jueves, julio 28, 2005


CAMALEONES PRAGMÁTICOS
(23/07/05)

Alerta, Poesía, resistamos…
Entramos a la era tecnotrónica
Herodes se ha vestido de pragmático
El Poder nos manipula hasta el cansancio

José Yuraszeck y los demás ejecutivos sancionados por la Superintendencia de Valores y Seguros por negociación incompatible al vender el control de Enersis a Endesa España, están solicitando que les rebajen los intereses. Claro, están ejerciendo el sagrado derecho a pataleo y esto no sería mayor noticia, de no ser que quien está apoyando al grupo como lobbista es nada menos que Enrique Correa, ex Secretario General del MAPU, el mismo que compitiera por las vanguardias revolucionarias en el gobierno de la Unidad Popular y que fuera expulsado hace poco del Partido Socialista.

El lobby que ahora realiza Correa a favor de quien fuera en ese entonces un extremista de Patria y Libertad, es una más de las muchas gestiones con que suele ganarse la vida este ex político revolucionario. Despliega sus argumentos en una dialéctica diferente, esta vez no levanta empuñada la mano callosa, sino que usa el guante blanco, a favor de poderosos intereses económicos. Hoy defiende al grupo de Chispas, ayer se le vio defendiendo a las mineras que se verían afectadas por el royalty, en otras ocasiones gestionando a favor de los importadores de aceites. Su principal competencia es haber sido compañero de ruta de políticos que aún detentan poder y actúa al más puro estilo liberal: “business are business”.

El hecho comentado se da en momentos en que, por fin, luego de casi veinte años, parlamentarios de la Concertación dan a conocer episodios oscuros de la transición, cuando en un repliegue estratégico del régimen militar, personeros ligados a la dictadura, que hicieron vista gorda de la represión, a través de maniobras financieras arteras, con alevosía y en descampado, se apropiaron del patrimonio de todos los chilenos.

El informe de la Comisión de la Cámara de Diputados sobre la privatización de empresas públicas en el período militar será canalizado al Consejo de Defensa del Estado y en el análisis de esa etapa aparece extensamente la maniobra de “capitalismo popular” que utilizó precisamente, entre muchos otros, José Yuraszeck para enriquecerse con el control de las empresas de generación y distribución de energía eléctrica en Chile, para luego desnacionalizarlas a favor de Endesa España. Toda esa maniobra queda consolidada, sin vuelta atrás en las actuales condiciones políticas, toda vez que la Corte Suprema ratificó la multa de 150 millones por deslealtad de esos personajes frente a los accionistas mayoritarios. Sin embargo, dicho fallo omite toda mención a la forma como Yuraszeck y su equipo se hicieron del patrimonio público, por el sólo mérito de ser incondicionales del dictador.

Más vale tarde que nunca. Mediante ese informe se conocerán con más detalles los bemoles de esa gran maniobra de expropiación y apropiación indebida de la riqueza estructural de Chile. Vergonzosos episodios que fueron hechos de la causa, aceptados en pro de asegurar la democracia. Argumento válido tal vez para uno o dos períodos presidenciales, pero inaceptable para los ya dieciséis años en que la Concertación había, hasta este informe, resignado su acción frente a este tema histórico. Así, quedó, hasta hoy y por mucho tiempo más, sin recuperación real esa deuda subordinada que se inició cuando Pinochet premió a los grupos económicos y sus bancos quebrados con 5 mil millones de dólares, al tiempo que a los jubilados el Ministro Büchi reducía el 10% de sus pensiones y se iniciaba la maravilla de la previsión privada, maravilla, repito, para quienes usaron esa energía financiera para generar un sistema económico concebido para el beneficio de unos pocos. Estas cosas son las que los gasfiteros –descalificación que asumo a mucha honra- planteamos en esa época y durante veinte años.

Ahora el tema toma el carácter de historia oficial y lo lamentable es que surja en momentos en que, a nivel de la justicia y de la Cámara de Diputados, se investigan malas prácticas de las actuales autoridades. Se pone, claro, en el tapete un tema de trascendencia que permitiría que las futuras generaciones puedan entender esos zarpazos llenos de creatividad financiera, a nuestro Estado empresario, pero no se explica por qué se admitió, casi con genuflexión, un modelo de tan tenebrosa génesis, sin encarar un cambio valiente que nos devolviera el patrimonio usurpado. Podrá repetirse que fue el costo de la recuperación democrática, pero otros pueblos en situaciones similares sí tuvieron el coraje de revisar y sancionar lo ocurrido en dictadura.

Pienso que la oportunidad en que se presenta este importante Informe, en pleno período electoral, le restará trascendencia histórica al tema, pues podría interpretarse como la búsqueda de un empate simplista entre “los 16 años tuyos y los míos”. Esto no es bueno y sería dable esperar una especie de desclasificación de archivos de los últimos 20 años, que nos permita una lectura completa de esa etapa de usurpación patrimonial, pero, conjuntamente, recibir una explicación sobre el comportamiento de las autoridades del régimen democrático, que siguieron privatizando y comulgaron con el modelo liberal como una panacea, renunciando conceptualmente –en una transformación vergonzosa- a ese Estado fuerte, fiscalizador, que supo crear empresas y ser exitoso en su gestión.Claro, hasta que la ambición de los grupos económicos apuntó sobre él para construir sus actuales monopolios, parcelas o maceteros de poder, concentrando metódicamente en sus bolsillos la riqueza de esas antiguas empresas del Estado y reclutando lobbistas o funcionarios corruptos para allanar el paso a sus intereses particulares, en desmedro de las mayorías, que exigen una explicación.

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