miércoles, marzo 19, 2025

entrevista de O GLOBO a un capo mafioso Marcola

Cuando la sociedad vive escenarios distópicos, de miedo,  delincuencia y  de Estados fallidos, esta entrevista a un capo de la mafia brasileña,  es una alerta que debe remecernos.

ENTREVISTA DE LA RED TELEVISIVA "O'GLOBO" EN BRASIL AL CAPO “MARCOLA”:

Marcos Camacho, más conocido por el sobrenombre de "Marcola", es el máximo dirigente de una organización criminal de Sao Paulo (Brasil) denominada Primer Comando de la Capital (PCC). 

Las respuestas de Marcola nos aproximan a lo que puede ser el futuro de la delincuencia común en América Latina.

O Globo: ¿Usted es del PRIMER COMANDO DE LA CAPITAL (PCC)?

Marcola: Más que eso, yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía… ¿Qué hicieron? Nada. ¿El Gobierno Federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas o en la música romántica sobre "la belleza de esas montañas al amanecer", esas cosas…
Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social.

O Globo: Pero la solución sería…

Marcola: ¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de "solución" ya es un error.
¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero por sobre la periferia de San Pablo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una "tiranía esclarecida" que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del Legislativo cómplice. Y del Judicial que impide puniciones. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal de país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre policías municipales, provinciales y federales (nosotros hacemos hasta "conference calls" entre presidiarios…)
Y todo eso costaría billones de dólares e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución.

O Globo: ¿Usted no tiene miedo de morir...?

Marcola: Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva "especie", ya somos otros bichos, diferentes a ustedes.
La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común.
¿Ustedes intelectuales no hablan de lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? Entonces ¡llegamos nosotros! ¡Ja, ja, ja…! Yo leo mucho; leí 3.000 libros y leo a Dante, pero mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país.
No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. Es eso. Es otra lengua.
Está delante de una especie de post miseria.
La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes.

O Globo: ¿Qué cambió en las periferias?

Marcola: Mangos. Nosotros ahora tenemos. ¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar no manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un escritorio… Cuál es la policía que va a quemar esa mina de oro, ¿entiende? Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila, es despedido y "colocado en el microondas".
Ustedes son el estado quebrado, dominado por incompetentes.
Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados. Ustedes tienen calibre 38. Nosotros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en "super stars" del crimen.  Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la población de las villas miseria, por miedo o por amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos "globales". Nosotros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros "clientes". Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la violencia que provocamos.

O Globo: ¿Pero, qué debemos hacer?

Marcola: Les voy a dar una idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a "los barones del polvo" (cocaína)! Hay diputados, senadores, empresarios, hay ex presidentes en el medio de la cocaína y de las armas. ¿Pero, quién va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué plata?
No tienen dinero ni para comida de los reclutas. Estoy leyendo "Sobre la guerra", de Klausewitz. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles anti-tanque. Si embroman, van a salir unos Stinger. Para acabar con nosotros… solamente con una bomba atómica en las villas miseria. ¿Ya pensó? ¿Ipanema radiactiva?

O Globo: Pero… ¿No habrá una solución?

Marcola: Ustedes sólo pueden llegar a algún suceso si desisten de defender la "normalidad". No hay más normalidad alguna. Ustedes precisan hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Pero a ser franco, en serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Sólo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: " Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno".

domingo, marzo 16, 2025

Educación . cultura y civismo


Ideas para un borrador de columna para corporación Ciudadanos por Valparaíso.

Mercantilización de la Educación. El principio de Estado Subsidiario aplicado a partir de la Constitución de 1980, impuso al Estado un rol prescindente en materia de Educación. Se termina la función rectora del Ministerio de Educación para organizar los programas de educación a todo nivel. Se municipaliza la educación primaria y secundaria. Aparecen las universidades privadas y todos los sectores políticos incursionan montando sus propios establecimientos. A continuación, algunas reflexiones sobre este proceso.

