noticia, de no ser que quien está apoyando al grupo como lobbista es nada menos que Enrique Correa, ex Secretario General del MAPU, el mismo que compitiera por las vanguardias revolucionarias en el gobierno de la Unidad Popular y que fuera expulsado hace poco del Partido Socialista.

El lobby que ahora realiza Correa a favor de quien fuera en ese entonces un extremista de Patria y Libertad, es una más de las muchas gestiones con que suele ganarse la vida este ex político revolucionario. Despliega sus argumentos en una dialéctica diferente, esta vez no levanta empuñada la mano callosa, sino que usa el guante blanco, a favor de poderosos intereses económicos. Hoy defiende al grupo de Chispas, ayer se le vio defendiendo a las mineras que se verían afectadas por el royalty, en otras ocasiones gestionando a favor de los importadores de aceites. Su principal competencia es haber sido compañero de ruta de políticos que aún detentan poder y actúa al más puro estilo liberal: “business are business”.

El hecho comentado se da en momentos en que, por fin, luego de casi veinte años, parlamentarios de la Concertación dan a conocer episodios oscuros de la transición, cuando en un repliegue estratégico del régimen militar, personeros ligados a la dictadura, que hicieron vista gorda de la represión, a través de maniobras financieras arteras, con alevosía y en descampado, se apropiaron del patrimonio de todos los chilenos.

El informe de la Comisión de la Cámara de Diputados sobre la privatización de empresas públicas en el período militar será canalizado al Consejo de Defensa del Estado y en el análisis de esa etapa aparece extensamente la maniobra de “capitalismo popular” que utilizó precisamente, entre muchos otros, José Yuraszeck para enriquecerse con el control de las empresas de generación y distribución de energía eléctrica en Chile, para luego desnacionalizarlas a favor de Endesa España. Toda esa maniobra queda consolidada, sin vuelta atrás en las actuales condiciones políticas, toda vez que la Corte Suprema ratificó la multa de 150 millones por deslealtad de esos personajes frente a los accionistas mayoritarios. Sin embargo, dicho fallo omite toda mención a la forma como Yuraszeck y su equipo se hicieron del patrimonio público, por el sólo mérito de ser incondicionales del dictador.

Más vale tarde que nunca. Mediante ese informe se conocerán con más detalles los bemoles de esa gran maniobra de expropiación y apropiación indebida de la riqueza estructural de Chile. Vergonzosos episodios que fueron hechos de la causa, aceptados en pro de asegurar la democracia. Argumento válido tal vez para uno o dos períodos presidenciales, pero inaceptable para los ya dieciséis años en que la Concertación había, hasta este informe, resignado su acción frente a este tema histórico. Así, quedó, hasta hoy y por mucho tiempo más, sin recuperación real esa deuda subordinada que se inició cuando Pinochet premió a los grupos económicos y sus bancos quebrados con 5 mil millones de dólares, al tiempo que a los jubilados el Ministro Büchi reducía el 10% de sus pensiones y se iniciaba la maravilla de la previsión privada, maravilla, repito, para quienes usaron esa energía financiera para generar un sistema económico concebido para el beneficio de unos pocos. Estas cosas son las que los gasfiteros –descalificación que asumo a mucha honra- planteamos en esa época y durante veinte años.

Ahora el tema toma el carácter de historia oficial y lo lamentable es que surja en momentos en que, a nivel de la justicia y de la Cámara de Diputados, se investigan malas prácticas de las actuales autoridades. Se pone, claro, en el tapete un tema de trascendencia que permitiría que las futuras generaciones puedan entender esos zarpazos llenos de creatividad financiera, a nuestro Estado empresario, pero no se explica por qué se admitió, casi con genuflexión, un modelo de tan tenebrosa génesis, sin encarar un cambio valiente que nos devolviera el patrimonio usurpado. Podrá repetirse que fue el costo de la recuperación democrática, pero otros pueblos en situaciones similares sí tuvieron el coraje de revisar y sancionar lo ocurrido en dictadura.

Pienso que la oportunidad en que se presenta este importante Informe, en pleno período electoral, le restará trascendencia histórica al tema, pues podría interpretarse como la búsqueda de un empate simplista entre “los 16 años tuyos y los míos”. Esto no es bueno y sería dable esperar una especie de desclasificación de archivos de los últimos 20 años, que nos permita una lectura completa de esa etapa de usurpación patrimonial, pero, conjuntamente, recibir una explicación sobre el comportamiento de las autoridades del régimen democrático, que siguieron privatizando y comulgaron con el modelo liberal como una panacea, renunciando conceptualmente –en una transformación vergonzosa- a ese Estado fuerte, fiscalizador, que supo crear empresas y ser exitoso en su gestión.Claro, hasta que la ambición de los grupos económicos apuntó sobre él para construir sus actuales monopolios, parcelas o maceteros de poder, concentrando metódicamente en sus bolsillos la riqueza de esas antiguas empresas del Estado y reclutando lobbistas o funcionarios corruptos para allanar el paso a sus intereses particulares, en desmedro de las mayorías, que exigen una explicación.


