Reflexiones
sobre Integración Regional
Me plantea un
amigo, Ricardo Benítez Latorre, que haga
un diagnóstico de la situación del proceso de integración con Argentina lo que
me lleva a un área en la que he trabajado casi toda mi vida profesional, ya que
residí en Buenos Aires por 8 años, después, en los 80, dirigí el proyecto del
Consejo Académico de Integración en el eje Valparaíso- Mendoza (partió en la
UCV, Escuela de Ingeniería de Transporte, con una serie de acciones de
cooperación de gran importancia política en la recuperación democrática).
Después trabajé con las Cámaras de Mendoza, Córdoba, Rosario, Buenos Aires,
como consultor de CICOM-OEA, Centro Interamericano de Comercialización,
desarrollando muchos programas de cooperación. Después, el 2002, cuando me
reintegré al Servicio Nacional de Aduanas, estuve 7 años como Administrador de Aduanas en Chañaral, cubriendo toda la región de Atacama, donde nos conocimos, impulsando el Comité de
ATACALAR en materias de Integración
Física, a cargo de los pasos fronterizos de San Francisco y Pircas Negras, con
actividades de colaboración con las Gobernaciones de Córdoba, Tucumán Santiago
del Estero, La Rioja y Catamarca. Además, en el eje de Antofagasta con Salta y
Jujuy, trabajamos en Zicosur, en los corredores bioceánicos del eje
Capricornio, entre Brasil y Chile. Puedo decir que soy un Senior en materias de
integración, más que por una sentida
convicción intelectual, por acciones y vivencias profundas en las que he
tenido la suerte de participar.
Respecto a
cuáles han sido los altibajos de este período, puedo señalar lo siguiente:
1. Durante los años 80, luego de firmado el
Acuerdo de Paz y Amistad Perpetua de 1985, se generó un gran acercamiento a
nivel de sociedad civil con la Argentina, donde la experiencia cívica
trasandina era un modelo, y eran un aliado natural por haber recuperado la
democracia después de las Malvinas. Por ello creamos puentes
político-culturales para pensar en cooperación bilateral. El Consejo Académico
de Integración que creé en la UCV con las Universidades de Valparaíso y Cuyo,
constituyó un puente para impulsar la integración física, económica, comercial
y académica. Este proyecto llegó a los 90 y allí al regularizarse la
institucionalidad democrática, el eje Cuyo Valparaíso perdió fuerzas y lo
absorbió el eje central, Buenos Aires-Santiago, con una dinámica oficial entre
países que ya habían recuperado la democracia representativa y donde la
sociedad civil perdía protagonismo.
2. En los 90 la inserción internacional de Chile
hacia los mercados mayores, vía apertura unilateral de su comercio exterior y
negociación de TLC o Acuerdos de Asociación Política, fueron la prioridad de
RREE y la integración regional bajó en prioridad. Sin embargo, Mercosur siempre
ha sido un socio estratégico pues representaba más del 20% de las exportaciones
chilenas. En el período la DIFROL organizó los Comités de Integración y se fue
avanzando gradualmente en la cooperación fronteriza, en la definición de obras
públicas estratégicas, complejos integrados, proyectos de envergadura para
vertebrar la conectividad, con pasos como Jama, San Francisco,
Horcones-Libertadores, Cardenal Samoré en Osorno. Chile ofreció siempre una
economía abierta a la cual podían ingresar los argentinos para radicar sus
negocios sin barreras, pero, mi apreciación es que del lado trasandino no se
apreció bien esta oportunidad, salvo a nivel de grandes empresas o de
multinacionales. Cabe destacar las inversiones chilenas en el retail argentino
y el Acuerdo Minero Binacional que favoreció a empresas extranjeras con un
marco excepcional a lo largo de la frontera entre ambos países. Sin embargo, a
nivel de empresas medias no se ha producido un tejido de intereses que haya
caminado hacia la complementación industrial, quizá por el sesgo exportador
extractivo en que se ha movido la economía chilena y la pérdida de
competitividad de la industria frente al fenómeno manufacturero de China, que
ha inundado los mercados con precios imposibles para nuestras economías de
escala. En este sentido, sin un marco protector, ni en Chile ni en Argentina,
los sectores medios no estuvieron en condiciones de levantar proyectos sólidos
de complementación industrial, que era a lo que se aspiraba en los 80.
3. Los cambios políticos internos inciden
demasiado en la suerte de los procesos de integración regional. El federalismo
de Argentina está cruzado con escenarios políticos internos variables, con
mucho caudillismo y luchas internas, que impactan con cambios en los
interlocutores y falta de continuidad en la ejecución de programas, o falta de
financiamiento para obras con compromisos heredados de otras administraciones.
Esto desgasta la relación a nivel de Comités y la solución sería que lo medular
de la cooperación a nivel de Comités funcionase por dinámica privada y no
pública, toda vez que a nivel de cámaras hay continuidad, no así en los planos
públicos. Del lado nuestro, el Ministerio de RREE se ha abocado a la
negociación de múltiples acuerdos de apertura comercial, manteniendo a nivel
rutinario las relaciones con los vecinos inmediatos, sin grandes proyectos que
hayan alcanzado u nivel importante de ejecución. Hay compromisos que se
dilatan, como el corredor por San Francisco, el túnel por Aguas Negras en
Coquimbo, el túnel a media altura Juncal-Las Leñas en Los Libertadores. Quizás,
ahora, en medio de la crisis global , pueda cobrar nuevamente prioridad la obra
pública regional, con su impacto reactivador, pero hasta aquí es sólo una
expresión de deseo.
4. El desafío de la integración regional ha
incorporado otros tips y uno de ellos es el de la matriz energética integrada,
donde ya se habla de compensación, de redes integradas, de comercio de energía
o gas en marcos regionales. Otra área de colaboración es el área de defensa
nacional. Pienso que ha faltado decisión estratégica de los Estados para dar
conducción a la Integración física, en orden a gestionar obras de
infraestructura que se consensuen como estratégicas para ambos países y que
dichas decisiones no se distorsionen por demandas regionales coyunturales y
relacionadas al momento político interno en ambos países. En este plano, los
privados sólo pueden esperar o tratar de influir, pero son ámbito estratégico
público y para ello debe haber voluntad política y compromiso con la
Integración Regional. Hay herramientas vigentes para comerciar con uso de
compensación (Acuerdo de Créditos Recíprocos de ALADI) las cuales pueden ser
rescatables si la crisis global mengua los retornos por exportaciones en nuestros
países.
Son los puntos
que puedo resumir en esta rápida reflexión a la que me has motivado gentilmente, lo cual se agradece. Y espero te sirva para el diálogo con los hermanos de
Córdoba. Puedo referirte, adicionalmente, que soy Asesor Académico y estoy
reconocido como Especialista en el MBA DE Comercio Internacional de la
Universidad Nacional de Córdoba, donde he dictado la cátedra Dirección de
Negocios Internacionales. Es un vínculo académico que aprecio mucho y por ello
lo destaco.
Valparaíso, 12 de marzo de 2021.