Elementos de la decadencia.
El modelo deteriora los pilares humanistas de lo cultural y el poder busca apagar esa llama peligrosa que alienta a la insurrección libertaria 

En la década de los 80 se fragmenta la Universidad de Chile en sedes regionales.
Se inicia la privatización de la educación superior con los CFT, IP, UNIVERSIDADES PRIVADAS. Demagogia populista: universidad para todos. Atender las expectativas del mercado significó lucrar con ellas, expandiéndose la oferta de carreras sin ninguna lógica. El impacto fue el endeudamiento de las familias y los estudiantes, la sobre oferta de profesionales, la dudosa calidad de esa avalancha de profesionales y una proliferación de cesantes ilustrados y sobre endeudados por un CAE usurero.
En este proceso se desvirtúa la misión de la Universidad de cumplir con Docencia, Investigación y Extensión, como vanguardia del conocimiento, la ciencia y la tecnología. Las universidades en búsqueda de financiamiento comienzan a desarrollar Asistencia Técnica para realizar estudios orientados y a requerimiento del sector productivo, cada facultad compite en esta nueva función y la energía académica pierde el foco y sale del aula, contratando profesores media jornada para cubrir docencia que dejan de prestar los profesores jerarquizados de jornada completa. La distorsión de la misión de la universidad deviene en unidades de negocios donde los equipos académicos se convierten en consultores que pagan su regalía de marca a la Universidad, pero gestionando en plena autonomía sus programas de asistencia técnica. 
Una mercantilización mayor y carente de toda ética fue la incorporación de académicos jornada completa de las universidades tradicionales a proyectos de universidades privadas, sirviendo con sus nombres y currículum a viabilizar a las universidades privadas, agregando a esto la maniobra de aparecer sirviendo otras jornadas completas imposibles de ser reales. Una corrupción que evidenció cómo el lucro fue corroyendo la función educativa de las universidades tradicionales que vieron deteriorar la calidad de su docencia y el abandono de la función social orientadora de la Universidad frente a la sociedad.

 El individualismo fue calando la vida universitaria y la colaboración interdisciplinaria dió paso a feudos cerrados donde los integrantes titulares repartían utilidades, mientras el peso de la docencia era subrogado por un plantel de profesores hora, contratados bajo condiciones leoninas, de marzo a diciembre y sin participación en la toma de.decisiones. Se fue perdiendo un espíritu fundacional de lo que había sido la Reforma universitaria del 68 en las universidades tradicionales, públicas y las católicas adcritas a esa calidad.
Apuntando al fondo del objetivo de la educación superior, todo este proceso fue debilitando la formación crítica del educando para derivar en la consecución de una máxima especialización que es funcional al modelo económico vigente.
La planificación de las carreras fue extendiendo su duración, complementándolas con programas de posgrado, diplomados, magister y doctorados que constituyen una fuente de ingresos sustantiva, toda vez que son percibidos como indispensables para alcanzar una carta de presentación competitiva, retardando con ello el ingreso del profesional al mundo real del trabajo. 
La Educación manejada como negocio y regida por el mercado, ha tenido 40 años después un resultado lamentable, derivado de la falta de una planificación por parte de Estado, respecto a lo que requiere el desarrollo. Esto ha llevado a la realidad de profesionales sin espacio laboral o sectores que no encuentran un recurso humano competente para los desafíos empresariales. El mercado no responde a lo que se necesita sino a lo que puede ser oportunidad de ganancia.

