domingo, marzo 16, 2025

Educación . cultura y civismo


Ideas para un borrador de columna para corporación Ciudadanos por Valparaíso.

Mercantilización de la Educación. El principio de Estado Subsidiario aplicado a partir de la Constitución de 1980, impuso al Estado un rol prescindente en materia de Educación. Se termina la función rectora del Ministerio de Educación para organizar los programas de educación a todo nivel. Se municipaliza la educación primaria y secundaria. Aparecen las universidades privadas y todos los sectores políticos incursionan montando sus propios establecimientos. A continuación, algunas reflexiones sobre este proceso.

Elementos de la decadencia.
El modelo deteriora los pilares humanistas de lo cultural y el poder busca apagar esa llama peligrosa que alienta a la insurrección libertaria 

En la década de los 80 se fragmenta la Universidad de Chile en sedes regionales.
Se inicia la privatización de la educación superior con los CFT, IP, UNIVERSIDADES PRIVADAS. Demagogia populista: universidad para todos. Atender las expectativas del mercado significó lucrar con ellas, expandiéndose la oferta de carreras sin ninguna lógica. El impacto fue el endeudamiento de las familias y los estudiantes, la sobre oferta de profesionales, la dudosa calidad de esa avalancha de profesionales y una proliferación de cesantes ilustrados y sobre endeudados por un CAE usurero.
En este proceso se desvirtúa la misión de la Universidad de cumplir con Docencia, Investigación y Extensión, como vanguardia del conocimiento, la ciencia y la tecnología. Las universidades en búsqueda de financiamiento comienzan a desarrollar Asistencia Técnica para realizar estudios orientados y a requerimiento del sector productivo, cada facultad compite en esta nueva función y la energía académica pierde el foco y sale del aula, contratando profesores media jornada para cubrir docencia que dejan de prestar los profesores jerarquizados de jornada completa. La distorsión de la misión de la universidad deviene en unidades de negocios donde los equipos académicos se convierten en consultores que pagan su regalía de marca a la Universidad, pero gestionando en plena autonomía sus programas de asistencia técnica. 
Una mercantilización mayor y carente de toda ética fue la incorporación de académicos jornada completa de las universidades tradicionales a proyectos de universidades privadas, sirviendo con sus nombres y currículum a viabilizar a las universidades privadas, agregando a esto la maniobra de aparecer sirviendo otras jornadas completas imposibles de ser reales. Una corrupción que evidenció cómo el lucro fue corroyendo la función educativa de las universidades tradicionales que vieron deteriorar la calidad de su docencia y el abandono de la función social orientadora de la Universidad frente a la sociedad.

 El individualismo fue calando la vida universitaria y la colaboración interdisciplinaria dió paso a feudos cerrados donde los integrantes titulares repartían utilidades, mientras el peso de la docencia era subrogado por un plantel de profesores hora, contratados bajo condiciones leoninas, de marzo a diciembre y sin participación en la toma de.decisiones. Se fue perdiendo un espíritu fundacional de lo que había sido la Reforma universitaria del 68 en las universidades tradicionales, públicas y las católicas adcritas a esa calidad.
Apuntando al fondo del objetivo de la educación superior, todo este proceso fue debilitando la formación crítica del educando para derivar en la consecución de una máxima especialización que es funcional al modelo económico vigente.
La planificación de las carreras fue extendiendo su duración, complementándolas con programas de posgrado, diplomados, magister y doctorados que constituyen una fuente de ingresos sustantiva, toda vez que son percibidos como indispensables para alcanzar una carta de presentación competitiva, retardando con ello el ingreso del profesional al mundo real del trabajo. 
La Educación manejada como negocio y regida por el mercado, ha tenido 40 años después un resultado lamentable, derivado de la falta de una planificación por parte de Estado, respecto a lo que requiere el desarrollo. Esto ha llevado a la realidad de profesionales sin espacio laboral o sectores que no encuentran un recurso humano competente para los desafíos empresariales. El mercado no responde a lo que se necesita sino a lo que puede ser oportunidad de ganancia.

