domingo, junio 24, 2007

Cruzar un duro invierno y pensar en el futuro

Cruzar un duro invierno y pensar en el futuro

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Hernán Narbona Véliz

ESTABA EN VALPARAÍSO esta semana cuando nevó en la parte alta del puerto. Placilla y Curauma quedaron con un paisaje escandinavo y la gente disfrutaba de un momento sin parangón. Precedida de una fuerte granizada, la nieve cayó dejando por unas 5 horas la ruta 68 con un paisaje sorprendente.

En el sur, un tornado causaba grandes destrozos en la ciudad de Arauco. Junto a esto la noticia sorprendente: un lago desapareció en menos de un mes, a partir del terremoto de Aysén; algunos geólogos creen que el agua pudo escurrirse por una fisura provocada por ese terremoto.. Las evidencias a nivel mundial nos hablan de inundaciones, fenómenos climáticos por doquier que nos dicen que el calentamiento global está presente y que nadie puede negarlo o minimizar sus efectos.

En este mismo período se descubrió la contaminación del río Mataquito por parte de Celco, con un daño irreparable a la fauna acuática y a la actividad pesquera artesanal de la zona. Una acción que no admite lavados de imagen, pues muestra reincidencia en conductas delictuales hacia el medio ambiente. Esto se agrega a este cuadro dramático donde la tierra reacciona frente a la acción irrespetuosa de la especie humana: somos un verdadero virus depredador de la diversidad biogenética del planeta.

Las consecuencias impactan en el mismo hombre. Las ciudades como Santiago son insufribles, las megalópolis destruyen áreas verdes, arrasan patrimonio cultural, van tras el lucro y el consumo, consumen el paisaje y depredan el ambiente sin pensar en las generaciones inmediatas. Actividades productivas rompen los estándares mínimos que permitan compatibilidad con la renovación de los recursos y las condiciones de un desarrollo sustentable. La calidad de vida decae. Según un estudio publicado en el Journal of the National Cancer Institute de EE.UU, la elevada concentración de arsénico en el agua potable en la Región de Antofagasta supone el aumento de la mortalidad por cáncer de pulmón y de vejiga de los habitantes de esta zona.

Desertificación a cargo del hombre

El domingo 17 de junio, además del consumista Día del Padre, se celebraba a nivel mundial una efeméride ambiental, el día que busca hacer conciencia sobre la desertificación del planeta y las graves consecuencias que causa la acción humana y que ha puesto en riesgo a más de 1.200 millones de personas en cien países, por lo que la ONU dio la voz de alarma en el Día Mundial, frente a un problema planetario.

El tema del agua para Chile parece resuelto en términos de corto plazo por la acumulación de nieve en las cordilleras de Los Andes y de la Costa. Sin embargo, el clima alterado puede traernos fuertes temperaturas en primavera y verano, las cuales pueden causar deshielos que conviertan esas reservas en fuertes correntadas o incluso aluviones, cuyo impacto final es desertificante al erosionar o arrasar suelos agrícolas.

En este invierno el gran riesgo es sanitario. Chile no está preparado para temperaturas bajo cero. La crisis del gas domiciliario se ve venir si continúan las temperaturas actuales. Frente a la fragilidad del sistema interconectado central, es momento de enfrentar como Estado los límites del crecimiento que presenta el modelo actual. La necesidad de ir a fuentes alternativas de energía, me hace poner en el tapete un antiguo proyecto allí, en Roca La Baja, frente a Asmar en la Avenida Altamirano de Valparaíso, donde la antigua CORVAC, Corporación para el Desarrollo de Valparaíso y Aconcagua en el gobierno de Allende, proponía construir un molo de abrigo y una planta generadora de energía eléctrica con la fuerza de las mareas. Ese proyecto existió, estuvo negociándose con Japón, la Armada participaba en el proyecto. Todo se frustró por los hechos políticos de todos conocidos.

Doy otro ejemplo. Hasta 1973 en Chañaral, Codelco mantuvo una planta desalinizadora de agua de mar, en la localidad de Barquito, como parte del complejo minero que embarcaba cobre por ese puerto desde Salvador. Por falta de visión futura, esa planta se discontinuó y allí están sus instalaciones, potencialmente recuperables.

La necesidad de nuevas políticas de inversión pública

Ligando ambos ejemplos, me pregunto ¿Por qué no articular en Chile proyectos de este tipo, que nos lleven a un abastecimiento relativamente más autónomo de esos recursos básicos para cualquier modelo de desarrollo, es decir fuentes de agua y energía? ¿Porqué no mirar el mar para extraer el agua que requieren la minería y la agricultura de desierto? ¿Porqué no mirar el ejemplo de otros países que han sabido invertir para contar con infraestructura adecuada de agua y energía?

Creo que seguir atados a un modelo neoliberal en donde el Estado se corta los brazos en materia de emprendimientos, es una actitud suicida, pues quien sino el Estado puede acometer proyectos de envergadura de este tipo. El Norte de Chile debería hace mucho tiempo tener una red de sistemas que aprovecharan la energía de las mareas, plantas desalinizadoras de agua (Codelco y La Escondida las utilizan) y que permitieran la misma agricultura de desierto que otros países han desarrollado.

Para asignar esos recursos, es necesario que en la políticas públicas se produzca una inflexión para variar los parámetros economicistas de evaluación de proyectos públicos, para colocar el acento en la dimensión estratégica, geopolítica de la inversión pública, articulando capacidades en el propio aparato público para el diseño y ejecución de obras de este tipo, utilizando la subcontratación de privados, pero manteniendo en gestión pública – llámese regional o local – la tuición de los proyectos de infraestructura. El dogmatismo neoliberal enquistado en nuestra institucionalidad es la gran barrera que entraba muchas de estas ideas progresistas para la nación toda.

En fin, son reflexiones a baja temperatura, con visión de largo plazo, con ánimo propositivo y motivación de debate. Imagino que en el reposo de este invierno agreste, quizá preámbulo de episodios climáticos aún más severos, nos demos tiempo para pensar en Chile, para imaginar el país que le estamos dejando a nietos y bisnietos. Realmente la respuesta es para ponerse rojos de vergüenza o pálidos de terror.


Valparaíso, domingo 24 de junio de 2007





Una mirada libre a nuestro entorno

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente blog! Te invito a visitar nuestro dperiódico Prometeo Liberado en http://elprincipitoperiodico.blogspot.com
Que sigas publicando y nadie te detenga!
Chris