domingo, mayo 11, 2025

¿A dónde marcha el amigo?


¿A dónde marcha el amigo?

Hernán Narbona Véliz, Valparaíso,10 de mayo 2025.

Con un carrusel de acontecimientos que se precipitan en los mensajes que postean los personajes de una verdadera serie distópica, se va articulando la caída o el desmonte de un sistema global, en donde, desde 1990, tuvimos una superpotencia hegemónica, que impulsó la globalización, la misma que ahora le pega como boomerang.

En los noventa, el orden mundial, centrado en la Organización Mundial del Comercio, tuvo el sesgo de minimizar la injerencia de los Estados en la economía, procurando la desregulación y la transferencia de soberanía a instancias supranacionales en las que el Estado pierde su inmunidad y debe ser tratado como un agente económico más, frente a las corporaciones multinacionales, las que se aseguran así un dominio de facto, que preserve sus intereses.

Esa ha sido crudamente la globalización, vestida de la falacia de “libre comercio”, pero escondiendo la concentración de la riqueza en un conjunto de agentes financieros especuladores, que están por encima de la economía real, de la industria,  la agricultura y los servicios. Nuestro país ha sido el modelo en que se ha aplicado, dictadura mediante,  el neoliberalismo a ultranza, con un cuerpo constitucional que estableció el Estado Subsidiario, el que ha debido renunciar a una planificación indicativa mínima, conducente a un desarrollo racional, porque todo lo que sea negocio debe ser manejado por los privados, por el mercado.

Sin embargo, en estos momentos históricos, el propio EE.UU. ha emprendido el desmonte de la globalización, porque como Estado ha sufrido el vaciamiento de su industria y ha debido superar las crisis bursátiles sucesivas, en especial la de las sub-prime del 2008, yendo la Reserva Federal al salvataje de la banca, lo cual ha significado imprimir papel moneda, aumentar desmedidamente el déficit fiscal, emitir bonos de deuda y colocarlos en los mercados. Esa impresión de dólares sin respaldo, más la deuda soberana, más una balanza comercial totalmente desequilibrada, con un gasto en seguridad por el mantenimiento de más de 80 bases militares en todo el planeta; ha significado que la economía norteamericana esté al borde del colapso. Trump, en su primer mandato, inició la guerra comercial contra China, que junto con ser el mayor proveedor de bienes de consumo es, al mismo tiempo, tenedor de la mayor cantidad de sus bonos soberanos. Cuando en estos primeros cuatro meses, Trump las ha emprendido con una guerra arancelaria, lo que ha producido en el mercado interno, es desabastecimiento de mercancías de consumo masivo y el efecto de una contracción económica interna con precios disparados que amenazan en el corto plazo con una gran estanflación. Porque los aranceles no van a hacer aparecer, de la noche a la mañana, una industria sustitutiva de importaciones, porque Estados Unidos está recibiendo el resultado de su propia medicina, haber desregulado los mercados de capitales y propiciado la instalación de empresas fuera de su territorio, porque eso hacía más jugoso el negocio de sus corporaciones.

En el contexto geopolítico, Trump busca detener la guerra de Ucrania, pero con la crisis de deuda, que está allí como espada de Damocles, lo que en definitiva busca es un repliegue estratégico, volcarse hacia dentro, lo que significaría repatriar industrias a su país, pero ello es una expresión de deseo, ya que las condiciones objetivas de su mercado interno muestran una falta de personal calificado para los nuevos estándares de automatización y uso de inteligencia artificial, donde China ha ganado una enorme distancia.

La realidad muestra que el mundo multipolar que quería frenar Estados Unidos, avanza sin pausa. Los BRICS van ampliándose y China está encarando la guerra arancelaria con venta de los bonos de deuda y la implementación de sistemas logísticos globales que evitan el bloqueo de Estados Unidos. Las amenazas que se han escuchado en los escenarios de la geopolítica mundial, van variando según se va desarrollando la guerra en Ucrania, oriente medio, India-Pakistán. El Día de la Victoria del 9 de mayo, se celebró en Moscú, mostrando un amplio respaldo a Rusia de potencias importantes, como China, India, Eslovaquia, Brasil.

En estos momentos la invitación de Putin es directamente a Ucrania, a iniciar conversaciones en Estambul el 15 de este mes, pero sin un alto al fuego antes que esas conversaciones se inicien. Por otra parte, la asunción del nuevo Papa, León XIV, Robert Francis Prevot, norteamericano, con segunda nacionalidad peruana, incorpora un nuevo elemento al complejo tablero mundial y, con su primer mensaje, se percibe un compromiso por alcanzar la Paz, en la misma línea del Papa Francisco, quien también intentó mediar para frenar la guerra en Ucrania y la invasión a Gaza.

En Chile, se advierte una falta de debate público sobre el margen de maniobra que podrá tener el Estado de Chile en este contexto de cambios profundos en el orden mundial conocido. Somos un país fenicio, con tratados de libre comercio con más de 60 países, pero todo eso es ahora incierto. ¿Qué medidas se están previendo para un escenario en donde las cadenas de suministro se rompen y crecen la incertidumbre y los riesgos de guerra?  ¿Alguien ha explicado lo que puede pasar con los fondos de los afiliados a las AFP en caso de un colapso en la bolsas mundiales? ¿Cómo soportar las presiones que existirán de seguro, para alinearnos en una guerra que no es nuestra y que rechazamos?

Abramos conversaciones desde la sociedad civil, en este momento crucial.

Una mirada libre a nuestro entorno

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