lunes, junio 24, 2024

La Crisis de los Progresismos.


La decadencia de las izquierdas 

 

La social democracia ha resignado los principios identitarios y movilizadores para someterse, sin cuestionamientos, a las políticas globales del neoliberalismo, lo que ha implicado jibarizar al Estado, corromperlo, quitándole sus funciones de regulación de la economía y la debida fiscalización para prevenir y erradicar la evasión. 

 

En un contexto internacional se aprecia el desgaste del socialismo europeo, sometido a conducciones globalistas que sirven a intereses de las multinacionales. La Agenda 20-30, liderada por las élites, ha minimizado la soberanía de los miembros de la Unión Europea. La denominada ultraderecha ha crecido y en su planteamiento se apunta a recuperar soberanía europea. La caída de la izquierda, refleja un voto castigo y refleja percepciones de cansancio por el comportamiento de las élites en esos espacios ampliados, donde están tomando decisiones, tecnócratas que se han burocratizado y obedecen lineamientos globales, lo que tiene a la Unión Europea en una profunda crisis económica y política, con una enorme dependencia de lo que dicta EEUU. La guerra de Ucrania ha dejado a Europa al borde de la recesión y las recientes elecciones europeas, demuestran esta tendencia. 

 

En una mirada a la izquierda nacional, se la advierte entrampada y sin voluntad política para mantener principios básicos. El gobierno en ejercicio ha dejado de lado su propuesta electoral de reformas para alcanzar una desconcentración de la riqueza y que configuraba un camino desarrollista, con el Estado realizando una planificación indicativa. 

 

Por la esquizofrenia que evidenciaron las urnas, los partidos que se visten como izquierda tradicional, han resignado todo lo que moleste al modelo, partiendo por la vergonzosa suscripción del TPP11. El querer salir en la foto junto a Zelenski genera una sensación de desconcierto, porque la tradición diplomática de Chile siempre ha sido de neutralidad. 

 

Se advierte que el discurso interno recurre, siguiendo la estrategia del PSOE,  a temáticas globales,  como la doctrina de género, que focaliza la energía social en la reivindicación de la mujer frente a la presencia histórica dominante del hombre. Esto ha llevado a una tergiversación de las luchas sociales, toda vez que se centra la discusión en temas secundarios, eludiendo comprometer cambio a las bases estructurales del modelo global. a sus asimetrías, al neocolonialismo extractivista, manteniendo con ello a buen recaudo las relaciones asimétricas que existen al interior de los países. 

 

El impacto cultural de este planteamiento de género, ha significado que la izquierda se haya encandilado con supuestas políticas de fortalecimiento de la presencia femenina o de las minorías LGTB, sin actuar sobre la brecha social que castiga a los trabajadores, independiente de su género. 

 

Otro tema en el que se ha venido dando similar distorsión, es en materia de medio ambiente,  con un sobrevuelo declamatorio de una supuesta agenda verde y de reconversión energética lo que, en la práctica, ha resultado totalmente inconsistente en la medida que se mantiene un statu quo que privilegia los intereses que han impuesto los intereses globales, tras los combustibles fósiles. 

 

La izquierda no ha sido capaz de sostener prioridades programáticas para salir del modelo depredador, donde todos los derechos sociales se manejan por el mercado, No hay en el discurso  de las élites una convicción de cambio, sino que se subordinan a lo imperante, manteniendo, en el caso chileno, inmutables las bases del sistema, confiando los poderes económicos en el manejo de masas que les da la concentración de los medios de comunicación social.

