miércoles, diciembre 31, 2025

La difícil columna de cierre 2025

La difícil columna de cierre 2025

 


Cada fin de año me animaba escribir una columna de síntesis  con una somera evaluación del período. Sin embargo, en este 31 de diciembre falta distancia aún frente a las elecciones vividas. Y esta aprensión quizá sea por la impunidad que temo vuelva a darse frente a la delincuencia económica que ha cundido en Chile, donde todo se tira bajo la alfombra o a la vía muerta.

Desde el formato autoimpuesto de periodismo independiente, por décadas he venido siguiendo la ruta de la corrupción que ha ido permeando al Estado y la sociedad civil. Distintos estamentos, políticos, policiales, castrenses, educacionales, religiosos han sido corroídos por la entropía de las malas prácticas y el relativismo ético.  Y en esa decadencia, esas élites han perdido legitimidad frente al pueblo, lo que ha generado una desconfianza extendida frente a la institucionalidad, lo cual debilita el sistema democrático.

Es que, ante la evidencia de representantes populares que dan la espalda a sus representados y gobiernan en un sentido totalmente opuesto al de sus encendidos discursos, la mentira se desmorona y aparece visceralmente el descreimiento, la anomia y el voto castigo. La sociedad civil, los sectores sociales en general, toman distancia de esos políticos de secta y se alejan de la política practicada sin principios, convicción, ni siquiera competencias, y se advierte al cierre del 2025 un murmullo que quizás sea el inicio de un proceso social de base en donde el cliché de ese político “progresista marketero” del despotismo ilustrado, “todo para el pueblo, pero sin el pueblo” genera un amplio repudio.   

Este año, con el caso Chadwick-Hermosilla,  se destapó el tráfico de influencias en la Justicia. Es difícil seguir la cantidad de casos en que magistrados de máximo nivel están hoy siendo procesados por relaciones impropias y delitos contra la probidad. Porque es tenebroso el poder que construyeron esas mafias para instalar jueces y dirigir las sentencias judiciales a su amaño. Se desconoce aún la cantidad de causas judiciales que se dictaron distorsionadas por estos hilos de influencia y pago de favores. Quizás próximamente presenciaremos querellas contra el Estado por sentencias judiciales que ameritan ser revisadas por haber sido llevadas en medio de estas relaciones oscuras que alteraron la máxima de una Justicia ciega e imparcial.

Pero quiero destacar algo positivo que constituye una importante señal esperanzadora: por unanimidad, ha sido elegida Presidenta de la Corte Suprema la Magistrada Ana Gloria Chevesich, quien culmina una impecable carrera que la sitúa como la emblemática jueza anticorrupción que enfrentó estoica a los poderes fácticos de este país.

Corresponde referirse a la debacle del gobierno frenteamplista. A la fecha, no se ha escuchado un mea culpa serio, se sigue escuchando que lo hicieron regio y que fue el soberano el que perdió las luces. Es más, algunos andan con la calculadora proyectando su estrategia para el 2030. Lo cierto es que el poder en Chile, en este modelo neoliberal, los partidos políticos han monopolizado la representación popular, tal como los grupos económicos han concentrado la riqueza; ambos mundos conversan, tienen vasos comunicantes y son funcionales al sistema. Que Boric haya firmado el TPP 11 fue una señal de obsecuencia frente a los intereses corporativos globalistas, que pesará en la historia. Ahora ha ingresado al juego, en forma disruptiva, una fuerza de derecha más dura, diferente, representada por el presidente electo José Antonio Kast, que anuncia remezones al statu quo existente.

Este cierre de 2025 es un punto de inflexión en donde el contexto internacional tendrá una fuerte repercusión. Mantener una posición de Estado neutral frente a las confrontaciones mundiales, será difícil y evitar la presión imperial sobre lo que asume como patio trasero será otro aspecto de tensión. Cuando el Derecho Internacional es borrado por acciones de fuerza y retorsión, los países de América Latina debemos volver la mirada a nuestros próceres, para mantener márgenes de maniobra en un orden mundial en reestructuración.

Me quedo con la convicción que los malos son los menos, pero se notan más pues, con su poder, moldean la opinión pública. El hecho es que existen personas íntegras y que ellas son más y trabajan sin aspavientos por sus principios y convicciones. Por eso, la elección de la Magistrada Ana Gloria Chevesich como Presidenta de la Corte Suprema, nos devuelve el ánimo de que se podrá construir, más temprano que tarde, un país más decente.

Hernán Narbona Véliz

Periodismo Independiente

Corresponsal en Valparaíso de la Razón.cl

31 de diciembre de 2025


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