¿Oiga, Ud. es de izquierda o de derecha?
Responder esta pregunta sin caer en la superficialidad, me motiva contestar: “Depende de con quién me comparen”.
Churchill dijo que la democracia era el menos malo de los sistemas conocidos. Ortega y Gasset dijo que ser de la izquierda como ser de la derecha eran formas de hemiplejia moral. Víctor Jara nos cantaba “Usted no es ná, no es chicha ni limoná, se lo pasa manoseando, caramba y zamba, su dignidad”.
Considerando estos pensamientos y un montón de años de experiencia, debo declarar mi asombro ante el izquierdista Joaquín Lavín y
Hablando en serio, el evangelio señala “por sus obras los conoceréis” y eso me parece de máximo sentido común. No basta con declararse honesto, progresista, humilde y generoso, si los porfiados hechos no demuestran consecuencia. Del dicho al hecho hay mucho trecho.
El debate en Canal 13 y CNN demostró que hay un Lavín desesperado, jugando al marketing, rasgando vestiduras por la inequidad del sistema. Del otro lado, Michelle Bachelet, cauta, desabrida, perdiendo simpatía, demasiado opacada por un Lagos que no ceja en ocupar los primeros planos, así sea agarrándose del moño a grito pelado por un grupo de ecologistas irreverentes ante su investidura. Ahora le dio por hablar del Presidente en tercera persona, opinando de todo, ayer de la separación del Chino Ríos, hoy del TLC con China, como si fuera lo mismo, es como mucho. Impresentable para alguien que se supone ha cedido la titularidad del juego a
Lavín se cuida solo. Está tan desesperado por su declive que echa mano al discurso del mismo Hirsch. El cual, por su parte, ha tenido la inteligencia de desmitificar su candidatura de prejuicios o descalificaciones cliché que lo marcaban como de discurso anclado en el pasado. En la entrevista que le hizo Paulsen en Ültima Mirada, estuvo asertivo, mirando al futuro, expresando con sentido común algo que a Lavín no se le cree, pero que a él sí: la inviabilidad de un modelo depredador de la naturaleza y despiadado con las personas.
Piñera sigue su hoja de navegación y es el que menos anticuerpos despierta. Ya ha superado a Lavín en algunas encuestas y su propuesta en medio ambiente, que presentó en la PUC de Santiago, transmitida por el canal del Senado, fue brillante y deja un puente plata para captar la adhesión de los de perfil verde, para la segunda vuelta. En la Concertación se vislumbran rostros preocupados. Sobre todo en medio de los dos mil que integran el equipo transversal que ha surfeado en el poder por 16 años. Es a los que más dolería el escenario de segunda vuelta. Porque hasta acá los cuatro candidatos han hecho planteamientos gruesos, sin entrar en detalles escabrosos. Pero, en segunda vuelta, cuando haya que jugarse el todo por el todo y sabiéndose ya el resultado electoral parlamentario, podrán esgrimirse tópicos guardados bajo la manga, como lo son los temas valóricos o de probidad, como lo serían el aborto terapéutico, los procesos judiciales por corrupción, entre otras variables que causan urticaria.
El Juntos Podemos Más, capitalizando el descontento pero ofreciendo medidas posibles, de corrección del sistema (el tema previsional es el que mejor ha manejado Hirsch), podría llegar a ese 15% máximo que pronostiqué en Marzo. Piñera con RN superaría a Lavín y a la UDI, alcanzando un 20% en primera vuelta. Bachelet bordeará los 37%, con el voto duro socialista - ppd, pero sin lograr captar una mayoría del género femenino, como era la apuesta inicial.
De esta forma, sin que nadie pueda detener la historia, se habrá recompuesto un esquema de tres tercios en Chile.
Ahora, ¿donde está la derecha y donde la izquierda? En este juego de espejos es fácil confundirse. En la segunda vuelta otro gallo cantará y lo conveniente para la democracia y la gente, sería testear de cara al país las propuestas concretas de cada candidato para los cortos 4 años que tendrá el futuro mandato presidencial.
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