Fui parte y producto de un proyecto educativo pionero e innovador, desarrollado al alero de la Rectoría jesuítica de la Universidad Católica de Valparaíso, entre 1953 y 1966: el colegio experimental Rubén Castro.
Un colegio gratuíto donde el profesorado esraba integrado fundamentalmente por jóvenes normalistas que cursaban su perfeccionamiento en la Universidad Católica de Valparaíso. 
Los planes de estudio eran de doble jornada, con clases de Castellano, Inglés , Francés, Matemáticas, Historia y Geografía, avanzando a Física, Química, Biología, Educación Cívica y Filosofía. Los exámenes eran supervisados por un Liceo de la educación pública. Pero lo distintivo e importante eran los Ramos electivos, que ofrecían una gama de materias que se podía tomar en cada semestre. Allí se podía estudiar Entomología, Radio, Periodismo escolar, Taquigrafía, Cerámica, Pintura, Coro, Música, con 
Talleres que se realizaban por las tardes en una actividad exploradora que orientaba vocacionalmente al alumnado aportando una mirada holistica de la realidad.
Llegando está vivencia a una prospectiva del momento actual de la educación, dejo algunas reflexiones:
Se viene un cambio radical en los procesos de enseñanza aprendizaje, dados los avances de la tecnología y la construcción de contenidos que, al ser procesados por la Inteligencia artificial, IA, deja a disposición del usuario no solo datos neutros, sino su interpretación subjetiva, según sea el sesgo de quien alimenta los diseños lógicos de la IA. Porque en la narrativa histórica es totalmente plausible que el poder que usa la IA pueda manipular el proceso analítico con determinados criterios.
Asumir un mundo que vive inmerso en este fenómeno de mayor dependencia de cerebros hiper poderosos.
Cómo vivir una transformación tecnológica manteniendo la identidad aquilatada por siglos, resistiendo la manipulación de medios, la pos verdad, el negacionismo de una narrativa imperial supranacional. 
En un contexto geopolítico que va dispersando el poder entre un puñado de superpotencias que tienen poder nuclear, con un multilateralismo de imperios, que implica que los países en desarrollo deben moverse en un complejo mapa de equilibrios. 
El pensamiento crítico es una emergencia si se quiere mantener identidad nacional y una soberanía efectiva. El problema es el retraso estructural y la involución en materia educativa que ha formado operadores acríticos que son funcionales a procesos pero no tienen una mirada holistica para entender las complejidades del mundo que está surgiendo. El escapismo de la virtualidad, la adopción de modas, montajes cibernéticos, Fake news,  bots, que llevan a una identificación personalizada de las personas, amenaza con llevar a sistemas de control total, que puedan predecir el comportamiento de las masas e influir en él. Las libertades civiles y los derechos humanos se irán  relativizando en la medida que, supuestos intereses de seguridad, vayan rompiendo la forma de vida libre en que nos hemos formado y que probablemente nuestros descendientes no conocerán.
Para encaminar a nuestra niñez hacia una nueva forma de aprehender su nueva realidad planetaria, uno de los primeros requerimientos es recuperar la capacidad de leer y comprender lo que se lee, convirtiendo al maestro en un orientador que explora junto a sus alumnos el conocimiento que, como selva abarrotada de información, se presenta ante el usuario planetario, que debe navegar por ella, como un territorio enmalezado de alto riesgo, donde se debe separar la paja del trigo.
Y, pensando en esto, vuelvo mi mirada a ese proyecto experimental de educación 
en que me formé y siento que es el camino que imagino como salida de esta crisis estructural de la educación en Chile, de cara a un cambio de era.
¿Cómo procurar una educación moderna, holistica, participativa, gregaria y colaborativa?
¿Cómo comprender la complejidad de la interdependencia.y recuperar el paradigma de la cooperación regional?
La idea fuerza es oponer al sistema imperial de las multinacionales una organización social colectiva de resistencia. El poder corporativo  concentra poder económico, político y militar, porque hasta la guerra se ha privatizado. Desde la sociedad civil fragmentada y calada por el individualismo, se debe generar una organización colectiva de actores diversos que se aglutinen en un interés superior de sobrevivencia. 
Desde la sociedad civil debe nacer una forma limpia de hacer política y de ganar legitimidad. Llámese ciudadania, tejido social, sindicatos, agrupaciones de consumidores, gremios, colegios profesionales, esos sectores que sufren el dominio de las élites, pueden proyectar un nuevo orden en el cual el Estado debe ser recuperado para que represente el interés general. Se asume la realidad presente de instituciones cooptadas por un orden supranacional que se ha vestido de progresismo o pseudo izquierda para dividirnos, distraernos de lo importante, 
vendernos un placebo de democracia. Sin embargo, tras una crisis que está ad portas, luego de la derrota de la OTAN ante Rusia, que ha conllvadoy la decadencia de la Unión Europea, habrá probablemente un mayor espacio para un reencuentro social, quizá después de tocar fondo y unirnos serà la única opción a una dictadura fascista neo colonial en América. Difícil camino de reconstrucción moral de la sociedad y he allí donde la Cultura cobra un rol categórico para fortalecer un civismo responsable y sensato que apunte al disenso y nos a la imposición de consignas vacías de contenido real. Aprender o reaprender a escuchar al otro y aceptar los límites sin prepotencia, son elementos de una actitud colectiva que deviene en nuevos paradigma de interrelación y convivencia. Una nueva impronta que deberá incluir la colaboración, cooperacion e integridad en el actuar de cada individuo, erradicando los desvalores del ventajismo, clientelismo, nepotismo y el resentimiento que impide reconocer los méritos del prójimo. Recuperar una identidad cultural de tolerancia y respeto será en gran medida una labor que deben desarrollar los actores de la educación y la cultura, cambiando criterios mercantiles que ha impuesto el modelo. Y en ese plano los artistas, poetas e intelectuales tendremos mucho que aportar, desde los márgenes sociales y desde nuestras catacumbas, siglo XXI.

