lunes, julio 28, 2025

EDUCACIÓN, FASE CERO, UN NUEVO PARADIGMA





Ángel Bustos Balladares Profesor de Biología, Psicólogo,  Doctor en Psicología, ex miembro de la Junta Directiva de la Universidad de Playa Ancha,  fue homenajeado por la Fundación Muttare por su trayectoria como Educador.  

En esa ocasión, formuló un manifiesto personal de 10 puntos que constituyen su visión para mejorar la Educación en Chile. 
Su mirada se centra en la premisa "Nunca más castigo en el sistema educacional", que apunta a mejorar la relación profesor alumno , profesor - curso, para llevarla desde una actual situación conflictiva,  apática y de desafecto, hacia una relación de concordancia, en donde profesor y alumnos deciden iniciar el proceso de aprendizaje una vez que han construido un clima adecuado al interior del grupo. Se trata de dedicar tiempo para consensuar principios de relación interpersonal, para alcanzar un espacio de comprensión y afecto en donde los conflictos se evitan antes que resolverlos y en dónde el docente nunca aplica castigo.

Ángel Bustos de manera certera y apoyado por datos duros, resultados de un plan piloto de Fase CERO, que se aplicó en doce establecimientos educacionales de la provincia de Valdivia, abarcando liceos pequeños, de 300 alumnos a grandes establecimientos de  2000 alumnos. El modelo fase 0 consiste en tomar todo el tiempo necesario para que el profesor alcance un liderazgo integrativo con todos y cada uno de sus alumnos generando una relación de afecto y empatía que genera un clima organizacional en el aula propicio para el desarrollo de los planes y programas establecidos. El más complicado de los cursos en el experimento, tardó 40 días en lograr ese objetivo.

Los resultados demuestran que, pese haberse ocupado 40 días en el curso más complicado, el programa se cumplió totalmente antes que terminara el año lectivo. Según Bustos, su modelo debiera aplicarse en todas las comunidades educativas del país, ya que genera un cambio de fondo, en donde el alumno aprende en un clima afectivo que le hace disfrutar la escuela, genera y favorece la captación y la exploración del conocimiento, con una integración del curso que va eliminando las necesidades de aquella disciplina verticalista afincada en la sanción (zanahoria o garrote) para desplegar un autocontrol en función del otro, a quién se escucha y se respeta. 

Cuando Ángel Bustos presentó en la Biblioteca del Congreso Nacional su modelo Fase 0 a más de 150 personas  involucradas en las políticas públicas de educación y en el  ejercicio docente,  advirtió que su premisa de nunca aplicar castigo en el proceso educativo,  tenía una mayoría en desacuerdo. Dice haber escuchado argumentos tales como: la anomia genera desorden, la disciplina se logra cumpliendo reglas,  las reglas y normas implican coerción, vale decir una capacidad de controlar evaluar y sancionar cuando alguien rompe un marco normativo. 

Ángel Bustos sostiene frente a esta posición mayoritaria, señala que, sí se incorporara a las políticas públicas ese espacio para construir una relación de afectos y seguridad en el aula, el aprendizaje vendría por añadidura; que el liderazgo que se gana el docente en ese periodo de introducción, usando inteligencia emocional, el juego, la imaginación, pero, sobre todo desplegando Amor, tal como decía Gabriela Mistral, abre espacios fértiles para que los alumnos quieran asistir con alegría a la escuela. Bajar el ausentismo, la deserción, son consecuencias objetivas de este cambio cualitativo 