 

La deslegitimación de los partidos políticos se ha evidenciado en las encuestas; la corrupción transversal ha significado saqueos descarados del dinero público, pero las causas comienzan a entrar a la vía muerta y de eso hay una dolorosa y vergonzosa experiencia.  El contexto de inseguridad frente a la escalada del crimen organizado, es funcional a la aplicación de medidas de control social, nuevas amenazas, nuevos confinamientos; la manipulación mejora con uso de nuevas plataformas en ciernes. Todo lo cual, lleva a las fuerzas sociales más conscientes, a una sensación de desprotección, sin que, desde lo social, se logre alcanzar un planteamiento que permita priorizar una unidad programática en base a consensos sociales mínimos, que aglutinen una ciudadanía desencantada, frustrada, sin creer en los partidos, pero también sin que se visualice un liderazgo que mueva mayorías a una resistencia cívica al modelo que se endurece.

 

Dejar atrás dogmas o catecismos que dividen, requiere como lo han planteado pensadores como Maturana o Soublette, una actitud cívica inteligente, autocrítica, que sea capaz de escuchar y esbozar una forma de convivencia que entienda la grave crisis que debe cruzar América Latina en un mundo en guerra. 

 

Obviamente, la autocrítica en las élites políticas es un tema delicado, por los tejados de vidrio que abundan. Desde la sociedad civil debiera surgir esta gran conversación, mirar el mundo y a Chile en el largo plazo.

 

Hernán Narbona Véliz 

Corresponsal Diario La Razón.cl 

Manifiesto Poético Político


Manifiesto Poético Político

El hombre y sus circunstancias

 

Uno es lo que construye en su tiempo asignado. La esencia del ser, su patrimonio y sostén, es la integridad que logre en su caminar, los momentos de decisión que fueron definiendo su derrotero, los errores superados. La materia prima en que uno se fue formando, la esculpieron los padres, la escuela, la lectura, los amigos, los amores, los sueños y convicciones.

Uno e indivisible, asumiendo roles en cada etapa. En mi caso, ser hombre de las Ciencias Políticas, servidor público, poeta y periodista Independiente, ha sido caminar con facetas convergentes, que son parte de la vida y, en ese contexto, perfilar al escritor, separándolo de las demás dimensiones, sería una simplificación poco feliz.

En una sinopsis de cómo la poesía fue reflejando etapas genuinas y descarnadas que hubo que cruzar, cabría anotar la vivencia del desgarro familiar al tener que alejarse tempranamente de la cuna paterna para abrir espacios en otras latitudes. Formando familia e hijos en Buenos Aires, esquivando las amenazas que representaba una dictadura, tanto o más cruel que la iniciada en Chile. En ese escenario terrorífico, que la impertinencia y temeridad juvenil minimizaban como forma de seguir en pie, fue surgiendo la poesía libertaria, cual grito de resistencia, mientras iba creciendo una mirada americanista y cosmopolita, ganada en esa realidad sabia de Scalabrini Ortíz, en su hombre de Corrientes y Esmeralda.

Luego el retorno a Chile desde Buenos Aires, los ochenta, la muerte de mi padre, las protestas, la lucha silenciosa por la libertad y, en esa odisea de vecinos, académicos, poetas, artistas e intelectuales, los poemas se desgranaban como panfletos azules, que daban cuenta de ese tiempo intenso, de la fuerza de la razón y la voluntad contra la perversidad y el odio. En esa etapa, con la compañera amada, con los hijos creciendo, desarrollando la creatividad como acción cotidiana de sobrevivencia, desarrollando como pareja una inventiva que no era metafórica, logramos el despliegue real de inteligencia para generar opciones, pese a estar marginados por las listas negras de la dictadura.

Entonces, como ahora, la poesía fue envolviendo el círculo íntimo, con la compañera y los niños que crecían, plasmando el amor a la tierra, a la ciudad desolada, a la esperanza, los sueños, las frustraciones. Cruzar así las décadas, recorrer América, vivir y trabajar en diferentes países, debutar de abuelos y, siempre acodada conmigo, la poesía madura y persistente. En los noventa, quise cortar amarras del golpe de Estado, de ese período que nos había marcado y fue un intento de alejar la poesía de la contingencia; al final resultó algo imposible, pues el canto poético brotaba a partir del agobio por la traición que reincidía, de la constatación del cinismo y la corrupción tergiversando la palabra, de los dolores en el alma al comprobar que íbamos como ovejas a la decadencia moral, de la sensación de impotencia frente al país que, servil,  iba enmudeciendo. Cada crónica semanal de denuncia, era la bandera de un náufrago por la decencia en la patria.

