Cada año los recuentos periodísticos intentan realizar balances e
identificar algunas tendencias que nos impactarán en el corto y largo plazo. En
esta ocasión, esta columna tradicional de cada diciembre, tratará de resumir un
año en el que se ha manifestado la naturaleza con situaciones climáticas
extremas, mientras la humanidad se ha visto estremecida por una guerra moderna,
con drones kamikazes, hackeo de sistemas, la muerte impersonal a través de
video juegos, armas hipersónicas de exterminio; niveles de violencia que han
dejado a la humanidad al borde de un precipicio.
Cuando se observa esta escalada, sin ser apocalípticos, se debe ponderar
el riesgo que se vive y la fragilidad de nuestros Estados y su difícil supervivencia, si se desata una
tercera guerra mundial, ya que en ese escenario macabro, todo el planeta queda
como tierra de nadie, a merced de lo que pueda acarrear una guerra relámpago de
aniquilamiento. Vivimos un mundo globalizado a partir de la Internet, que vive
la realidad virtual, la Inteligencia Artificial, la conectividad, con sistemas
productivos que han cruzado los límites en materia ambiental y sistemas financieros que están por encima del
control de los Estados, con sistemas de pagos internacionales que se han
alineado con la divisa dólar como orden impuesto por EEUU desde la pos segunda
guerra mundial. Todo lo cual ha comenzado a ajustarse en un nuevo esquema de
poder mundial, con nuevas alianzas estratégicas que vienen a cambiar la
interdependencia compleja que se ha dado hasta ahora entre los diversos actores,
llámense Estados Nacionales, Corporaciones Multinacionales, ONGs, los
ciudadanos, la sociedad civil, con sus culturas y religiones diversas.
Estamos en medio de un proceso de cambio: un orden imperial en
decadencia y un sistema múltiple y diverso que comienza a nacer. Con una
vorágine de variables geopolíticas, económicas, sociales y ambientales en plena
gestación. Escenarios que exigen adecuar las políticas públicas de los países,
asumiendo los escasos márgenes de maniobra que tenemos como región sudamericana
frente a los desafíos que se nos vienen.
Hacia un Nuevo Orden Mundial
A nivel geopolítico, el
mundo ha asistido a la escalada de un conflicto entre EEUU y la OTAN con la
Federación Rusa. Se está viviendo el tránsito de un sistema unipolar, con una
sola superpotencia hegemónica, hacia un sistema multipolar, con diversos
actores soberanos que actúen en respeto mutuo, de acuerdo al Derecho
Internacional. Este proceso ha partido con la conformación del bloque político
económico de los BRICS, con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, el cual ha
seguido creciendo con la incorporación a partir del 1 de enero de 2024 de Egipto,
Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía. El intercambio al
interior de los BRICS deja de usar el dólar como divisa hegemónica, implementando
el uso de monedas propias para su intercambio, tendencia que está
debilitando una de las principales bases
de la hegemonía norteamericana: el dólar como divisa líder para los pagos
internacionales. Otras variables que
marcan el término del sistema unipolar es la pobreza creciente en los EEUU y el
sobre endeudamiento externo, lo que ha socavado su moneda, dada la colocación
de bonos soberanos en los mercados de capitales y la tenencia de esos títulos
por parte de China, como principal acreedor de esa deuda externa.
La guerra de Ucrania y Rusia ha sido el anfiteatro para medir en terreno el poder militar real de la
OTAN y la Federación Rusa en términos de guerra con uso de modernas
tecnologías. De acuerdo a análisis de
geopolíticos europeos y de prensa-alternativa, se ha podido apreciar durante el
conflicto de Ucrania, la eficacia de las armas de la Federación y la
vulnerabilidad de tanques y sistemas antiaéreos provistos a Ucrania con tecnología
norteamericana, inglesa o alemana. Lo mismo se ha evidenciado en la invasión de
Israel a la franja de Gaza. En materia de misiles, sistemas de defensa
antiaérea, drones y guerra cibernética, se advierte el desarrollo tecnológico
de países como Irán y Turquía. En este sentido, la hegemonía de EEUU como
superpotencia militar, ya no sería tal, toda vez que armamento moderno europeo
sería superado tecnológicamente por otros países.