Adhiriendo, no sin aprehensiones, al paradigma Fase Cero, desde la ciudadanía y habiendo sido académico por más de 25 años, además de haber sido consultor y monitor en  proyectos de modernización del Estado en América Latina, creo que apliqué una estrategia similar, pues,  para poder implementar una idea o propuesta se  requiere ese período de  encantamiento preliminar,  que se trabaja  con instrumentos de planificación participativa, lo que permite desmantelar barreras y resulta altamente comparable con el modelo FASE CERO que postula Ángel. Por eso me convence y adhiero a Fase Cero, considerándola  una inteligente mirada estratégica de largo plazo para revertir la entropía que evidencia el aula, repotenciando el rol conductor del maestro, hoy condicionado por la mercantilización de la educación, que quiere un sistema eficiente y silencioso, dedicado a formar individuos que sepan seguir instructivos, funcionales a proceso productivos.  Un clima de hoy, que aísla al alumno inquieto, al que se sale del molde repetitivo y se atreve a mirar con duda y crítica la pseudo realidad que quieren imponerle 

Entendiendo que ese plan piloto de Valdivia puede ser replicado y lograr que las relaciones humanas en la sala de clases muten de la apatía al entusiasmo, del conflicto a la armonía, de la agresividad al respeto mutuo, estaríamos logrando que, desde el proceso educativo recuperemos el ethos cultural de la sociedad toda, sacándola de la competencia salvaje  para orientar hacia la colaboración y la tolerancia.

Los hechos que la narrativa dominante difunde en sus oligopólicos medios de comunicación, nos inyectan miedo y eso lleva a aislarnos del semejante, desconfiando y peleándonos con ese otro al que vemos como competidor o enemigo. Fase CERO implicaría, así lo entiendo, la formulación de planes maestros, donde se privilegie la docencia de calidad, que FASE CERO sea parte del programa de formación de profesores, para plantarse con convicción frente al "eficientismo" neoliberal. Significa alcanzar decisiones de Estado para los siguientes treinta años, con voluntad política transversal, para lograr un cambio cualitativo, que vaya erradicando la práctica de garrote o zanahoria, para generar comunidades educativas que permeen en las familias y sean motor de equidad social y de pertenencia.

Fase Cero un nuevo paradigma que desde la vereda contigua a la cultura, el libro y la lectura, recibimos con entusiasmo y realismo, porque sabemos que todo pasa por ir desmontando un sistema educacional que está empantanado en el lucro, el individualismo y la violencia para resolver los conflictos.

Valparaíso, 28 de julio de 2025
Hernán Narbona Véliz 
Poeta, escritor, periodismo independiente, Presidente SECH-V.
El espíritu cooperativo mejora la calidad de vida.
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sábado, julio 19, 2025

Neoangustias cotidianas frente a la Modernidad

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Neoangustias cotidianas frente a la Modernidad
Diario Financiero, año 1991, Hernan Narbona Veliz

Invito a una relectura para comprobar la prospectiva que contenía esta reflexión después de la desaparición de la URSS.