El espíritu cooperativo mejora la calidad de vida

.Una mirada libre a nuestro entorno

lunes, marzo 03, 2025

Baby boomers, vitales hasta el final



Baby boomers, vitales hasta el final

Se nos ha tipificado como los baby boomers, esa generación que se define generalmente como las personas nacidas entre 1946 y 1964, durante la explosión de natalidad posterior a la Segunda Guerra Mundial.

 

Protagonistas de Dos Siglos

En los decenios de 1960 y 1970, crecimos en la guerra fría, supimos de la crisis de los misiles en Cuba, de la carrera espacial, de la llegada del hombre a la luna, del zapatazo de Nikita Jrushchov en la ONU, vivimos el asesinato de Kennedy, la guerra de Vietnam, el papado de Juan XXIII, la ostpolitik,  las masacres de Tlatelolco y Tiananmen, la invasión de la URSS a Checoslovaquia. Fuimos parte de la Reforma Universitaria y del sueño de la vía democrática al socialismo de Salvador Allende, padecimos persecución, torturas, desapariciones, exilio. Padecimos las dictaduras de los 70.  Sufrimos la máquina de muerte de la operación Cóndor. Fuimos los que vimos caer los muros, vimos desaparecer a la URSS. Sobrevivimos al Siglo XX, luchamos por recuperar la democracia, levantamos la voz por la paz, conocimos la China de Mao y la China que después ingresó a la OMC, sufrimos por Bosnia, Croacia, Libia, Afganistán, Irak, Siria, Palestina.

Persistimos en el Siglo XXI, seguimos soñando, fuimos pioneros de las aplicaciones tecnológicas, protagonistas de la globalización y la interculturalidad, fuimos los que depusimos el machismo y caminamos codo a codo con nuestras compañeras para ganar espacios de libertad, somos abuelos con proyectos, somos bisabuelos que no cejamos en defender ideas y escribir poesía.

En general, construimos una sociedad de bienestar y hemos sido equidistantes de las ideologías fundamentalistas. En términos generacionales conocimos de la pobreza digna y tuvimos la educación como palanca de movilidad social. Nuestros padres habían vivido la guerra y eso nos hizo más proclives al diálogo y la democracia. Somos actualmente un 15% de la población mundial.

Vivimos revoluciones tecnológicas

Somos los que brincamos sucesivamente a mejores tecnologías y por ello el  trabajo a distancia o teletrabajo no nos sorprendió y entramos cómodos a la virtualidad. Recuerdo que, en los ochenta, la máquina de escribir eléctrica de punto, bulliciosa como ella sola, mandaba al museo la vieja máquina de escribir portátil. Luego vino la electrónica, silenciosa y con corrector incorporado, todas cumplieron su etapa y significaron una evolución notable en el trabajo. En los sesenta, en la Universidad, habíamos picado esténciles y habíamos editado revistas en papel roneo. En los setenta, aprendimos a picar un télex, que se enviaba tipo telégrafo a la máquina de destino. Para preparar la comunicación se escribía el texto, muy estructurado, y se picaba una cinta de papel delgada que quedaba llena de perforaciones, Después, se encendía la máquina y se conectaba con la terminal de destino, luego se colocaba el rollito de papel y se daba enviar. Comenzaba a pasar con un sonido de tren de juguete la cinta de papel y los agujeritos eran los pulsos que se trasmitían, para luego decodificarse en destino. Cuento este detalle para que los jóvenes se hagan una idea de cómo funcionaba el asunto. Las llamadas de larga distancia eran muy caras y tener un teléfono en casa era casi un privilegio.

En los ochenta el télex se mantuvo como base de comunicaciones, hasta que apareció el Fax que fue una maravilla, que permitía pasar una hoja escrita o con gráficos, o una foto, y al otro lado salía de inmediato en el equipo de fax, anunciando el proceso de recepción con unos pitos característicos. Hacia fines de los noventa vino el salto a la Internet con su hipervínculo que permitía navegar. Vinieron los portales, se abrió la era de la blogsfera y de las punto com.  Una etapa en que la tecnología era la diferenciación y a pasos acelerados se construía la globalización.