La dispersión del poder nuclear entre muchos países, genera un nuevo equilibrio
del terror que los gobernantes
deben sopesar con mucha cautela. Un problema grave ha sido el tráfico de armas suministradas
a Ucrania, que se habrían desviado, corrupción mediante, a grupos combatientes
en Oriente Medio. A lo mismo se agrega el
alto desarrollo armamentista de Irán, que ha provisto de drones a Rusia y a los
grupos que se enfrentan a Israel y EEUU, en defensa de Palestina, por los bombardeos
y su ocupación de territorios palestinos de la Franja de Gaza.
El negocio de la guerra
se ha articulado con tenebrosas redes, donde las empresas de mercenarios
profesionales que sirven al mejor postor, se ha apreciado en Rusia y la OTAN,
con fuerzas irregulares que hacen la guerra más brutal, ya que esas milicias son
el brazo operativo para exterminar al enemigo, sin mayores reglas.
En este año se ha demostrado que Europa ha sido el gran perdedor. De partida, Europa no fue capaz de privilegiar
su interés regional de lograr una estabilidad en paz con Rusia y los antiguos
países de la URSS, acatando, en cambio, dentro de la alianza estratégica de la OTAN, tratar a Rusia como un enemigo estratégico.
El llamado Protocolo de Minsk, alcanzado
entre Rusia y Ucrania en 2014, tuvo por objetivo poner fin al conflicto entre
separatistas prorrusos del Donetsk y Luhansk y combatientes ucranianos. Ese
acuerdo no se cumplió, Ucrania continuó atacando y tratando de dominar ese
territorio y Rusia decidió reconocer como Estados independientes a las regiones
rebeldes, las cuales se integraron a la Federación. En el plano estratégico,
Rusia consideró que la OTAN estaba cercándola, y decidió el operativo militar
de recuperación de esos territorios, que pusieran distancia y seguridad.
Cuando un sabotaje destruye Nord Stream 1 y 2, Alemania dejó de recibir el
gas de Rusia y debió enfrentar una crisis energética, mientras EEUU le comenzó a proveer su gas a
precios mucho más altos. En definitiva, la imposición de sanciones económicas a
Rusia, finalmente resultó en un boomerang, ya que Rusia siguió creciendo y
fortaleciendo lazos comerciales en el marco de los BRICS con la India, China,
Arabia Saudita. Además, Rusia logró que armadores griegos le proporcionaran
buques cisternas para seguir distribuyendo petróleo y, a través de la
triangulación, igual su petróleo llegó a países como España, burlando las
pretendidas sanciones que buscaban deteriorar la economía de la Federación.
Siendo Alemania la locomotora de la Unión Europea, la desaceleración de su economía ha impactado en el resto de la
región. En resumen, Europa ha sido
damnificada de las malas decisiones de sus políticos obsecuentes a las
políticas de EEUU. Países como Italia y Francia, con gobiernos de ultraderecha,
han visto con impotencia que la inflación, la inmigración ilegal consecuencia
de los desplazamientos poblacionales que provocan las guerras, han llevado a
convulsiones sociales desestabilizadoras.
Esto nos lleva a resaltar en este 2023, la crisis de las democracias
occidentales, que han venido
viviendo crecientes estados de tensión social, con un creciente descreimiento y
rechazo a todo lo instituido. Por ello, las cúpulas políticas son jaqueadas por
movimientos sociales que impugnan el statu quo, en una creciente anomia, cuyo
contrapunto en el péndulo, son gobiernos fascistoides que prometen seguridad a
cambio de derechos.
El Genocidio en Gaza
Al momento de escribir esta columna, la información proporcionada por
combatientes palestinos indica que en Gaza el número de víctimas alcanza las 16
mil personas, de la cuales 7000 han sido niños. Es el genocidio-infanticidio
que la ONU ha sido incapaz de frenar. El derecho a veto en el Consejo de
Seguridad, que mantienen los países vencedores de la Segunda Guerra Mundial, ha
significado que EEUU bloquee cualquier medida que apunte a frenar el conflicto.