Hemos tomado palco en una comedia planetaria para percibir, a la distancia, las trenzas del poder reordenando los viejos mapas políticos de la adolescencia. Asumiendo la necesidad de reflexionar en medio del tráfago avasallador – como muchos de mi generación, tengo esta gastada manía de darle vueltas a las cosas- me estoy ubicando en el “Day After”, sopesando los efectos del cambio en nuestra América, en nuestro país, en nuestras ciudades y campos, en los hijos que sin pestañear han iniciado su juventud conviviendo a diario con la tecnología que a nosotros nos cuesta digerir.
He escuchado dos veces el discurso renuncia de Michael Gorbachov, impulsado por la curiosidad decidí buscar en el planisferio ese punto nuevo: Alma Ata, capital de Kazakhstan. Que será tanto más importante que Yalta o Bretton Woods en la historia del Siglo XX. Me costó ubicar esta ciudad de Alma Ata en medio de la gran fracción que ocupaba la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, en el mapa: paralelo 47 Norte, meridiano 77 Este. El lugar donde ha nacido la Comunidad de Estados Independientes, CEI.
No he podido evitar el recuerdo vivencial que traigo de Europa Oriental, cuando en 1971 participé en un congreso internacional sobre turismo Juvenil en la capital de Checoslovaquia, Praga. Éramos tres jóvenes profesionales chilenos recorriendo con ojos críticos las plazas de Praga, con sus estrellas rojas, símbolo floral que dolía profundamente en la gente. Nosotros, tres años antes, en plena reforma universitaria, habíamos repudiado la invasión soviética y ahora estábamos allí, conversando con delegados jóvenes de diversos países. Había una sola excepción a la regla: los soviéticos encargados de negociar los proyectos de turismo juvenil, eran señores que podían ser nuestros abuelos. Nosotros veníamos con protagonismo de sde la adolescencia en nuestra realidad. La juventud de la URSS debía soportar el peso de una gerontocracia dura, que anquilosaba las estructuras partidarias y convertía a todo el sistema en un gigantesco oso con poca flexibilidad e imaginación. A la distancia, esos recuerdos son hoy un hilado que aparece en el análisis, para corroborar intuitivas percepciones de entonces, cuando recién se formaba nuestro razonamiento político y actuábamos a puro corazón. Reconozco que conocer de cerca ésas y otras realidades de la vieja Europa, fortaleció la opción americanista que he seguido, recibiendo en su esencia romántica los resabios del París de Mayo.
En este minuto, al inicio de una nueva era en las relaciones internacionales, quedan muchas efigies empolvándose como posters en lo bulevares. Son las postrimerías abruptas de un régimen de imperios. Ya no existe la Unión Soviética. Rusia toma la posta en los foros internacionales. ¿Cuánto nos cambiará la vida por impactos de la gran transformación mundial? ¿Qué efectos puede tener el reordenamiento mundial sobre los americanos al sur del Río Grande? ¿Cómo explicar las ventajas de la modernidad al hombre pobre de nuestra América, que porta consigo un morral de sueños y frustraciones y cuya voz demora en asomar tras largos períodos de ser silenciada?
Sin necesidad de subir al valle del Elqui para alcanzar centros cósmicos, apenas con subir al Metro de punta a punta, uno se empapa de la angustia d elas urbes. El mundo llega a nosotros a través de las parabólicas, pero al mismo ritmo parece alejarse y deteriorarse la calidad de vida. Por una parte, se nos convoca a incorporarnos a la modernidad, al mundo abierto y competitivo; por otro lado, observamos que la incorporación superficial, a los meros símbolos de estatus de lo moderno, va contradiciendo la esencia de algo muy caro, nuestra libertad y la sanidad física y mental de nuestras familias y comunidades. Ciudad de México ostenta el mayor grado de contaminación, el máximo número de vehículos.
La histeria circula por el paseo de la República en los tacos eternos, mientras en el tren subterráneo pampea el terror de las bandas de delincuentes. Y como común denominador  de los de arriba y los de abajo, un síntoma : el individualismo exacerbado, el sálvese quien pueda. El hombre urbano va pateando su estrés y en su neurosis crónica, el desahogo va por el placer envasado: compre mucho para pertenecer a la modernidad.
