jueves, octubre 05, 2006

Un 5 de Octubre entre la nostalgia y el desencanto


Está transcurriendo el 5 de octubre de 2006, 18 años después del triunfo del NO en el Plebiscito que permitió la recuperación democrática. Entre dulce y agraz se conmemora un acontecimiento histórico. El horno no está para bollos.

La Corte Suprema ha ratificado el desafuero del ex-dictador Pinochet por delitos de tortura. Pudo ser una noticia trascendente, pero se ha perdido en la vorágine del descontento social que va creciendo.

Los cuarentones despliegan sus nostalgias por la lucha que dio la civilidad en los ochenta. De los cincuenta para arriba hay deudas muy grandes pendientes de reparación. La juventud no mira atrás, tiene sus propias urgencias.

En general la ciudadanía expresa también su desaliento por el modelo de concentración económica que han consolidado los gobiernos de la Concertación.

Se reclaman políticas de desarrollo, la postura oficial del gobierno es ampliar el gasto social, pero no variar la estructura tributaria de nuestra economía. siguen siendo los impuestos indirectos - que pagamos la mayoría de los chilenos- los que más aportan al presupuesto del Estado.

Intocables permanecen los impuestos directos que favorecen a las grandes compañías que pueden optimizar su tributación tendiendo a cero. Ellas pueden utilizar una serie de mecanismos de desgravación, mientras la clase media y los trabajadores en general deben seguir pagando el IVA, el impuesto a los combustibles, sin escapatoria alguna.

La economía toma un ritmo de lento crecimiento y todo esto es el marco en un nuevo 5 de octubre, para una serie de movilizaciones que se van coordinando.

El Frente de Trabajadores de Hacienda ha logrado mantener a marcha lenta los servicios de la Hacienda Pública. ANEF extiende la movilización a todo el sector público y los reclamos son de larga data y se refieren a la exigencia de reparación previsional para los funcionarios públicos; la exigencia de carreras funcionarias que potencien un Estado capaz de asumir una fiscalización efectiva, una regulación que cuide el bien común y una automatización acorde con el ritmo tecnológico que siguen los privados.

El recurso humano, en este contexto se siente maltratado, ya que mantiene un trabajo precario y por ello la ANEF pide terminar con los empleos a contrata y a honorarios, para integrarlos a la planta funcionaria, diseñando carreras basadas en el mérito y el trabajo honesto de funcionarios que dejen de sentir la presión indebida de contratos a plazo fijo.

¿Se animará el gobierno con una estrategia que apunte seriamente a corregir el meollo del problema, es decir el sistema tributario actual? La UDI con cinismo ha dicho que bajen los impuestos indirectos, pero será férrea opositora si se quiere cambiar el esquema de impuesto a la Renta de las grandes compañias.

¿Podrá el gobierno capitalizar la movilización social imponiendo con coraje reformas estructurales?

Está por verse.



6 de octubre de 2006

Miles de empleados fiscales paralizaron en Chile

Associated Press

Miles de trabajadores de oficinas fiscales paralizaron el jueves en demanda de mejoras salariales y laborales, y engrosaron el número de conflictos sociales que enfrenta la presidenta Michelle Bachelet, que también está presionada por exigencias de los maestros y los estudiantes.

Raúl de la Puente, presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), afirmó que la adhesión a la huelga, por 24 horas, "de advertencia", como la calificó, fue superior al 95% y anunció que seguirán movilizados.

El gobierno no entregó sus cifras sobre la paralización, mientras Bachelet dijo que el movimiento "no se justifica, pero respeto las decisiones de los gremios".

La Anef, que agrupa a unas 70.000 personas, exige reajustes salariales de un 10%, contratación de los empleados a honorarios, carrera funcionaria, negociación colectiva, tener derecho a huelga, y reparación al daño a sus fondos de pensiones durante el pasado régimen militar.

De la Puente dijo que su gremio va a "luchar fuertemente, porque vamos a negociar, pero a negociar movilizados", en una abierta alusión a lo que podría ser una huelga indefinida.

La huelga de los empleados fiscales sigue a otra el lunes de los trabajadores municipales, a una de tres semanas de los funcionarios de los hospitales públicos que concluyó el domingo, a la de los maestros el 26 de septiembre y, en mayo y junio, a una paralización de un mes de los estudiantes secundarios.

En el futuro próximo el gobierno podría enfrentar problemas en la estatal Corporación del Cobre, que negocia con miles de trabajadores que quieren imitar a la mina privada Escondida, que tras una paralización de 25 días en agosto, lograron un reajuste del 5% y un bono de 16.600 dólares por terminar el conflicto.

Las expectativas de mejoras salariales de los trabajadores se acrecentaron este año por los excedentes fiscales por unos 10.000 millones de dólares que tendrá Chile a causa de los históricos precios del cobre, su principal exportación.


Una mirada libre a nuestro entorno

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