Chile,
el obituario interminable
¿Cómo tolerar
que si te reúnes para expresar tu protesta te empapen de químicos que queman tu
piel?
¿Cómo
soportar que te golpeen cobardemente o te disparen balines o gas pimienta, usando el anonimato de un uniforme?
¿Cómo vivir
en un país en el que te acribillan en un control de identidad?
¿Cómo vivir
un país donde te detienen sano y vital y a las pocas horas apareces suicidado
en una comisaría?
¿Cómo
soportar que las víctimas mutiladas o cegadas se acumulen, sin justicia ni reparación?
¿Cómo frenar
el terrorismo metódico del poder, que quiere paralizar la historia, sin caer en
la sin razón, en la violencia visceral o en la obsecuencia?
¿Cómo
resistir el amedrentamiento, las provocaciones, los acosos , la criminalización
de un movimiento social gigantesco, que pugna por una sociedad más justa, sin
más armas que las ideas?
¿Cómo
concentrarnos en desmontar el modelo inhumano, generando un sueño colectivo de
fraternidad para las nuevas generaciones?
¿Cuántos
más se sumarán a la lista interminable de mártires, antes que se alcance la
unidad férrea de los ignorados y perseguidos?