La gente busca respuestas. Es difícil enfrentar el tráfago noticioso sin tomar aire y detenerse un poco. Cuesta acostumbrarse a vivir en la aldea mundial. El escapismo simple de apagar la televisión o no seguir las oticias va generando un aislamiento, una peligrosa introversión, en donde el hombre queda como presa fácil  de los mensajes superficiales y manipuladores. Es decir, deja de ser persona para ser masa. A lo sumo, un número de registro en las computadoras de las grandes tiendas, para hacerle llegar un saludo de pascua más frío que  los estacionamientos  céntricos. La verdad es que cuesta dejar atrás el esquematismo maniqueo que marcó los últimos decenios del planeta. Ya no hay buenos y malos. La ley de la relatividad nos exige mayor profundidad en el conocimiento interpersonal y dejar de usar las cómodas etiquetas. Pero,  esto requiere tiempo y es el bien más escaso. El ostracismo, combinado con el individualismo, es un pernicioso y suicida elixir, lleva a la soledad, a la desintegración social y familiar. El “no te metás” que conocimos en el Buenos Aires de la guerra sucia, hoy aparece sin excusas como ingrediente de la vida diaria. No tenemos  tiempo ni ánimo de conocerte, prójimo. He clausurado mi agenda . La he dejado de muy pocas páginas, no cabe nadie más. Lo siento, no sé ni me interesa saber quién es usted, vecino.
¿Calidad de vida? Vaya tarea intentar definirla. Lo más que ha hecho la ciencia social es acotarla. Es claro que una cosa es nutrirse y otra muy distinta, el disfrutar de la mesa familiar. Aspectos emparentados, pero profundamente diferentes. ¿Cambiarías Ud. el sabor incomparable del frío mote con huesillos por un par de sintéticos hidratantes llenos de proteínas? Sí, calidad de vida es un aspecto íntimamente ligado a lo cultural. La cuestión de fondo en el tránsito a la modernidad es cómo participar de ella sin perder nuestra escala de valores, nuestro ser nacional histórico, nuestro modo de ser.
Alguien proclamó excitado la “muerte de las ideologías”. No estamos de acuerdo con esa idea, ya que asume que se habrían acabado en la sociedad las capacidades de soñar, de crear una utopía y tratar de impulsarla, convenciendo a las mayorías de sus ventajas y beneficios. Muy distinto es señalar que en el plano político está primando el racionalismo, la arquitectura política que conduce a la negociación permanente para la construcción de acuerdos estables. Esto es madurez, es actuar sin fanatismos, conciliando intereses, pero se subentiende que el político debe ver en el poder un medio para servir a su patria, tratando de poner en marcha programas o regímenes de gobierno que acerquen a la realidad parte de esa utopía, de ese ideal que anima al hombre público en su actuación. Lo contrario sería aspirar al poder por el poder, para servirnos de él y no para servir a los demás. La modernidad en el plano político va mucho más allá de la recuperación del voto como expresión periódica de la ciudadanía; va más allá de la mera alternancia política de uno u otro partido o coalición. Modernización significa abrir los centralizados sistemas del pasado para que pueda darse,  de veras, la participación. Uno de los temas de la modernidad respecto  al poder es la disyuntiva entre descentralización y plutocracia.
Lo primero conduce a la incorporación del hombre en el control de su destino, La plutocracias concentra el poder, en sus diversas formas, en los grupos económicos más ricos. Puede coexistir  perfectamente con la democracia formal, pero no permite que dentro de ella la población pueda ejercer debidos controles sobre el mercado y la administración del Estado a nivel comunal o de regiones. Por lo tanto, una expectativa latente del hombre, mujer y jóvenes de nuestros países está apuntando a la equidad que está teniendo el ajuste estructural. ¿Significará mayor participación dela población en los actos que hace a su calidad de vida o será un traspaso de poder a nuevas plutocracias en el destino de los países?
Resignarse a la sumisión ante el poder financiero es olvidar y desconocer las grandes fortalezas espirituales de los pueblos. En cambio, apostar al camino difícil de la participación, comienza por educar. Y una inquietud urbana cotidiana es acerca de la calidad de la formación que se entrega. Sin fijar sino grandes líneas de pensamiento, digamos que es difícil que, de la noche a la mañana, profesores sometidos durante largos años a un sistema verticalista  autoritario, que castraba la iniciativa y las acciones contestatarias, puedan convertirse en educadores de la libertad, la participación y el emprendimiento individual o asociativo. Es preciso que fuerzas renovadas, ojalá de refrescante idealismo, puedan acometer las tareas de la educación. El riesgo del cambio generacional en la educación  es que los jóvenes no han sido impermeables, ni mucho menos, a los desvalores urbanos, tales como, el consumismo o el facilismo. Lo cual genera la angustia en relación a la formación de nuestros hijos, la orientación que se les entregue, para ser responsables personas, dueñas de su libertad y destino, cultivando la doctrina del esfuerzo, o individuos arribistas, más egoístas que antes, tratando de salvarse rápido, en la ley del mínimo esfuerzo. La solidaridad se postula como una gran aspiración ética en las relaciones sociales. En la incorporación al mundo moderno, esa premisa aterriza en un aspecto  de necesidad estratégica. Los productores han sabido que para competir deben sumar