domingo, marzo 30, 2008

Anticorrupción: Acciones y no buenas razones

Anticorrupción: Acciones y no buenas razones


En el cyber espacio uno logra vínculos simpáticos con personas que disienten o apoyan tus opiniones, pero que, de cualquier manera, están atentas al mundo, observando el devenir y asumiendo compromisos. Es por lo tanto agradable debatir, intercambiar opiniones, aprender de quienes se comunican, transmitirles a su vez, los criterios personales sobre tal o cual tema. Las medidas anticorrupción son tema recurrente en estos debates.

Recientemente unos estudiantes de la UTEM me consultaron la opinión sobre el nepotismo, identificándolo como un vicio, pero con un poco de confusiones acerca de su alcance. Me ocupé de aclararles que Nepotismo, Compadrazgo y Amiguismo, son expresiones similares de un fenómeno que en la Administración Pública constituye una forma de corrupción, una acción impropia, que va en contra de la ética pública. Les señalaba a estos amigos que a través de la concursabilidad de los cargos públicos, esta tendencia histórica que afectaba a los organismos del Estado, se veía reducida. La transparencia tan manida y tan mentada es precisamente la forma de fiscalización de los actos públicos por parte de la ciudadanía, de los contribuyentes. El Derecho Administrativo sentó las bases para la probidad en la Administración del Estado y preferir a los parientes, a los correligionarios y amigos, constituyen actos impropios, denunciables como actos discriminatorios en contra de las personas que puedan verse postergadas o perjudicadas por el hecho de que se prefiera a algún recomendado, pariente o cliente político, sin que reúna los méritos ni que se respete el orden jerárquico de una organización pública.

En el sector privado, por el contrario, es normal, aceptable y hasta recomendable, que los empresarios construyan sus equipos con personas de su confianza, hijos, cónyuges y parientes en general. Nadie podría reclamar por ese hecho, ya que el emprendedor es quien decide plenamente en su ámbito de gestión y el derecho le permite actuar bajo el principio de autonomía de la voluntad en todo ámbito, salvo aquellas situaciones que constituyan un ilícito. Sin embargo, cuando crece una empresa y surgen accionistas, la ley también los protege de abusos de confianza o manejo indebido de los recursos de una empresa, con una responsabilidad que también busca la transparencia como objetivo de la relación contractual entre inversionistas y empresarios.

El tema de la corrupción se ha hecho carne en la opinión pública. La población percibe este fenómeno como una real amenaza. Las evidencias de malas prácticas entronizadas en algunos sectores del Estado, la acción de seudo lobbistas que en el fondo trafican influencias, el reciclaje de personeros desde el Estado a los directorios de las corporaciones privadas, han impactado y seguramente pesarán en la decisión de voto en las próximas elecciones. Sin embargo, nadie puede arrogarse el patrimonio de la pureza, pues el fenómeno de la corrupción ha sido transversal, involucrando personajes de toda la clase política. Afortunadamente, la labor de la Contraloría General de la República, de las Superintendencias y de organismos fiscalizadores de Hacienda, han permitido fortalecer en el período reciente la capacidad fiscalizadora del Estado. La decisión de someter cargos que tradicionalmente fueron de exclusiva confianza a la concursabilidad de la Alta Dirección Pública, así como la consolidación de normas de probidad y de ética pública, son señales positivas que son altamente apreciadas en el contexto internacional.

El hecho que las cátedras universitarias se enfoquen en estudiar este fenómeno también es un elemento decidor, pues algunos escándalos son fruto de verdaderas ingenierías financieras para perjudicar el interés general. Conocer de ellos como casos emblemáticos de lo que no se debe hacer en Gestión Pública, ayudará en definitiva a prevenir la extensión de las malas prácticas, agudizando la mirada escrutadora de los entes fiscalizadores que se ocupan de la protección del bien común y de los intereses de Estado.

Atacama, 30 de Marzo de 2008


Una mirada libre a nuestro entorno

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