viernes, junio 02, 2006

UNA JORNADA DE REFLEXION CON LAS DEMAS FUERZAS SOCIALES


Tal como se había calculado, el gobierno cerró abruptamente la mesa de negociación, quitándole todo espacio a su Ministro de Educación. Los estudiantes van este sábado a una jornada abierta de reflexión.

El paro nacional del 5 de junio, sigue orbitando sobre el problema. Los jóvenes se ven extenuados por la presión de estas tres semanas, su éxito ha sido reconocido por todos: han colocado en la mesa un tema de fondo, la modificación de la LOCE. El Estado Docente garantizando el derecho a una educación de calidad.

Es la oportunidad para recuperar la enseñanza técnica, no se trata de un tema menor que signifique sólo fiscalizar a los sostenedores. El negocio de la educación se contradice con una educación cualitativamente aceptable, porque requiere jóvenes en cursos de no más de 25 alumnos, es decir la mitad de lo actual. Esto significa más horas de clases, más profesores. Una reforma estructural enorme. Sin embargo, el país tiene un enorme superávit. La Jornada Escolar Completa no es efectiva, los niños permanecen más horas en clases, no hay horas de estudios, faltan recursos, los mandan igual con tareas a la casa. Son las cosas que se oyen por doquier ¿No será que se ha ido construyendo un edificio sin cimientos sólidos y ahora se derrumba con una leve brisa ciudadana?

Las ideas deben ser escuchadas y los secundarios lamentan que su trabajo de más de un año en el tema, haya sido desmerecido. Sienten que no han sido escuchados. La participación sufre síndromes de autoritarismo, pues se habla de diálogo, pero se patea el tablero en el medio de una conversación ordenada. La necesidad de poner aspectos técnicos en la mesa es el interés de los protagonistas secundarios. Las cifras marean con sus ceros, pero en dólares se reducen a cifras manejables. El superávit a marzo era de 5 mil millones de dólares. El costo de las medidas demandadas bordearía los 250 millones de dólares, un 5% del superávit. ¿La educación es gasto social o inversión necesaria para producir renta?


Los muchachos tienen clara la película y el aspecto recursos amerita escuchar también a los economistas que no forman parte de la tecnocracia oficial y que están en las universidades o centros de pensamiento. Vale la pena escuchar segundas opiniones. Porque hay salidas que pueden dar sustentabilidad a la inversión en educación y pueden ser modificaciones no sólo a la asignación familiar que favorece a los más pobres, sino también, por ejemplo, desgravaciones tributarias para las familias que pagan colegiaturas por sus hijos, tal como se reconoce en la base del impuesto a la renta el interés que se paga por créditos hipotecarios.¿Por qué no usar similar instrumento para orientar energías en materia de educación?

El Estado podría dar un incentivo tributario para los padres que envíen a sus hijos a colegios técnicos, de manera que el esfuerzo por cambios de fondo en la orientación educacional sean compartidos con los padres. Así se podría favorecer a la clase media que hoy sólo ve en la universidad un camino de progreso para sus hijos, cayendo en los engaños de un sistema distorsionado por falta de un Estado que marque el camino del desarrollo en materia educativa.

El mercado se ha demostrado imperfecto y amerita que el Estado actúe para evitar que se profuncice la brecha entre ricos y pobres y el país en su conjunto tenga una chance efectiva de saltar a niveles de desarrollo. Hasta acá la tecnocracia económica y financiera ha impuesto sofismas y la sociedad está en su derecho a exigir un golpe de timón real, consensuado.

Por esto y mucho más, el movimiento estudiantil ha abierto esperanzas a un país sumido en la desorientación, lo cual tampoco es casual, sino parte del juego.
Mañana parte esta jornada de reflexión y al parecer, allí se verá qué actitud toma el movimiento para el lunes 5 de junio.

Una mirada libre a nuestro entorno

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