capacidades. Que la solidaridad, la cooperación franca, no niega el principio de reciprocidad. Éste es válido en todo orden de cosas. Salvo los santos, pocos son los que dan  y dan, sin esperar algo a cambio. Fomentar cultural y educacionalmente estos estilos de convivencia, pasa por un mensaje muy realista y obvio “Los hermanos sea unidos, porque ésa es la ley primera, que si estamos separados, nos devoran los de afuera”. El Martín Fierro, sabiduría americana, que en Chiloé se llama “minga”. El cooperativismo debe renacer con fuerzas, limpiándose de los aprovechadores que quieren desvirtuar su esencia. Un principio de equidad, de amplia aplicación, llama siempre a apoyar y promover al más débil, para que pueda actuar con mayor chance en el quehacer económico, comercial o financiero. Y esto no es paternalismo, porque “enseña a pescar”, no regala pescado. La familia, como formadora principal del hombre, ha sufrido también el efecto de períodos de desintegración. El sicólogo Ángel Bustos Balladares señala que el éxito de los niños en el colegio está en íntima relación con el tiempo que la mamá le dedique a sus hijos. Que recién después de los 10 años el niño puede reducir la presencia de la madre. En los tiempos actuales tener la madre en casa es un lujo. Existen necesidades objetivas de un trabajo compartido por parte de ambos cónyuges. Incluso se ha desmerecido en nuestra sociedad la función d ela dueña de casa. Las corrientes feministas han acusado de machismo el pretender mamás de tiempo completo. El enfoque objetivo del Sicólogo Bustos subraya el gran aporte a la seguridad y estabilidad emocional que alcanzan los hijos formados en buen clina, con los roles maternos y paternos bien definidos y complementados. Lógicamente, es un tema que mueve a la preocupación. Que es imposible profundizar en este espacio, pero que nos lleva a un punto crucial de lo que pretende cada cual como calidad de vida.
Es necesario, sin lugar a dudas, que los países se tomen su tiempo para revisar este aspecto celular de toda la sociedad, por donde parte la atención preferente del Estado Moderno, fortalecer la familia, como seno de gestación y formación de una población sana, física, moral e intelectualmente. Las angustias cotidianas frente a la modernidad van desde lo planetario a lo hogareño, en estadios que pocas veces interrelacionamos. Sí, yo quiero ser moderno, pero quiero seguir conversando con mis hijos durante el almuerzo familiar de cada día. Y la mayor inversión que estoy dispuesto a realizar es en tiempo familiar, para combatir, desde dentro, cualquier antivalor que ande rondando el hogar. Benditas sean las madres que sabiamente enseñan los más trascendentes hábitos que habrán de acompañarnos de por vida.
De pronto, sumido en estas reflexiones y convencido de llevar encima las mismas ganas de cambiarlo todo que tenía veinte años atrás, me sorprendo cuidadoso y conservador de costumbres antiguas. He mencionado varias veces el espacio precioso de la mesa familiar. Sin televisión, pro supuesto. Y hay muchas cosas recientes que me gustaría llevar conmigo en este andar hacia el mundo, en nuestra inserción a la comunidad internacional. Y siento que en el mismo trance deben estar las provincias interiores de todos los países de América Latina. Esos pueblos que han consagrado el derecho a la siesta, que se dan su tiempo para gigantescos carnavales, que bailan durante días sus diabladas a la Virgen del altiplano. Para ellos el ofrecimiento de la modernización significa mostrar alguna opción que sea satisfactoria integralmente. Ante el hombre aimara no sirve como argumento un futuro aumento de la tasa de exportaciones. Para él será siempre prioritario el equilibrio con su Pachamama, con sus camélidos de siempre. Y esto perfila, justo para 1992, un gran tema crucial en donde tal vez podrían concluirlas ideas ya reseñadas. En Río de Janeiro, ciudad de contradictoria belleza y desamor, se realizará en junio de este año, el Congreso Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Un nuevo foro Norte-Sur en donde el tema será salvar al planeta de la depredación. Como proyección de largo plazo, como compromiso con los nietos de nuestros nietos. La irracionalidad, el despropósito de alterar sistemas que el hombre no puede recomponer, están marcando una situación ríspida. En donde el crecimiento que se expresa en automóviles, microondas, parabólicas y computadoras por habitante, aparece transgrediendo las reglas máximas de la creación y esto se vuelve como un boomerang contra el propio soberbio hombre. Sí, la última  y primera neoangustia frente a la modernidad, es por el aire que nos da la vida. Tememos, con Neruda, que lo hagan tabletas. “No, aire, no te vendas, que no te canalicen, que no te entuben”.
“Modernizador Moderado Buen Modernizador Será.”
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Hernán Narbona Véliz

