BEBA, CHILE.
En este septiembre dicotómico se enredan las emociones y las vergüenzas ancestrales fluyen como grietas purulentas de lo nunca resuelto. Y se embotan los valles de enramadas jocosas, los volantines echan cortada la infancia arrebatada, los ensacados tropiezan en la comedia, los desfiles repiten la parodia, un cacho de chicha traslada misterios de boca en boca y una lánguida tonada arremete con el cautivo de Tiltil, abrazado a Víctor con su derecho a vivir en paz y Neruda llamando al nixonicidio. Los barrios se visten de tricolores y las escuelas reiteran ritos obligados. La borrachera busca borrar los escalofríos y un patito chiquito que no quiere ir al mar nos sumerge en la resaca. Es septiembre un espacio en el que una cueca sola sigue como eco por los siglos de los siglos, mientras las cebollas lloran en los causeos y mariscales, un bajativo araucano ayuda a seguir comiendo. ¡¡¡Beba, Chile, mierda!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario