Los oropeles que circundan al poder siempre traen tentaciones, las que pueden debilitar a quien se obnubile. Por algo, el emperador romano llevaba a su auriga soplándole al oído 'recuerda que eres humano"
Cuando la nueva coalición ha nominado su Gabinete y todos sus equipos, lo ha hecho con gran transparencia, pero ello no ha estado exento de presiones. El cuoteo es una amenaza que puede restar coherencia a la gestión pública. Pero, también se debe asumir que los equilibrios son importantes y hay que ordenar la tripulación para un viaje con turbulencias.
Porque lo primordial será la unidad de dirección que debe marcar el Jefe de Estado. El gobierno de Boric deberá marcar la ruta del cambio, pero, a la vez, deberá administrar un aparato público que trae la inercia de los 50 años del modelo, con anclajes que se tendrán que desmontar en función de la legalidad presente, lo que significará que el Presidente deberá usar todas sus facultades para sus políticas estratégicas y así transitar hacia un derrotero distinto, una vez que se apruebe la nueva Constitución.
Comprender los pasos estratégicos que se debe dar, significará una lectura compleja de los espacios que debe ocupar el gobierno con las reglas vigentes, tratando de elegir las batallas que debe dar, cimentando en la fuerza de la civilidad movilizada y participativa, los primeros pasos en el periodo marzo noviembre.
Se sabe que la sociedad mediática dispone la fuerza comunicacional de medios concentrados y que buscará imponerle agenda al nuevo gobierno, tergiversar, desviar la atención, maximizar conflictos. Pero, también, es probable que haya fuego amigo, miradas cortoplacistas que buscan capitalizar emociones, exacerbar expectativas . Por ambas amenazas, el llevar un timón firme será crucial y el gobierno deberá ordenar sus energías. Para maximizar adhesión ciudadana tendrá que ir sumando a los actores sociales, a los territorios, con una comunicación eficaz y permanente.
En este aspecto, una señal inmediata sería usar la legítima vía de los gobernadores electos, tomando de entrada la decisión de eliminar a los delegados presidenciales y provinciales, sin caer en la tentación de nombrar esas vacancias, sobre todo si esa figura va de contramano con la descentralización y la mayor autonomía de las regiones. Sería una inteligente medida que fortalecería a la fuerza social por los cambios, que representa Gabriel Boric.
Si nos remontamos a 1990, cuando las élites que asumieron desmovilizaron a la civilidad, ese error politico no se debe repetir, si de verdad estamos comprometidos con el derrotero democrático que cambie el sistema en el mediano plazo, según lo determine el proceso constituyente.
Hernán Narbona Véliz, corresponsal Diario La Razón..cl 30.01.2022
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