domingo, julio 13, 2025

Responso por la prensa independiente (hace 23 años)

RESPONSO por la prensa independiente

Gran Valparaíso es uno de los valientes proyectos periodísticos independientes que no ha claudicado y se mantiene en el ciberespacio como un baluarte. Desde esta tribuna, una reflexión y un alerta ante los monopolios que controlan los medios de comunicación y quieren moldear a las generaciones futuras en la cultura chatarra.

(19/04/03)
CUANDO ESCRIBO ESTA crónica debo, como comunicador social, lamentar que hayan desaparecido, en breve tiempo, dos medios de comunicación que permitían amplios espacios para la presentación de enfoques multifacéticos de la realidad. Me refiero a Primera Línea, tribuna electrónica de amplio espectro ideológico, que había alcanzado una gran acogida en la comunidad nacional y que el diario La Nación decidió cortar de manera incomprensible. La segunda pérdida ha sido el diario local El Expreso de Viña del Mar, que había alcanzado una gran venta, pero enfrentó intempestivamente una situación económica que se hizo insostenible cuando se le cortó la impresión del diario por parte de Copesa, firma que en principio iba a ser socia del proyecto local. En el Expreso permanentemente se pudo publicar tribunas y reportajes, que presentaban, sin censura, visiones controvertidas sobre la realidad nacional e internacional.

Esto me obliga a recordar el período en que luchábamos por la recuperación democrática y la gran mística con que participamos en la defensa del diario La Época, que vimos morir con mucho dolor. Lo propio pasó con las revistas Cauce, Análisis y Hoy. Una enorme inconsecuencia de los gobiernos de la Concertación fue su deslealtad con el periodismo independiente, con esas tribunas que se abrieron con riesgos de vida, aceptando exclusiones y persecuciones, y que al momento de llegar la Concertación al poder - quizás por esa irrupción de los funcionarios políticos "5 de octubre" - simplemente excluyeron del apoyo oficial. Se trató de no hacer olas, de no hacer nada que irritase a los grupos fácticos que habían participado en el régimen militar y por lo mismo se decidió de manera espuria, no apoyar con publicidad a los medios que fueron precisamente la plataforma para que los políticos concertacionistas llegaran al poder. Los criterios "pragmáticos" hicieron que la clase política en general, salvo particulares excepciones, se preocuparan más de congraciarse con el poder de la prensa oficial, que alentar proyectos independientes.

Tengo un homenaje pendiente para un gran profesor y fundador de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile de Valparaíso, el Periodista Gustavo Boye, que fue primero mi profesor y posteriormente editó mi poesía y mis artículos. Gustavo Boye, recientemente fallecido, dirigió la revista Cauce y fue quizás uno de los damnificados emblemáticos de esta cobarde política de la Concertación que comento. Gustavo Boye había abierto al final de los ochenta el periódico Nueva Voz, con el cual intentó proseguir en los noventa, como espacio de libre expresión y encuentro para las ideas democráticas regionales. Sin embargo, a él, al igual que a los medios ya mencionados, se le dio la espalda. Los alcaldes o los directivos de empresas públicas, preferían las páginas sociales mercuriales que los introducían en la nobleza citadina, satisfaciendo sus egos provincianos y sus arribismos de piojos resucitados, que poner propaganda en este tipo de publicaciones "conflictivas".

