miércoles, junio 21, 2006

Ideas, Valores, las grandes carencias



El principal problema de nuestra sociedad es haberse empantanado en el materialismo con tal intensidad que todos, cual más, cual menos, bregamos sin pausa, olvidando muchas veces levantar la mirada a lo trascendente de la vida.

En esta vorágine, la decencia, la integridad, la honestidad. la lealtad, los principios, suelen ser cargas que incomodan para trepar, para alcanzar el vellocino de oro, para lograr la pertenencia burda del consumismo. Los oropeles encandilan a muchos. El pragmatismo pasa a ser su estilo natural de vida.

Cuando las utopías de cualquier signo o color, quedaron tiradas a la vera del camino, el hombre contemporáneo se fue enredando en sus dobleces, en sus mentiras, en su amnesia colectiva y en sus cobardías. ¿Para qué complicarse? ¿Para qué desgastarse? Mejor seguir la corriente y callar.

¿Qué nos inmoviliza? El miedo terrible a caernos del sistema, a caer en los páramos de la cesantía, perder el auto, perder las cosas que acumulamos.

¿Qué si perdemos los afectos? ¿Qué si nos oscurecemos como un cristal lleno de hollín o smog? Es lo de menos, hechos de la causa, costos ocultos de la sobrevivencia en esta selva que hemos admitido sin reclamar.

Y de pronto, la sociedad se da cuenta de sus debilidades, de sus siliconas morales, de su pobreza conceptual, de la falta de ideas, de la incapacidad de soñar, de la castrante actitud del sometido, de la pasividad despreciable del cobarde congénito. Deviene entonces la confusión, la duda, la búsqueda. Nos damos cuenta que tenemos un profundo egoísmo enquistado en los ojos, que nos impide ver al otro, sostener su mirada y extender un gesto de apertura. Y por eso compramos la mentira, entramos en su juego, porque estamos enfermos del miedo que nos marcó y que hizo añicos la tradición republicana y las confianzas.

Hasta que llegan los gritos refrescantes de unos adolescentes agudos, que nos enrostran toda la mediocridad de nuestras obras generacionales y ese remezón se torna insoportable para muchos.

Ideas, sueños y valores las grandes carencias, que explican donde estamos y la incapacidad para soñar con decisión un estado de cosas más humano, más fraterno.




Una mirada libre a nuestro entorno

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