jueves, abril 21, 2022

Hacia una Fiscalización integral y efectiva de las Exportaciones Mineras


Hacia una Fiscalización integral y efectiva de las Exportaciones Mineras

Proclamar la “recuperación de los recursos mineros” tiene que tener presente que, de acuerdo a la Constitución de 1980, todas las minas son propiedad del Estado de Chile. Por tanto, el esfuerzo político del nuevo gobierno debiera apuntar, más bien, a una verificación del cumplimiento de la normativa vigente en materia cambiaria, aduanera, tributaria y ambiental que las mineras concesionadas han tenido. Evaluar ese cumplimiento será importante para la continuidad de las concesiones y se debiera auditar también los contratos por los cuales se ha autorizado cuotas de extracción de recursos no concesibles, como el litio, a través de CORFO y CCHEN. Ejercer la fiscalización, con la legalidad vigente, sería recuperar soberanía.

En ese orden de ideas, lo primero es transparentar y hacer verificable las formas como se contratan los suministros de exportación de los concentrados de cobre, los operadores que participan en la actividad y sus relaciones económicas y comerciales con corporaciones multinacionales, las cuales influyen en la fijación de los precios de venta para exportación.

El Estado de Chile, a través de Cochilco, lleva el registro de los contratos de exportación minera, pero no ejerce una fiscalización de fondo sobre dichos contratos. Corresponde por ley al Servicio Nacional de Aduanas la fiscalización del Valor de las Exportaciones, y es este organismo fiscalizador el que debe supervisar que la cantidad, calidad y valor de las ventas para exportación corresponda a precios totales y reales corrientes en los mercados internacionales, al momento del suministro. Las exportaciones mineras, a nivel mundial, se concentran en unos pocos grupos multinacionales que, metódicamente, buscan eludir la tributación.

Por lo tanto, esta función fiscalizadora es fundamental, ya que de su resultado depende que el país pueda controlar el retorno de divisas correspondiente y los resultados de las ventas externas e las mineras,  para la determinación del impuesto a la Renta. En la fiscalidad, la función de Aduanas se complementa con la del SII y con la del control de cambios internacionales del Banco Central.

Se debe reconocer por parte del gobierno que el país tiene serias brechas en materia de fiscalización, instaladas para impedir una fiscalización integrada, las que se debiesen subsanar con voluntad política. De partida, Codelco, la principal empresa pública minera, no está sujeta a la supervisión por parte de la Contraloría. Por su parte, Cochilco, que tiene a su cargo la supervisión de Codelco y Enami, como minería pública, pero no ejerce una fiscalización eficaz en materia de control de contratos y precios internacionales. El Banco Central, que fija las políticas de cambios internacionales, sólo exige que se le declaren los retornos y no existe obligación de liquidarlos, correspondiendo al Servicio Nacional de Aduanas el control de precios declarados, contenidos y la determinación de los valores líquidos de retorno.

Del año 2013 al 2017, Aduanas implementó un Plan de Fiscalización Minera, fortaleciendo las capacidades de su Laboratorio Químico y de Auditoría especializada, lo que permitió aplicar diversas medidas de fiscalización a la exportación de concentrados de cobre y de metales preciosos. Ese esfuerzo se frustró a partir del 2018 por la presión que ejercieron los lobistas de los grupos de presión, pero, pese a ello, quedó una normativa y una experiencia valiosa en la organización, con avances objetivos, como correcciones a situaciones cuestionables.

Esto permite señalar que es posible, con voluntad política y dentro de la legalidad vigente, realizar una severa fiscalización sectorial multidisciplinaria a las concesiones mineras, que permita verificar los contenidos exportados, la veracidad de sus certificados de calidad, los precios totales finales declarados y los reales del mercado en ese momento, los elementos penalizables y pagables, detectar subvaloraciones o triangulaciones en paraísos fiscales, valores líquidos de retorno que pudieren tener distorsiones. En un proceso de fiscalización se puede verificar también los pasivos ambientales que los proyectos están dejando en los territorios.  Además, de acuerdo al especialista minero, Alexis Yovanovic, Director de la Consultora Modelo Operacional, de Brasil, se debe corregir en la gestión minera probables maniobras evasivas que surgen de una inversión desmedida en maquinaria y equipamiento para molienda, en vez de aplicar un proceso de separación previa del material fino, con lo que se haría más racional el uso de las líneas de chancado y molienda. Se ha comprobado que la gran minería suele exagerar  en sus proyectos la adquisición de maquinaria pesada como camiones y molinos, constatándose que existe en esos bienes de capital un oligopolio internacional de empresas proveedoras, con las cuales las grandes mineras mantendrían relaciones de vinculación, lo que ha llevado a sobrevalorar los costos en el proyecto minero y reducir así los resultados a efectos tributarios.

Este impacto negativo es uno de las nuevas variables en materia de negocio minero que el Estado debiera transparentar, partiendo por su propia minería pública,  sometiendo a auditorías los planes de expansión de la gran minería para exigir una mayor eficiencia productiva con incorporación de nuevas tecnologías, que apuntan a una minería más limpia y a mayor productividad.

Caminar hacia una mayor soberanía en materia de recursos naturales, particularmente de los productos mineros, motiva esta reflexión propositiva, sustentada en la experiencia desarrollada profesionalmente en la fiscalización del sector.


Valparaíso, 21.04.2022

Hernán Narbona Véliz, Periodista de La Razón.cl.

Administrador Público, Especialista en Aduanas y Comercio Internacional.

Secretario de la Mesa Coordinadora de DDHH de Valparaíso. 