La publicidad es el oxigeno de los medios y los principales anunciadores son los organismos públicos. A los directorios de RPC, ESVAL o a las municipalidades, no les interesaba alentar prensa que pudiera criticar sus acciones, en los políticos el sino del poder es que se debe desalentar todo lo que no se puede controlar. Por eso talvez, esa publicidad siguió concentrada en las empresas periodísticas que dominan el mercado en un verdadero oligopolio periodístico. Incluso, en otra inconsistencia del tamaño de una catedral, se gestaron operaciones de crédito a través del propio Banco del Estado para ayudar a la concentración de la prensa, mientras iban desapareciendo poco a poco los medios que habían sido vanguardia democrática en el régimen militar.

Por ello, es lamentable que sigan desapareciendo esfuerzos serios de prensa libre, toda vez que el periodismo investigativo es el que permite controlar el funcionamiento de la cosa pública, impidiendo que cadenas nacionales que son propiedad de grupos de interés, puedan alevosamente promover campañas, tratando de crear opinión pública o llegando a atentar en contra de la integridad de personas o instituciones. Creo que es el caso que estamos en estos momentos observando frente al intento de Qué Pasa de afectar o dejar en tela de juicio la impecable imagen de la Ministra Michelle Bachelet, cuestión que puede tener intenciones perversas encubiertas. Frente a situaciones mediáticas, es decir noticias que se originan en la acción unilateral de la propia prensa, es preciso preguntarse ¿a quién sirve esta noticia? ¿Quiénes podrían estar interesados en deteriorar la imagen de esta Ministra?

La sociedad debe saber filtrar lo que recibe y saber aislar al periodismo de especulación, que carece de hechos comprobables, del periodismo investigativo, serio, contundente en evidencias. En el rol que debe jugar la prensa como pilar de un sistema democrático, es preciso que exista la capacidad de contrapesar este tipo de acciones con la réplica de una segunda opinión, que sea fruto de otras expresiones periodísticas que permitan, en definitiva, que las personas se forjen una opinión. Es la importancia de la prensa independiente, ya que es por medio de ella que podemos evitar los enormes riesgos de estas gigantescas maquinarias comunicacionales.

No fue para nada casual, en el repliegue de los grupos políticos que apoyaron y profitaron del régimen militar, que se hayan posicionado estratégicamente en los medios de comunicación, que hayan ido desapareciendo los medios locales, que las principales radioemisoras tradicionales hayan sido asfixiadas hasta desaparecer absorbidas por cadenas satelitales nacionales o extranjeras. No es casual que ahora estén idiotizando juventudes con el axé o los reality shows, que van consumiendo la atención de multitudes hacia una dimensión totalmente manipulable, que de paso deja un pingüe negocio a las empresas de telecomunicaciones. El fraude es confundir el voto telefónico en un show con el deber cívico de participar en la cosa pública. Peligrosa tendencia desestabilizadora para cualquier sistema democrático.

El poder del cuarto poder es evidentemente apreciado por la oposición, mientras que a los concertacionistas su debilidad de principios o su mediocridad, les hizo resignar espacios en este ámbito. Quizás pese más en ellos el paradigma del dinero y se hayan confiado en que obteniéndolo se podría montar una buena campaña electoral al uso del mercado, participando en un reality show o dándose vueltas de carnero en pelotas en un programa de concursos en la hora peak de la estupidez televisiva. Todo vale… y los principios son temas para los asesores que hacen los spots o los discursos, ojalá cortitos y sin muchas esdrújulas, porque cuesta leerlos.

