jueves, febrero 14, 2008

Miguelito, un producto del sistema

Miguelito, un síntoma del efecto del populismo en las políticas públicas

Enviado por Hernan Narbona Veliz el 15/02/2008 a las 4:15
Hernan Narbona Veliz
Chile en el gobierno de la Concertación buscó una proyección internacional ligada a la defensa de los derechos humanos. De una visión superficial de la doctrina de derechos humanos se pasó a un manejo liviano de la libertad que partió eliminando la pena de muerte y cambió el sistema judicial penal para instalar un sistema que ha inclinado lamentablemente la balanza a favor de los victimarios y desmerece y complica el ejercicio de los derechos de las víctimas. Las víctimas reales de los actos delictuales terminan desprotegidas, mientras los agresores se especializan en invocar sus derechos humanos para birlar el brazo de la ley.

En las políticas sociales se ha aplicado un asistencialismo que ha generado la “profesión de pobre”, con amplios sectores que son expertos en obtención de ayudas, subsidios, condonaciones, becas, subsidios de todo tipo. El Estado gasta cifras siderales para eliminar las brechas de pobreza, pero ha fallado lo principal, se ha regalado pescado y no se ha enseñado a pescar.

Se ha generado en Chile una clase popular renuente al trabajo, que ha entrado en el círculo vicioso de ser pobre censado en la ficha CAS y con ello consigue usufructuar al máximo de cuanta facilidad se pueda conseguir. Lo único a lo que le tienen alergia esos sectores es a trabajar en serio. Baste ver como en las emergencias ellos esperan que otros construyan sus casas , sin mover ellos un dedo, y son presas del consumismo, de las bandas de distribución de drogas. La flojera se ha institucionalizado en las antiguas barriadas obreras de Chile y ser pobre con tarjeta redunda mucho más que el trabajo digno, cualquiera sea éste.

Cuando se observa casos de delincuentes rematados a corta edad, nivel de infancia, como el de Miguelito, peligroso delincuente infantil que viene de ese entorno perverso que hemos graficado, uno se da cuenta que la debilidad del sistema neo liberal implantado, que se quiere parchar con políticas públicas de asistencia que claramente caen en el populismo. Miguelito para salvarse y ser recuperado debería ser separado de su familia, colocado en una correccional con un régimen prácticamente militar, riguroso en disciplina, que lo formara en valores que para él han sido desconocidos y esa recuperación, esa rehabilitación, requiere de la sociedad vocación de servicio y no meros operadores que lucran como sostenedores con las asignaciones de recursos públicos. Vale decir, para salvar los Miguelitos que hoy forman peligrosas bandas de sicarios para el narcotráfico, se debe repensar el sistema social que se ha construido en los últimos 30 años. Se debe aplicar mano dura, pero yendo a solucionar las causas profundas que producen estos personajes amenazantes, como lo es tristemente, Miguelito.

15 de febrero de 2008



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