domingo, agosto 14, 2005



A nadie debe interesar lo que hagas en tu dormitorio, pero…

13/08/05


Cuando convoqué a la creación de la Asociación de Heterosexuales Anónimos no pensé que iba a causar tanto impacto. http://www.granvalparaiso.cl/columnistas/narbona/narbona34.htm

Dentro de las muchas notas de adhesión a la creación del AHA -una agrupación de una especie en peligro de extinción- Asociación de Heterosexuales Anónimos, recibí también algunas veladas o expresas imputaciones de intolerante. Recordé entonces los alimentos transgénicos, esos que nos quieren vender sin una etiqueta clara y que se distribuyen con una publicidad engañosa, ya que se omite describir para el consumidor la manipulación genética que permite producirlos y también los efectos eventualmente peligrosos para quienes los consumen. Llevando esto al plano de las definiciones sexuales, la naturaleza es pródiga en diversidad de especies y frutos y sólo dos géneros motivan el orden natural del mundo.

Sin embargo, lo real es que ser heterosexual es hoy casi como decir “soy adicto”, expresándose la palabra incluso con sentimiento de culpa. Semi serio, el artículo que escribí en noviembre de 2003, tuvo una acogida increíble. Vuelvo sobre el punto porque la idea de retomar en la opinión pública una voz hetero ha ido avanzando y el sentimiento generalizado de mujeres y hombres, que se mantienen con sus hormonas e inclinación sexual en forma inequívoca, es hoy una expresión de invasión, de sentirse agredidos por una presión mediática de las autodenominadas “minorías sexuales”. Los heterosexuales están hoy prácticamente arrinconados por una ola mediática global que quiere hacer ver como natural la opción homosexual, llegándose en esa tendencia a convencer a parlamentos de diversos países para que se apruebe “el matrimonio gay” y “la adopción de hijos por parte de parejas homosexuales”.

Un tema que corresponde a la esfera privada de las personas, sus orientaciones sexuales, se ha puesto en pantalla con un voyerismo mercantil exacerbado. No se discute que puedan tener parejas homosexuales acuerdos societarios de ayuda mutua, pero no un matrimonio como lo consagra la ley civil. Se ha sacado un tema del ámbito privado para esgrimirlo como un tema público, generándose grupos de poder que presionan sobre el Estado para obtener medidas que den cuenta de la peculiar inclinación sexual que mantienen – y que es absolutamente respetable en la esfera de la vida privada- buscando legislaciones que relativizan la importancia de una pareja heterosexual bien constituida, en su rol de padres, para la sana formación de los hijos.

Apenas alguien toca el tema, poderosos grupos de interés saltan al ruedo para descalificar a quien opine en contrario a sus planteamientos. Se busca confundir a la opinión pública mezclando el tema sexualidad con otros aspectos de la vida en comunidad. Se pretende imponer la falacia de que los géneros son más de dos. Que discutir aquello, significa ser fundamentalista, intolerante, momio, fascista, enano dictador,

El punto va más allá, porque se pretende hacer sinónimo de progresismo y de pensamiento liberal, aceptar y no sólo tolerar comportamientos impropios. Esto cae en un peligroso relativismo. Por antonomasia, entonces, no se podría luchar por la justicia, por los derechos humanos, por la profundización democrática, sin entrar a incorporar las reivindicaciones que tienen que ver con la vida sexual privada de esas minorías, que no se conforman con que se las tolere sino que buscan aceptación social.

Un asunto de diversidad es tolerar al distinto, pero muy diferente es consagrar su condición como natural, si no lo es. La empatía, la capacidad generosa de entender al otro, no puede significar que el otro te agreda con su accionar público y es lo que está ocurriendo hoy con algunos homosexuales, que insisten en colocar como tema público algo que debe quedar discretamente en el dormitorio. Del mismo modo es chocante que una pareja heterosexual se ponga a ventilar sus intimidades por la tele o que publique en Internet sus relaciones sexuales. Esto es una desviación independiente de quien lo haga.

Aunque es algo de tanta obviedad que resulta casi ridículo decirlo: la ley natural establece un padre, una madre, un hombre y una mujer y de allí los hijos. ¿De donde han sacado que ser progresista o revolucionario significa incorporar al orden social transgresiones que pueden ser toleradas en el ámbito de la libertad personal y la privacidad, pero nunca ser consagradas o promovidas a través de las leyes?

Disculpen, si haya debido reiterar que los heteros existimos desde que el mundo es mundo, que puede haber habido ciclos de patriarcado o matriarcado; que se puede haber vivido machismos asquerosos y feminismos panfletarios, igual de negativos; que en definitiva, independientemente de los gustos en el dormitorio, hay malas o buenas personas. Pero, lo real es que el mundo está estructurado en dos géneros y punto.

Que no podemos quedar en silencio cuando vemos que se busca imponer por la vía legal y por la presión mediática, aquello que rompe lo natural. Yo puedo tolerar situaciones que me incomodan, respetar que otros vivan su vida privada sin agredir con ella a nadie; defiendo su derecho a privacidad, pero de ahí a tener que aceptar respecto al matrimonio, la familia, los niños, una actitud que contraria la naturaleza como una situación que debe ser promovida por la ley, hay una sideral distancia.

2 comentarios:

Cerelaque dijo...

Estimado colega de continente...
Permítome simplemente dejarle mi discrepancia con su punto de vitsa... desde la óptica de otro heterosexual que sí considera válido el otrogar legalidad a la unión entre parejas del mismo sexo, porque cada día es más claro para los adultos pensantes que ya dejamos de creer en los pajaritos preñados que el matromonio debe ser entendido como un contrato social entre partes que acuerdan buscar crecer juntos. Y nada de ello me parece "imposible" o "antinatural". Agradado de leer su blog, y acaso por ello mismo buscando participar... quedo de usted.

Anónimo dijo...

No le haga caso a cerelaque, porque está loco...