Fui parte y producto de un proyecto educativo pionero e innovador, desarrollado al alero de la Rectoría jesuítica de la Universidad Católica de Valparaíso, entre 1953 y 1966: el colegio experimental Rubén Castro.
Un colegio gratuíto donde el profesorado esraba integrado fundamentalmente por jóvenes normalistas que cursaban su perfeccionamiento en la Universidad Católica de Valparaíso. 
Los planes de estudio eran de doble jornada, con clases de Castellano, Inglés , Francés, Matemáticas, Historia y Geografía, avanzando a Física, Química, Biología, Educación Cívica y Filosofía. Los exámenes eran supervisados por un Liceo de la educación pública. Pero lo distintivo e importante eran los Ramos electivos, que ofrecían una gama de materias que se podía tomar en cada semestre. Allí se podía estudiar Entomología, Radio, Periodismo escolar, Taquigrafía, Cerámica, Pintura, Coro, Música, con 
Talleres que se realizaban por las tardes en una actividad exploradora que orientaba vocacionalmente al alumnado aportando una mirada holistica de la realidad.
Llegando está vivencia a una prospectiva del momento actual de la educación, dejo algunas reflexiones:
Se viene un cambio radical en los procesos de enseñanza aprendizaje, dados los avances de la tecnología y la construcción de contenidos que, al ser procesados por la Inteligencia artificial, IA, deja a disposición del usuario no solo datos neutros, sino su interpretación subjetiva, según sea el sesgo de quien alimenta los diseños lógicos de la IA. Porque en la narrativa histórica es totalmente plausible que el poder que usa la IA pueda manipular el proceso analítico con determinados criterios.
Asumir un mundo que vive inmerso en este fenómeno de mayor dependencia de cerebros hiper poderosos.
Cómo vivir una transformación tecnológica manteniendo la identidad aquilatada por siglos, resistiendo la manipulación de medios, la pos verdad, el negacionismo de una narrativa imperial supranacional. 
En un contexto geopolítico que va dispersando el poder entre un puñado de superpotencias que tienen poder nuclear, con un multilateralismo de imperios, que implica que los países en desarrollo deben moverse en un complejo mapa de equilibrios. 
El pensamiento crítico es una emergencia si se quiere mantener identidad nacional y una soberanía efectiva. El problema es el retraso estructural y la involución en materia educativa que ha formado operadores acríticos que son funcionales a procesos pero no tienen una mirada holistica para entender las complejidades del mundo que está surgiendo. El escapismo de la virtualidad, la adopción de modas, montajes cibernéticos, Fake news,  bots, que llevan a una identificación personalizada de las personas, amenaza con llevar a sistemas de control total, que puedan predecir el comportamiento de las masas e influir en él. Las libertades civiles y los derechos humanos se irán  relativizando en la medida que, supuestos intereses de seguridad, vayan rompiendo la forma de vida libre en que nos hemos formado y que probablemente nuestros descendientes no conocerán.
Para encaminar a nuestra niñez hacia una nueva forma de aprehender su nueva realidad planetaria, uno de los primeros requerimientos es recuperar la capacidad de leer y comprender lo que se lee, convirtiendo al maestro en un orientador que explora junto a sus alumnos el conocimiento que, como selva abarrotada de información, se presenta ante el usuario planetario, que debe navegar por ella, como un territorio enmalezado de alto riesgo, donde se debe separar la paja del trigo.
Y, pensando en esto, vuelvo mi mirada a ese proyecto experimental de educación 
en que me formé y siento que es el camino que imagino como salida de esta crisis estructural de la educación en Chile, de cara a un cambio de era.
¿Cómo procurar una educación moderna, holistica, participativa, gregaria y colaborativa?
¿Cómo comprender la complejidad de la interdependencia.y recuperar el paradigma de la cooperación regional?
La idea fuerza es oponer al sistema imperial de las multinacionales una organización social colectiva de resistencia. El poder corporativo  concentra poder económico, político y militar, porque hasta la guerra se ha privatizado. Desde la sociedad civil fragmentada y calada por el individualismo, se debe generar una organización colectiva de actores diversos que se aglutinen en un interés superior de sobrevivencia. 
Desde la sociedad civil debe nacer una forma limpia de hacer política y de ganar legitimidad. Llámese ciudadania, tejido social, sindicatos, agrupaciones de consumidores, gremios, colegios profesionales, esos sectores que sufren el dominio de las élites, pueden proyectar un nuevo orden en el cual el Estado debe ser recuperado para que represente el interés general. Se asume la realidad presente de instituciones cooptadas por un orden supranacional que se ha vestido de progresismo o pseudo izquierda para dividirnos, distraernos de lo importante, 
vendernos un placebo de democracia. Sin embargo, tras una crisis que está ad portas, luego de la derrota de la OTAN ante Rusia, que ha conllvadoy la decadencia de la Unión Europea, habrá probablemente un mayor espacio para un reencuentro social, quizá después de tocar fondo y unirnos serà la única opción a una dictadura fascista neo colonial en América. Difícil camino de reconstrucción moral de la sociedad y he allí donde la Cultura cobra un rol categórico para fortalecer un civismo responsable y sensato que apunte al disenso y nos a la imposición de consignas vacías de contenido real. Aprender o reaprender a escuchar al otro y aceptar los límites sin prepotencia, son elementos de una actitud colectiva que deviene en nuevos paradigma de interrelación y convivencia. Una nueva impronta que deberá incluir la colaboración, cooperacion e integridad en el actuar de cada individuo, erradicando los desvalores del ventajismo, clientelismo, nepotismo y el resentimiento que impide reconocer los méritos del prójimo. Recuperar una identidad cultural de tolerancia y respeto será en gran medida una labor que deben desarrollar los actores de la educación y la cultura, cambiando criterios mercantiles que ha impuesto el modelo. Y en ese plano los artistas, poetas e intelectuales tendremos mucho que aportar, desde los márgenes sociales y desde nuestras catacumbas, siglo XXI.

El espíritu cooperativo mejora la calidad de vida

.Una mirada libre a nuestro entorno

No hay comentarios.: