martes, junio 06, 2006

En Valparaíso, paro secundario multitudinario y violencia cero.


Valparaíso, paro secundario multitudinario y violencia cero.

Dos marchas y cero disturbios. 10 mil personas en la primera, casi 15 mil en la del lunes 5 de junio. La movilización juvenil en Valparaíso fue un ejemplo de civismo. Felicitaciones al Intendente Iván de la Maza, pero por sobre todo a los dirigentes estudiantiles que supieron organizar y dar seguridad a la movilización.

En definitiva, esa noticia positiva de una marcha gigantesca, rescatada por la BBC, demostró que el vandalismo del centro de Santiago, nada tuvo que ver con los estudiantes.

Que unos facinerosos, a la primera hora de la mañana del 5 de junio, ordenaditos, encapuchados y en filita, hayan llegado con más de una docena de neumáticos, a Cumming con Alameda, para encender una barricada, provocar gran humareda y partir, sin que ni un solo policía los viera, pero saliendo en cámara, claritos, casi recién duchados, para dar la vuelta al mundo; y que diga un titular de Clarín de Buenos Aires que "secundarios comienzan paros con barricadas ardiendo", me parece un montaje mediático grotesco.

Si a eso agrega lo que respondían los supuestos estudiantes en Plaza Italia a la prensa: chis,loco k...., tamos de paro, cachai, con una cara de drogos neopreneros o pastabaseros, que daba miedo, Ud. con una pizquita así de sentido común, se dará cuenta de la intención de enlodar con este tipo de infiltrados un movimiento que se quedó en sus aulas, las cerró para que no se metieran extraños y se cuidaron de que sus asambleas cumplieran su orden.

Un llamado desde donde nunca se supo, hecha por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, un grupo que no representa a nadie y que debería estar sumamente identificado por la ANI, fue otro ingrediente o hecho de la causa, que nadie se tragó.

¿Por qué en Valparaíso no ocurrió nada de esto?
Afortunadamente para la imagen internacional, la BBC colocó como hito de la movilización la marcha de Valparaíso. Desde la celebración del triunfo del No, el 5 de octubre de 1988, que no se vivía una movilización de este tipo. Resultado al final de la tarde, delincuentes y vandalismo en pleno Paseo Ahumada, unas cuantas escenas que retransmitió la CNN y que pretendieron desprestigiar sin éxito un movimiento que ha ido madurando y cuenta con el más alto respaldo de la ciudadanía.

¿Qué están pidiendo los secundarios?

Una Comisión Nacional que recoja con capacidad resolutiva las inquietudes de los diferentes sectores para consensuar un nuevo texto para la LOCE. Donde se consagre el Derecho a la Educación - ya lo concedió el gobierno- pero además se fije un plan maestro nacional educativo, con cambios en los contenidos mínimos y que la cantidad de alumnos por aula varíe, que la subvención a los sostenedores sea en función a productos alcanzados, a resultados, y no a la simple fórmula de llenar las salas e impedir que los profesores tengan repitencia, porque eso es pérdida de plata. Aquí calza la creación de la Superintendencia de Educación ofrecida por el gobierno, pero habría que agregar la necesidad de un Ombudsman de la Educación, que represente a la sociedad civil.

No se trata de que los muchachos se sientan expertos, pero tienen una voz legítima por haber auscultado los temas a nivel nacional, como sus protagonistas principales, los destinatarios de la educación que critican. Obviamente, deberán sentarse a la mesa otros actores. Al cierre de esta columna, las posiciones parecían acercarse y el Senado daba también su espaldarazo a los secundarios.

Como corolario de este paro nacional social, se debe exigir explicaciones al Intendente Barrueto de la Región Metropolitana por los actos vandálicos y los encapuchados que actuaron en el centro de la capital. No resulta razonable que una turba de 200 maleantes, infiltrados, cause semejantes destrozos.

Sin embargo, el tiro les salió por la culata si pretendieron enlodar el movimiento pingüino, ya que la ciudadanía ha cerrado filas con más fuerza con los estudiantes: la inteligencia ha logrado aislar a la violencia.


Una mirada libre a nuestro entorno

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