PARIS (Fuente: Reuters) - El dirigente conservador Nicolas Sarkozy finalizó el domingo como el líder de la primera ronda de las elecciones presidenciales en Francia y se enfrentará a su rival socialista, Segolene Royal, en una segunda vuelta, mostraron datos oficiales del conteo.
Con el 100 por ciento de los sufragios escrutados, Sarkozy obtuvo un 31,11 por ciento de los votos, con Royal en el segundo lugar con un 25,84 por ciento y el centrista Francois Bayrou en la tercera posición con un 18,55 por ciento.
En tanto, el líder de extrema derecha Jean-Marie Le Pen, que asombró a Francia al llegar en segundo lugar en las elecciones del 2002, apareció en un distante cuarto puesto con un 10,51 por ciento.
Según sondeos de opinión tras la primera ronda del domingo, Sarkozy mantiene una clara ventaja sobre Royal de cara a la segunda vuelta electoral, prevista para el 6 de mayo,
Los sondeos de los institutos BVA, CSA e Ifop indicaron que el respaldo para Sarkozy llegaría a entre 52 y 54 por ciento, frente a la cifra de entre 46 y 48 por ciento que obtendría Royal.
Estas proyecciones concuerdan con los resultados de una encuesta separada realizada por el instituto Ipsos y dada a conocer el domingo, con anterioridad.
Como se esperaba, ninguno de los 12 candidatos obtuvo la mayoría absoluta en la primera vuelta, por lo que los dos con mayor porcentaje de votos deberán enfrentarse el 6 de mayo.
La concurrencia a las urnas fue del 85 por ciento, lo que marcó la mayor participación en una primera ronda en los últimos 40 años y revirtió una marcada tendencia hacia el ausentismo en recientes comicios.
"Después de tantas elecciones marcadas por una creciente abstención, la primera ronda de las elecciones presidenciales es una victoria para nuestra democracia," dijo ante seguidores un satisfecho Sarkozy, quien obtuvo el mejor resultado electoral para un derechista desde 1969.
La alta participación se alimentó del fuerte interés que despertaron los comicios, de los que surgirá una nueva generación de líderes políticos tras 12 años de gobierno del presidente Jacques Chirac, que con 74 años se retirará de la política.
Los comentarios desde Chile, país que detenta también una Jefa de Estado socialista, son de inquietud por la incidencia del género en materia política. En nuestro país hubo una visión muy superficial acerca del llamado enfoque de género, que fue argumento electoral, pero que se desgastó al año de gobierno.El asunto es de competencias, es decir de capacidad política y de gestión para conducir al gobierno en función de intereses de Estado. Segolene Royal sabe de esto y su desafío para cautivar el centro político que decidirá la segunda vuelta, pasa por demostrar que cuenta con equipos sólidos para dar un primer plano a Francia en la política comunitaria.
Enfrentar un gobierno que lo ha hecho bien y que pone un delfin de recambio generacional, deja más alta la vara a la candidata del socialismo. Porque en la práctica política n en Francia ni en Chile resisten análisis las etiquetas simplistas de izquierdas y derechas. Hace falta una visión más holística de la historia y el futuro de la humanidad, los nuevos problemas de la marginalidad, el nihilismo, el vandalismo y el anarquismo que aparecen en las sociedades que envejecen mientras las barriadas de inmigrantes se multiplican.
Las simpatías van con Segolene Royal, pero su victoria se hará cuesta arriba y el hecho que Bachelet, a la distancia, esté en medio de turbulencias que han roto la luna de miel inicial de manera abrupta, llegando a manifestaciones hasta insolentes hacia su investidura, todo ello no aparece como una carta que aporte a la candidata francesa. Aunque resulte pretencioso pensar que en algo pueda influir Chile en las elecciones de la veterana Francia, en medio de la globalización, donde las noticias vuelan y el conocimiento recíproco es directo y personalizado, si a Michelle le estuviera yendo mejor a Segolene esto la habría ayudado. Ahora la comparación jugaría en su contra, lamentablemente.
Desde el periodismo independiente, con lazos de afecto con Francia, aplaudimos el hecho que se haya roto la inercia abstencionista y que la ciudadanía haya hecho su ejercicio democrático de manera efectiva.
Ojalá Segolene pueda remontar la distancia que la separa del candidato derechista. Encantar al centro debe ser cuestión de anticipar programas, equipos y transparentarlo todo, para ganar ese voto que aspira a un gobierno que considere a la clase media y sus problemas de decaimiento, que son consecuencia de las políticas liberales aplicadas hasta ahora en Europa, pero que tienen señales de freno y cambio. Si interpreta esas sensibilidades tendremos Presidenta Francesa después del ballotage.
Una mirada libre a nuestro entorno
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