Así, década tras década, fueron pasando los discos flexibles, los videos en VHS y en Umatic, que nos servían para trabajar conferencias con ese apoyo de multimedia. De la vieja planilla de cálculo Wordstar, saltamos al Excel. De los blogs entramos a las plataformas virtuales, a los sitios web, a Facebook, Youtube, Instagram, WhatsApp y TicTok. La conexión instantánea, la conectividad en banda ancha, el 5G, siguen asombrándonos.

Colgados de la pisadera

Hemos vivido una vorágine, una gran ola, que siempre ha habido que surfear. De pronto, nos encontramos con la inteligencia artificial, con la robótica, en un debate sobre máquinas sustituyendo a las personas; con celulares que son un enorme computador de antaño, con múltiples funciones, un sistema que nos deja, al instante, en posición de seguir y participar de acontecimientos extraordinarios, como los que actualmente estamos viviendo.

Durante la pandemia, por motivos trágicos y tenebrosos para la humanidad, nuestras vidas cambiaron. Estuvimos confinados, muchos de nuestra generación quedaron en el camino. Como abuelos o bisabuelos hemos podido recién después de dos años, mimar a los nietos  o bisnietos. Gracias a esta tecnología que no deja de asombrarnos, hemos podido mantener conversaciones en familia, integrarnos a redes sociales, seguir participando en política.

Trabajar desde casa ha significado disfrutarlo, adaptándose al propio biorritmo. Combinando el trabajo a distancia con el trabajo doméstico, compartir con amigos conversaciones virtuales y mantener unida a la tribu frente a la pandemia.

Toda una experiencia, sobrevivir en tiempos de corona virus, conversando en las redes, colaborando en la vecindad y orientando a los más jóvenes, diciéndoles que hubo en la historia momentos muy duros y pudimos superarlos, lo mismo que haremos ahora, con resiliencia. Es agradable combinar el avance tecnológico con nuestra experiencia generacional, desplegar las ideas para sentarse junto al río de la vida a observar, sin prisas, como fluyeron amores y desamores, pasiones y olvidos, amistades falsas y amistades verdaderas, amores platónicos y amores de carne y hueso, fuegos idílicos y fuegos que laceran el alma.

Viviendo un cambio de era

Tenemos la consciencia de comprometernos para legar un mundo mejor a las nuevas generaciones. Al menos, parte de nuestra generación se ha resistido al individualismo que ha inundado la convivencia. Tenemos la sapiencia ganada para escarbar los vericuetos del ser, para prepararnos para nuestro propio último viaje, viaje real o quizá simple acceso al andén de una estación circular, para una partida sorprendente, vaya uno a saber. El punto es que, regresando de esas periódicas despedidas que damos a los amigos que parten, podemos sentarnos a ver fluir la vida en un ejercicio grato y necesario, con la mirada en el horizonte, abstraído en tu propia dimensión, especulando metáforas o hilando nuevas crónicas, sin sostener posiciones ni dogmas, como una veleta que se deja llevar por la brisa, sin oponer resistencia, en un ejercicio mágico de seguir adelante, sabedores de que cada paso podría ser el último, que jamás la congoja se enredará en tus bailes, que amarás con la porfía de un gladiador irreverente.

Y, en este instante de la historia, cuando vamos curtidos de traiciones y vemos cómo se derrumban dogmas oficiales, echamos mano a la palabra creativa para iluminar los caminos, esgrimiendo lo colectivo y la colaboración como quizá única opción redentora. Nos está tocando vivir un cambio de era y somos privilegiados por ello.

Por eso, pensé que era bueno dejar este tiempo para un divague, sintonizar de nuevo con los paradigmas propios, rememorar y proyectar, al unísono, con la esperanza de llegar pletóricos a ese instante final en que se apaguen las luces y la comedia continúe, pero en otra dimensión, donde partiremos desnudos, sólo con pasaje de ida.

 

Hernán Narbona Véliz  

Poeta, escritor y periodista chileno.

Valparaíso, 3 de marzo 2025




Una mirada libre a nuestro entorno