En La Razón.cl
conversamos con el Ingeniero Civil Químico (UCN. 1973), Alexis Yovanovic, director
de la Consultora especialista en procesos minerales: MOPE - Modelo Operacional
Ltda., de Belo Horizonte, Brasil, quien es ex - funcionario de Codelco y que
hoy tiene una extensa experiencia en minería a nivel internacional. Frente al
proceso constituyente y la próxima gestión de las nuevas autoridades, quisimos
conocer su mirada respecto al momento que atraviesa la Minería chilena, en
especial la pública.
¿Cómo especialista,
qué piensas de esas voces que pretendían privatizar Codelco?
No estoy de acuerdo.
Codelco es de todos los chilenos y debe continuar siendo una de las
herramientas con la cual el gobierno deberá contar para protagonizar su propio
destino como nación soberana. Las responsabilidades sociales y ambientales
deberán quedar claramente establecidas para toda la minería, así como la
estabilidad jurídica y tributaria para quien invierte en nuestro país.
Naturalmente, el nuevo gobierno deberá involucrase mejor en los problemas que
la minería vive en estos últimos años: “desde hace casi 20 años la
producción de cobre fino en Chile es la misma (5,7 millones de toneladas año),
el costo operacional triplicó, las leyes de los depósitos cayeron para casi la
mitad y el aporte al fisco es de 7 a 8 veces menos que lo aportado 20 años
atrás”.
El nuevo gobierno deberá constatar las prácticas equivocadas, que han
llevado a la minería chilena al cuadro desastroso de hoy, donde nuestra minería
estatal no es una excepción.
En favor de Codelco debo reconocer que ya he tenido algunas
conversaciones sobre estas alternativas tecnológicas y, dentro de la estatal,
existen excelentes profesionales que están conscientes del problema y trabajan
en su solución.
¿Cuál es tu
diagnóstico y qué malas prácticas hace falta cambiar?
La drástica caída de las leyes de mineral (cobre y otros minerales) es
la fuente de los mayores problemas que vive la minería y ha sido mal enfrentada
por las mineras. Se ha impuesto la visión del mercado financiero global,
alimentada con discursos del tipo ESG, que lucra sin lastre con el desempeño
operacional real y se trabaja en beneficio de grupos globales proveedores de
grandes equipos e insumos que, predatoriamente, han crecido por sobre la tecnología,
practicando el gigantismo de las inversiones y promoviendo el uso exagerado de insumos
(cuerpos moledores, reactivos, etc.) para tratar cada vez más ganga (junto con
la caída de las leyes), produciendo estrictamente la misma cantidad de metal
fino.
El epicentro de este cuadro se encuentra en el equivocado fundamento
tecnológico y de ingeniería que soporta las operaciones de beneficio
(Concentradoras), las cuales, orientadas por grandes fabricantes globales de
equipos y de insumos, han llevado a la minería por el camino contrario a sus
propios intereses y del país en general. La tecnología mineral perdió el rumbo
y fue atropellada por el “mercado” a partir de los años 80. La mayor parte de
los fundamentos de ingeniería para las operaciones de beneficio mineral quedó
estacionada en los años 50 a 70. El ambiente académico de hoy patina en
teorías, sin salir del lugar. La tecnología real fue a parar en manos de los fabricantes
de equipos, que eran decenas de pequeñas fabricas hasta los años 70 (inclusive
empresas chilenas) y que hoy se resumen a dos grandes grupos globales.
¿Quiere esto decir
que se impuso el interés de los grandes proveedores en vez de una opción
tecnológica propia del proyecto minero? ¿cuál debió ser la decisión estratégica
distinta a lo hecho?
- Es lo que digo. Las empresas mineras globales actúan como clubes de
futbol, presentando balances deficitarios, atrasando o pagando pocos impuestos,
pero, en sus laterales y en su manejo global, se observan ventajosos negocios
que benefician a pocos dirigentes o inversionistas. Los precios de “mercado”
premian la incompetencia de las mineras, incluso ante desastres ambientales
(como en Brasil), en cuanto grandes fabricantes de equipos inflan las
inversiones y proveedores de insumos se nutren corroyendo el costo operacional.