Brasil y Rusia intentaron iniciativas de alto al fuego, pero EEUU se opuso
aplicando su veto.
Tras el conflicto de Palestina e Israel se han precipitado los
acontecimientos. En las declaraciones
de los actores internacionales se han establecido ciertas precisiones: “Denunciar
al sionismo no es ser anti judío” “Responder a Hamas debe enmarcarse en el
principio de proporcionalidad y respetar el derecho internacional humanitario” “Bombardeo
indiscriminado a civiles, escuelas, hospitales configura crímenes de guerra de
lesa humanidad”
A medida que se aleja esa mañana del
7 de octubre, en que se realizó el ataque de Hamas a asentamientos israelíes,
ha surgido un fuerte cuestionamiento al Mosad el Departamento de Inteligencia
israelí por no haber previsto el ataque. La verdad es la primera víctima en una
guerra y la propaganda engañosa es parte del juego. Pero, más allá de ello, ha
surgido un asunto de fondo: el litoral de la franja de Gaza tiene valiosos
yacimientos de gas y el Primer Ministro Nethanyahu, habría planteado un
proyecto de explotación de ese recurso, habiendo comprometido incluso
concesiones para la explotación del proyecto, proponiendo un mapa ampliado de
Israel hacia nuevos territorios, como una ruta de la seda alternativa hacia el
sudeste asiático. Esta información develada por medios alternativos, explicaría
el porqué de la expansión sionista, planteada como una guerra santa, pero con
una causa real profunda: poder ocupar Gaza, exterminar a sus habitantes para
explotar sus riquezas energéticas. El ataque de Hamas del 7 de octubre y la
toma de rehenes, ha sido esgrimido como justificación para una guerra de exterminio
contra el pueblo palestino, con bombardeos de tierra arrasada, en un espacio
estrecho donde más de 2 millones de habitantes se encuentran en total
indefensión. Periodistas y funcionarios de la ONU han sido asesinados durante
la invasión de Gaza. El poder mediático de Israel y EEUU ha buscado tender
mantos de desinformación, pero ha habido una explosión mundial de activismo pro
Palestina, en repudio al genocidio del Estado sionista y su cómplice EEUU.
Reporteros Sin Fronteras han señalado "Los
periodistas asesinados en un mes y medio en Gaza igualan a los registrados en
un año en el mundo".
Voces por la Paz Mundial
Al cierre de 2023, la civilidad, la ciudadanía, los pueblos de diversas
latitudes del planeta se han movilizado por la paz. Este año Chile conmemoró los 50 años del
golpe civil y militar de 1973. Una extendida movilización por diferentes
ciudades y pueblos que remarcando el significado de la dictadura fascista en la
vida de las comunidades y las personas que sufrieron los abusos de ese régimen
de terror. Por esto, en Chile se produjo una empatía colectiva cuando parte el
conflicto con el ataque de Hamas a Israel. Miles de personas levantaron la voz
por la paz y contra el terrorismo. Poco a poco las voces se elevaron por Palestina,
por la existencia de dos estados, por el cumplimiento de la Resolución N° 19 de
1967 de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la que se acordó la admisión de Palestina
como Estado observador no miembro de la Organización.
La civilidad planetaria ha marchado en las principales ciudades de
Europa y América para parar los bombardeos del Estado Sionista de Israel sobre
un pueblo hacinado en la Franja de Gaza. Los palestinos aspiran, en justicia, a
ser reconocidos y respetados como un Estado soberano, con una paz real, con dos
Estados, Israel y Palestina, que puedan coexistir y donde el Derecho
Internacional se respete. Pero, desgraciadamente, lo que está hoy sufriendo la
civilidad de Oriente Medio, es un huracán de odios, sirenas y pulsos metálicos de misiles, en la
dialéctica perversa de una guerra de exterminio.
Frente a nuestros ojos va transcurriendo este conflicto, la muerte se
enseñorea con crueldad exacerbada, con asimetrías profundas. Gente común y
corriente es masacrada, la instantánea comunicación nos va mostrando la
escalada, este año 2023 hemos presenciado en directo un infanticidio dantesco.
Hernán
Narbona Véliz
Periodismo
Independiente
Corresponsal
de La Razón.cl
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