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domingo, abril 10, 2022

Gabriel Boric, un primer mes de dulce y agraz


Gabriel Boric, un primer mes de dulce y agraz

Se ha realizado hoy la evaluación del primer mes del gobierno de Gabriel Boric. Un período intenso, que ha estado cruzado por agresivas andanadas de la artillería mediática de la derecha, lo que ha hecho evidente, entre otras cosas, que la coalición gobernante carece de una plataforma de medios propia, que le permita contrapesar la actitud tergiversadora de los grupos económicos y sus medios, que han estado coordinados parar desestabilizar de entrada al nuevo gobierno, sin darle ningún tiempo de gracia para instalarse en la conducción del Estado.

Su acción  de desprestigio partió antes que Gabriel Boric asumiera y, durante todo este primer mes, ha apuntado en forma extendida tanto al nuevo gobierno como al proceso constituyente. Porque la gran batalla será, sin duda, la que las fuerzas progresistas tendrán que dar el 4 de septiembre, en el plebiscito de salida para Aprobar el borrador de la nueva constitución, el mismo que, contra reloj, se va redactando en la Convención Constitucional.

Entendiendo el contexto estratégico de este desafío histórico, el Presidente Boric debe cimentar en su primer trimestre medidas que permitan desmantelar los conflictos heredados de la administración anterior, para alcanzar un Apruebo contundente, que sea mayor en votación del Apruebo a la que Boric obtuvo en la elección presidencial, toda vez que el voto será obligatorio y deberán votar sectores que forman parte de la abstención histórica, lo que genera una gran incertidumbre sobre su decisión de voto.

Por lo tanto, la nave que debe conducir Gabriel Boric tiene como primera meta el plebiscito de salida del 4 de septiembre. Y en la reunión con todos sus ministros el día 10 de abril, debió realizar un balance, en donde seguramente ha habido lineamientos severos para no caer en errores y autogoles  que den pábulo a la sordina de la prensa opositora, con su efecto de desinformación sobre la opinión pública.

Gabriel Boric señaló al asumir, que sus colaboradores debían aprender a escuchar, pero, al parecer, esto no se ha dado y ha primado la competencia partidaria para la distribución de los diversos organismos de gobierno, cuestión que ha significado pérdida de tiempo valioso, quedando aún áreas claves en veremos. Y cabe señalar que el cuoteo es un punto de alto riesgo para el éxito de un gobierno, especialmente si debe impulsar cambios profundos, ya que puede desperfilar la indispensable unidad de conducción que debe imprimir el Presidente a su equipo. Quienes vivimos el proceso del gobierno popular de Allende, podemos señalar al respecto, que el cuoteo hizo perder al Presidente Allende la coherencia necesaria en sus políticas, toda vez que se generaban interpretaciones con diferente acento, según cuál era el partido a cargo de un ministerio. Evitar caer en lo mismo y evitarlo desde el inicio, ha sido esta forma de liderazgo directo que Gabriel Boric está imprimiendo al trabajo de equipo.

En cuanto a saber escuchar, es otra variable urgente. Para escuchar a las organizaciones sociales y evitar el efecto microclima que suele entrampar a los gobernantes, el Presidente Boric instruyó a sus Ministros actuar en terreno, de cara a la ciudadanía, para explicar a la gente el alcance del Plan de Reactivación Chile Apoya. Seguramente, en conversaciones privadas, como corresponde, el Presidente debe haber instruido una máxima colaboración interministerial para que se logre una coherencia y efectividad en la implementación ágil de las 21  medidas que integran esta suerte de plan maestro para reactivar la economía.

Dicho esto, es claro que el Presidente Boric tiene una visión estratégica clara del minuto histórico que cruza Chile, y es comprensible el difícil equilibrio que debe articular para conformar un bloque que le permita gobernabilidad y avanzar en una agenda legislativa con la prioridades que espera la ciudadanía.

Pero, para encarar la urgencia de un aumento de la recaudación fiscal, corresponde cuidar herramientas claves del Estado, como lo es ejercer las facultades fiscalizadoras sobre agentes económicos que históricamente no han tributado lo debido. En relación a lo cual, no se entiende que el Presidente Boric haya entregado este sector clave a personeros del Partido Socialista, cuya actuación histórica cae en la inacción que se cuestiona a los organismos que deben fiscalizar. No se entiende que, luego de confiar la conducción de la Hacienda Pública a Mario Marcel (PS) se haya nombrado a cargo del SII, un organismo fiscalizador estratégico, a un personero que también forma parte del PS y que formó parte de gobiernos de la ex Concertación. Y se añade a esto, el no haber nombrado de inmediato un nuevo Director Nacional de Aduanas, dejando en subrogancia a un funcionario de la Administración anterior, prefiriendo enviar el nombramiento a un Concurso de Alta Dirección Pública y no ejercer las facultades presidenciales para un nombramiento inmediato. En consecuencia, el gobierno plantea la reactivación sin fortalecer sus facultades fiscalizadoras, con el área de Hacienda aún a media máquina.

En el balance del primer mes de gobierno, ha habido un balance positivo, sin ocultar los errores cometidos. La firma del Acuerdo de Escazú, la próxima condonación del CAE, su visita oficial a Argentina y el Plan Chile Apoya, son señales de estar en el camino correcto. Los errores no forzados han sido magnificados por la derecha, lo cual era de esperar. El asunto es no reiterarlos y la mirada presidencial busca asentar su gobierno en la participación ciudadana, entendiendo que éste es un gobierno profundamente comprometido con el término exitoso del proceso constituyente para las grandes mayorías.  El saber escuchar significa actuar con humildad, recogiendo las propuestas del mundo social, las que surgen del sentido común y no buscan el populismo de los bonos, sino espacios de participación efectiva, que permitan colaborar con “su gobierno” en la construcción de un sueño colectivo.

Hernán Narbona Véliz

Periodista Diario La Razón.cl

Corresponsal Región de Valparaíso

10 de abril 2022



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