Espacios para un cambio moral

27 de Julio del 2005

He tenido la suerte de conocer América, desde México al sur, y siempre he sostenido, quizá como un sueño esperanzador, que si se lograra coordinar los movimientos ciudadanos, generando gobiernos honestos, erradicando las prácticas corruptas, construyendo proyectos comunes –como podrían serlo los corredores bioceánicos, las redes integradas de energía, el turismo cultural regional o una gran economía rural comunitaria orientada a las exportaciones- en definitiva, si actuásemos participativamente, con una visión de continente, otro gallo cantaría en nuestra situación social. Pero, desafortunadamente, la realidad muestra en el barrio el deterioro de las comunidades periféricas, en gran medida, como consecuencia de grupos de poder que han manejado la historia reciente y han asumido, sin capacidad contestataria, un modelo de capitalismo salvaje.

Obviamente, hemos vivido un ciclo liberal extendido. El fenómeno global se ha expresado en el accionar planetario de gigantescas organizaciones supranacionales que han colocado sus enclaves en nuestros países. El contrapeso necesario debió ser un Estado fuerte y probo, capaz de ejercer un control efectivo para que esos conglomerados no abusaran y fueran un aporte a los países. Cuando el Estado pierde o debilita su capacidad fiscalizadora, cuando la corrupción corroe la institucionalidad, es casi inevitable que aparezcan situaciones que afectan a la ciudadanía. Si no hay frenos al poder de los grupos, el poder del dinero para conseguir sus objetivos termina seduciendo a elites que, patéticamente, se inclinan ante el imperio del individualismo y el lucro, olvidando vetustas utopías y allanando el camino a los más turbios negocios, con sospechosas acciones de lobby, en desmedro del medio ambiente, de los pueblos originarios y de su cultura.

Se podrá decir que siempre la política tuvo cajas negras y formas de clientelismo, pero la amenaza en este periodo de globalización ha sido mayor, ya que se ha vivido no sólo la privatización sino también la desnacionalización de las principales fuentes de riqueza, que fueran generadas en el siglo pasado al alero de un Estado locomotora del crecimiento económico. Han sido las grandes mayorías, en especial la clase media -integrada por todos nosotros, hijos de obreros, de marinos, de oficinistas, de comerciantes pequeños- la que va viendo depredada su calidad de vida, sufriendo la brecha económica y pauperizándose, principalmente en materia de espiritualidad y afectos.

El modelo neoliberal funcionó en América, dictaduras mediante, masacres y desterrados mediante. El miedo fue su base y eso se siente en Chile como una telaraña que inmoviliza. La gente aún se aísla, pretende cuidarse y salvarse sola, desconfía del vecino, desconfía del colega, cualquiera es un enemigo potencial. Y todos viven a la defensiva, aprovechando la más mínima ventaja, resignando valores, entrando en amoralidades profundas, que anulan el remordimiento y la conciencia que lo produce. El miedo sigue siendo la columna vertebral de nuestra sociedad.


El rango de lo posible, la capacidad de maniobra, depende de cuántas personas se animen a superar la abulia, el miedo, el individualismo, para unir esfuerzos y generar espacios alternativos al estilo dominante. Me tocó trabajar en diferentes países promoviendo los consorcios de exportación, las cooperativas, las joint ventures y modernizando los sistemas aduaneros de los países. Enfocando el tema de la internacionalización desde el sitial y las capacidades de las empresas familiares, pequeñas y medianas, para que ellas pudieran participar en algo de los flujos de riqueza que produce el comercio internacional.

Muchos proyectos modestos que he conocido, me han demostrado que efectivamente hay opciones al individualismo imperante y que el asunto es tener la convicción de las potencialidades del pueblo organizado, de la validez de los usos y costumbres de las comunidades locales y de los pueblos originarios, de la imperiosa necesidad de asociatividad y de la capacidad de aporte que tienen las casas de estudios. Con estos elementos en conjunción se puede emprender y generar riqueza, construyendo empresa, compatibilizando esfuerzo y calidad, con cooperación.

Desde otro punto de vista, para esta clase media, aún consciente de su potencial, pero abúlica, resignada a la repetición de ciclos tediosos de centralismo, plutocracia y doble estándar, el tema actual es organizar a los consumidores, defenderse de los monopolios, de los corruptos. Llegar a tener un mínimo control de las administraciones locales, de los servicios mal concesionados, del sistema financiero que esquilma a deudores pequeños.

Creo que en esta clase media está latente la necesidad de recuperar espacios de confianza, de coordinación, aspirando a mejorar en algo el sistema de mercado, rescatando visiones alternativas que no caben en la óptica dominante.


Exagerando el optimismo, algo que podría sonar a expresión de deseo. Noto una reacción entre los jóvenes, que va ampliándose. Es un retorno a los estilos clásicos de familia unida por compromisos sólidos, con gran acento en la responsabilidad por cambiar por lo menos su microespacio, rescatando la amistad, reconstruyendo confianzas, bajándole el tono al hedonismo, elevando la crítica a un mundo de competencia salvaje que llega a la antropofagia, postulando si no una revolución altisonante ni una consigna libertaria inconsistente, sí un camino diferente para relacionarse en el terreno social y laboral. Tratando más allá de las quejumbres, de implantar una propuesta honesta, que permita combatir la corrupción como una aspiración ciudadana, transversal, supra ideológica, para hacer más humano el mundo en que les tocará crecer.