Codelco, como herramienta de Estado, debería seguir su propio rumbo, en
favor de la economía chilena, en vez de seguir las mismas conductas de las
empresas multinacionales. Es posible enfrentar el gran
problema de la caída de las leyes mediante estrategias de Concentración
Selectiva, fragmentando correctamente y descartando tempranamente el exceso de
ganga que trae el mineral, evitando grandes inversiones en concentradoras.
La generación de relaves finos podría ser radicalmente reducida.
La acción reguladora del gobierno deberá tener un foco general en la
actividad, en sus relaciones socio ambientales y en la seriedad de los
compromisos asumidos, pero, ante la operación específica de Codelco, debería
aquí ser exigida una actitud diferente, que traiga nuevamente a esta empresa
estatal al servicio del país, a través de mejores prácticas, rompiendo viejos
paradigmas, privilegiando proveedores que fabriquen localmente las maquinarias
e insumos, estimulando el uso de cobre refinado y, naturalmente, aumentando sus
aportes al fisco y al pueblo chileno.
¿Qué recomiendas a
las nuevas autoridades que asumirán el 11 de marzo?
- El primer paso es entender el real problema de la minería chilena: la
drástica caída de las leyes, que, equivocadamente, ha llevado a Codelco (así
como a las otras grandes mineras) a tratar cada vez más ganga para producir lo
mismo, triplicando los costos operacionales y reduciendo el aporte fiscal.
Lo explico en números simples:
20 años atrás, 1 tonelada de mineral de cobre extraída de la mina
generaba 10 o más kilos de cobre metálico, por ejemplo. Hoy, por la caída de
las leyes, la misma tonelada genera sólo 5 kilos de cobre metálico. Entonces,
la “minería actual” (que muchos equivocadamente defienden), pasa a extraer 2
toneladas desde la mina y duplica la planta concentradora para beneficiar todo
ese exceso de ganga y producir la misma cantidad de cobre fino de años atrás
(10 Kg), duplicando los costos operacionales, reduciendo utilidades que son
aportes al país y agrediendo desmedidamente al medio ambiente mediante la
duplicación de la generación de relaves finos.
¿Y que debería hacerse?
Fragmentar mejor y preconcentrar el mineral antes de llegar a las
operaciones más caras de la concentradoras, como se ilustra en el diagrama que sigue
Yo propondría algunas regulaciones:
• Para Mineras en Operación (proyecto Brown Field), la caída de las
leyes debe ser enfrentada preconcentrando el mineral antes de entrar a las
Concentradoras, las cuales deberían ser impedidas, por una norma precisa, a
partir de ahora y dentro de ciertos límites, de aumentar la generación de
relaves finos. La instrucción que debiera dar a una empresa en operación será
congelar los proyectos de ampliación de plantas o de nuevas plantas
concentradoras, hasta concluir estudios de preconcentración.
• Ejecutar acciones de preconcentración a seco (operaciones más simples
y económicas), descartando polvo y ganga granulada pobre, antes de esta entrar
a las operaciones húmedas y caras del proceso, permitiría mantener la planta
concentradora con el mismo tamaño y concepto original, preservando el medio
ambiente. Si cae la ley, se debe recuperar la calidad del mineral mediante
acciones de preconcentración.
• Para Nuevos Proyectos (Green Field), el mineral alimentado a las
operaciones a húmedo de la planta concentradora deberá tener una ley de cabeza
mínima (a definir en una norma técnica complementaria). Esta ley de cabeza
mínima podrá ser alcanzada mediante operaciones de preconcentración a seco del
ROM. Podría también definirse el valor mínimo de 1% para mineral de Cobre y de
2 a 3 g/t (o más) para mineral de Oro, por ejemplo.
• Pirquineros debieran entregar mineral con ley mínima o superior en
plantas de ENAMI y ésta pagar por el preconcentrado. ENAMI podría ejecutar la
preconcentración a seco y devolver la ganga al pirquinero, para que este la
lleve de vuelta al local de origen
¿Con estas medidas
que significan racionalizar la renovación de plantas y equipos gigantes, se enfrentaría
un seguro reclamo y presión de las corporaciones que venden esos equipos, pero
se podría, además de reducir costos operacionales reducir el impacto ambiental,
el consumo de agua y la polución aérea?
La Razón.cl 18 febrero 2022.
Periodista Hernán Narbona Véliz, Corresponsal en Región de Valparaíso
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