"Despacio, que estamos apurados" era la frase que la leyenda adjudica a Napoleón, cuando su asistente lo vestía para comandar sus ejércitos. "Despacio, que estamos apurados" podría ser el lema propicio para las experiencias de integración que se han venido acumulando en la macrozona de Atacalar.
Del lado chileno la vasta Región de Atacama, con tres puertos de privilegiado calado, un crecimiento superior al 8% anual, una expansión minera increible, enfocada principalmente al gigante chino. Del otro lado, extensas provincias argentinas: Catamarca, Tucumán, La Rioja, Santiago del Estero y Córdoba, anunciándose el posible ingreso de la provincia de Santa Fe. Perfil trasandino agro exportador, con vastas producciones de cítricos, con algodón. azúcar, aceites comestibles. Una macrozona que reconoce la cuna de la Independencia de las Provincias unidas del sur, pero que ahora sufren estructuralmente la concentración económica de Buenos Aires.
La hipótesis lógica de la cooperación es la complementariedad de recursos que poseen Atacama y las provincias del Noroeste argentino: de una parte una potencialidad enorme en materia marítimo portuaria; del otro, gigntescos volúmenes alimentarios. Y al otro lado del Océano Pacífico, los mercados más grandes del planeta, China e India.
Parece obvio que dos regiones con estos perfiles podrían avanzar sin problemas en una cooperación horizontal de gran dinamismo. Pero, en la práctica, hay pesadas inercias centralistas, a ambos lados de la cordillera, que dificultan la concreción de un megaproyecto macrozonal.
La realidad de la integración escapa de los voluntarismos y de la retórica, para exigir voluntad y proyectos concretos. Es este, sin dudas, el camino inexorable si se quiere construir una aventura conjunta de largo plazo entre agentes económicos de Atacalar. Y para eso es preciso quemar etapas, ir despacio porque estamos apurados.
Apurados porque frente a nosotros está la oportunidad. Despacio se debe caminar para hacerlo con consistencia y sustentabilidad. Hay señales de que se enfrenta escenarios muy propicios, China es en efecto el principal socio de las exportaciones de Atacama.
Se dispone de una nueva normativa aduanera en materia de exportación de servicios que ya no limita la realización de servicios que favorezcan importaciones a Chile. Se quitó un sesgo proteccionista y se abrió ampliamente nuestra legislación a la desgravación de impuestos indirectos para cualquier persona que venda servicios en forma transfronteriza, es decir, que facture y entregue la prestación a alguien que reside en el exterior y que utilizará el servicio fuera de Chile. Esta normativa acaba de entrar en vigor y ya la Aduana de Atacama y la Dirección Regional de Prochile se han propuesto promover la generación de servicios de exportación en Atacama.
Ya están conformados los Consejos de Usuarios de Puertos de Huasco, Caldera y Barquito. Son comités en donde la Aduana y los operadores fijan acciones para dar seguridad a los espacios portuarios y a la cadena logística. pero, además, son el espacio para potenciar junto con los concesionarios de puertos el marketing o la promoción necesarios para captar cargas y organizar rutas. Además, un puerto como estación de transferencia debe complementarse con terminales interiores, adecuados al tipo de mercancías a operar. Por lo tanto, del seno de estos Consejos de Usuarios se busca ir diseñando las estrategias logísticas que constituyan respuestas oportunas y seguras para la demanda que puedan generar los flujos de comercio entre Asia y América.
Chile vive un esplendor macroeconómico, pero hay falencias para internalizar en desarrollo y mayor equidad. El gran esfuerzo se centra hoy en la formulación de proyectos para poder canalizar el superávit a áreas de interés. Es preciso conformar un portafolio de alternativas de inversión y la oportunidad que ha surgido del nivel central, apura a las regiones. Atacama no escapa de esta tendencia y es necesario llevar a nivel de perfiles de proyecto muchas ideas de desarrollo productivo que se deben evaluar. En este contexto, el proyecto de integración debe ser acotado y cuantificado. Se debe buscar a los emprendedores que acometan esta etapa crucial del aterrizaje a decisiones concretas.
Dentro del abanico de opciones que Atacama tiene como región para su proyección internacional, aparece como promisoria el área de servicios. la expertise regional en minería bien prodría capitalizarse en servicios de consultoría que apunten a los mercados latinoamericanos. La experiencia chilena en materia aduanero-portuaria, ahora fortalecida a través de los consejos de Usuarios, bien podría potenciarse como un gran proyecto de servicios logísticos, público-privado, de carácter bi o multinacional, que permita construir un efectivo corredor de servicios de tránsito entre Asia y el interior de América, manejando desde el gobierno una conducción inteligente para facilitar el acercamiento de los socios en inversión que podrían interesarse en participar de un mega proyecto de estas características.
Estamos apurados, vayamos despacio. Roma no se hizo en un día. Pero hasta hoy sus acueductos funcionan. Levantemos con la inteligencia consolidada de niuestros expertos un proyecto de carácter multidisciplinario y multisectorial, que aglutine una serie de subproyectos conducentes a dotar a Atacama de una infraestructura y recursos humanos adecuados, para convertirse en un "espigón del centro norte de América hacia el Pacífico". No será el mercado, sino la capacidad de visión de Estado que pueda alcanzar el Gobierno Regional, lo que podrá permitir alcanzar un objetivo tan ambicioso como el esbozado. En la dinámica de los negocios internacionales, lo interesante es sumar y no perder el norte ni los principios fundamentales de una iniciativa. el socio estratégico trasandino necesita canalizar su fortaleza alimentaria al Asia Pacífico, mientras nosotros podemos intervenir complementariamente en ese flujo de negocios, suministrando de manera competitiva una plataforma logística y comercial.
Es necesario que dejemos fluir los sueños y las ideas, pero con la capacidad ingenieril de aterrizarlos y aterrizarlas en proyectos bien perfilados. Sólo así el romanticismo necesario de la cooperación se convertirá en la hoja de ruta que Chile y Atacama necesita. El espacio de las relaciones internacionales proyectadas por las regiones es amplio y exige romper de pronto, inercias mentales de centralismo, esa actitud de consultarlo todo y casi desconfiar de las facultades y los recursos locales propios.
Las regiones de Chile, y entre ellas Atacama, tienen una posibilidad concreta de marcar rumbos de largo plazo, pero sin confundirse, sin caer en cortoplacismos. Se exige pensar en grande sin autocensuras, para luego ser estrictos y rigurosos en la formulación racional de los proyectos. Con esta convicción vamos a la X Reunión de Atacalar. Actuando con todos los sectores, instituciones o personas que deban estar.
Y así, sin equivocarnos, vayamos despacio porque estamos apurados.
Una mirada libre a nuestro entorno
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