El gran riesgo para una democracia representativa es que no existan opciones de libre información. El gran poder de los medios en una sociedad mediática ha marcado que lo que no se conoce no existe y por eso vemos que políticos y hombres públicos viven verdaderas teleseries, sobre expuestos a los medios y echando al trajín lo que antes era, por ejemplo, una cadena nacional de fuerte impacto. Es el caso del Presidente Lagos, diariamente preparado para dar alguna señal o mensaje por la tele, circulando, además, como comentarista de diversos programas de radio en algo que seguramente aprendió de su colega mexicano, Vicente Fox, de formación y procedencia cocacolera, es decir marquetera por excelencia. Es la dependencia enfermiza de las encuestas de opinión, que llevan a la paranoia de los políticos y hombre públicos en general, ya que viven como frente a un imaginario espejo, estudiando gestos y despilfarrando tiempo que deberían gastar en trabajo callado, de bajo perfil, pero productivo.

El asunto es que cuando se abusa de los medios de comunicación, la autoridad se echa al trajín. Se va gastando la imagen del presidente, del ministro o del parlamentario y el sano debate conceptual que debe nutrir la democracia, pasa a ser reemplazado por efectos comunicacionales, altamente riesgosos, en los que un resbalón puede ser una gran caída de la cual no te puedas levantar más.

Desde esta tribuna independiente, un saludo en su ciento un número a The Clinic, que simboliza actualmente en los medios escritos nacionales, este grito de rebeldía que desnuda la hipocresía e inconsistencia de la coalición gobernante, de la cual me preocupo porque voté por ella y siento sinceramente que mal invertí largos años de esfuerzo para que los sinvergüenzas que treparon al poder defraudaran al cincuenta por ciento de lo chilenos. O al 70% si contamos a los que, viendo esto, decidieron no inscribirse. Buena por The Clinic y pronta recuperación a los periodistas cesantes de los diarios desaparecidos.

Posted by Periodismo Independiente, Tribuna ciudadana at 4:21 PM

sábado, julio 12, 2025

Las confianzas que debemos recuperar.

Las confianzas que debemos recuperar.

Cada día se expande el debate ciudadano en las redes sociales. Sin embargo, la dispersión de temas y la pretensión de liderar cada quien su red,  juega en contra de la coherencia que se necesita para dialogar con el poder político. En la historia de este decenio,  una variable sido la influencia de la farándula en los temas sociales, lo cual ha inflado egos y finalmente ha desvirtuado lasŕ ideas movilizadoras iniciales. Cuesta mantener una línea apegada a las ideas cuando el sistema, habilosamente, se traga a los líderes o los caricaturiza, alejándolos de sus perfiles iniciales. El dinero es un factor que ha jugado en contra de la organización del tejido social, porque ha metido cuñas en los movimientos.  La gente se queda con consignas y en vez de usar las plataformas para generar consensos básicos para.moverse en unidad de acción,  terminan al revés,  utilizados por los hastag que colocan los medios oficiales, llevando las tendencias de acuerdo a los intereses de tales medios, las líneas editoriales de sus dueños y el rating de cada programa en su propia dinámica.  Analizando el punto como  político y comunicador social,  creo que existe necesidad de conversaciones profundas, que generen comunes denominadores, nuevas confianzas y colaboración.  El respeto a la diversidad,  la democracia profunda que significa reducir en cada uno su pequeño dictador, es un camino que queda como un paso previo para establecer los puentes con el poder institucional.  La educación cívica pasa por escuchar,  sacar fuera las etiquetas superficiales y, con humildad, convencer al otro, en un sano intercambio de ideas. Confiemos en que esta propuesta republicana,  pluralista y aglutinante, pueda reconstruir esa masa crítica de líderes con manos limpias, que, a.mi juicio,  es el principal requisito para volver a caminar confiando en el otro ciudadano, vecino o compañero de ruta, camaradas todos en una nueva utopía. 12072005