viernes, junio 11, 2021

Viviendo una vorágine


Estamos en medio de un gran cambio que nos exige abrir la mente y cambiar los paradigmas con que leíamos nuestra sociedad. Las relaciones internacionales, las locales y las personales han sido remecidas por la combinación de pandemia más crisis económica y social. Se advierte el fin del modelo de capitalismo salvaje y depredador, en el cual se normalizó el abuso y la desigualdad.

El individualismo ha sido también destructor de la cooperación y la buena vecindad. El sálvese quien pueda, que marcaba el estilo winner, va de salida, porque sobrevivir a la pandemia y la desprotección de un Estado al servicio de una minoría dominante, ha exigido volver al colectivo, a la auto ayuda, a la colaboración, a la gratuidad que se expresa en trabajar por un barrio, por una ciudad, por una región.

Esa mirada nos ha hecho abrir caminos para un país distinto. Se ha extendido como una gran ronda por la vida, porque hay que sobrevivir y salir jugando, caminando codo a codo hacia un país decente, en el que recuperemos las confianzas, rotas por la corrupción desvergonzada que se ha conocido por décadas y en impunidad.

Soplan aires de cambio en América Latina y la gran palanca para demoler los muros de la concentración de la riqueza, ha sido la consciencia del pueblo, que se reconoce soberano, que pone en práctica la igualdad de género, que proclama el rescate y el respeto de la naturaleza, que participa, debate, vigila y propone los principios de una sociedad en que se respete la vida, por encima de la iniciativa privada.

Se siente en el ambiente un gran cansancio y agobio, pero acompañado de ese coraje necesario para escribir una Constitución sin eufemismos, en donde se recupere un Estado orientado al bien común, protector del territorio y garante de los derechos humanos, sociales, políticos y económicos.

En las elecciones que hemos vivido, se ha legitimado y ratificado institucionalmente lo que se proclamaba en las calles durante  la explosión social de octubre 2019, ya que, pese a todas las argucias de la élite política, los independientes han instalado una fuerza gravitante en la Convención Constitucional, con la clara voluntad de cambiar el modelo, sin medias tintas, desmontando los pilares del neoliberalismo, esa maquinaria que permitió a una minoría enriquecerse y depredar la naturaleza, permitiendo el extractivismo  sin límites.

Se vive este domingo 13 la segunda vuelta de gobernadores y se percibe que lo nuevo derrotará a la vieja política. En Chile se vive una experiencia inédita: fuimos desde la dictadura el laboratorio donde se aplicó el capitalismo neoliberal más salvaje, que permitió monopolios y abusos a todo nivel; ahora, somos los que nos estamos sacudiendo, democráticamente, ese modelo, para instalar reglas del juego con equilibrios de poder, desconcentración de la riqueza, un Estado Responsable Garante de Derechos y una ciudadanía que vigile en forma permanente el quehacer político y la gobernanza de los territorios.

Podremos el día de mañana demostrar al mundo que hay alternativas para un país distinto, donde se viva con dignidad, cooperación y  esfuerzo. En ese nuevo Chile , la cultura deberá ser la energía espiritual que nos permita recuperar la Memoria y abrazar sin límites la creación de un país plurinacional y plurilingüistico, volviendo a ser respetados a nivel mundial.

Periodismo Independiente, 11.06.2021
Una mirada libre a nuestro entorno

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