La poesía frente a la traición se volvió más necesaria y combativa, sin panfletos, yendo a la médula de los valores, practicando la asociatividad, aferrándose a la conciencia universal de justicia social, frente al monstruoso sistema que ha querido aplastarnos en todos los espacios de convivencia. La poesía se hizo más política, derivó en crónicas, se hizo expresión de resistencia cívica universal.

Por todo ello, porque ésa ha sido la historia construida, la poesía, como su espejo, ha sido americanista, integradora, respetuosa de los pueblos ancestrales y de su cosmovisión. Mi poesía no estuvo en los espacios editoriales golpeando puertas, ni en los guetos de la literatura auscultada por eruditos, ni fue parte  del oasis gregario de los escritores que se unían en la bohemia.

Un poco como Mateo, el cobrador de impuestos que siguió a Jesús, la vida me ha ubicado en similares dimensiones de lo público, como consultor, académico, fiscalizador o analista de temas de Estado. De suyo, mi poesía lleva el resabio de muchas acciones ciudadanas ante el poder, en un debate crítico que ha denunciado distintas situaciones de abuso contra el interés general o el bien común. Inseparablemente, como Poeta y Escritor soy un animal político combatiente por principios fundamentales de la República y cuando esgrimo la palabra en los debates, lleva el peso profundo de elementos éticos, como cristiano poeta de la tierra americana y crítico exacerbado de mi momento histórico.

 

Hernán Narbona Véliz, Valparaíso, 23 de junio de 2017Una mirada libre a nuestro entorno

sábado, junio 22, 2024

Sur global por la Paz


Sur global por la Paz


Sur global por la Paz

Hay en la política mundial señales explícitas que demuestran el nacimiento de un nuevo orden mundial multipolar. Propongo desentrañar la complejidad de esta crisis mundial para tratar de ver cómo nuestra Ibero América se puede insertar en este nuevo orden multipolar, integrada como un bloque diferenciado, abogando por la paz, la cooperación y una real igualdad jurídica entre los Estados.

 

Los aliados que integran el denominado Occidente global, EEUU, Reino Unido, Unión Europea, Japón, enfrentan el surgimiento de un gran bloque antagónico, los BRICS, donde Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, han buscado romper el monopolio del dólar estadounidense, con la modificación del orden unilateral actual, lo que ha generado una enorme fractura en la comunidad internacional, con un gran número de países de África, América Latina y en Pacífico que buscan ingresar a este nuevo bloque en ciernes,. De facto, la consolidación de los BRICS ampliados (en enero 2024 se sumaron Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Egipto, Etiopía e Irán) , ha marcado el fin de un sistema de relaciones internacionales neocolonial que partió con Bretton Woods, al término de la Segunda Guerra Mundial.

 

Lo que se avizora en lo monetario y financiero, es la inminente caída del dólar como moneda cuasi monopólica. Arabia Saudita ha terminado el convenio para vender petróleo en moneda dólar. Con el fin de los petrodólares se anuncia una nueva era en las relaciones económicas internacionales, con la apertura de un sistema paralelo y opcional, de pagos y cobros internacionales en otras divisas, con un, altamente probable, retorno al padrón oro, lo que significará la disponibilidad de divisas duras, con respaldo en metálico, haciéndolas atractivas para que los Bancos Centrales manejen sus reservas internacionales.

 

Recordemos que fue en el gobierno de Richard Nixon, en los 70, cuando EEUU abandonó la convertibilidad y desde entonces comenzó la impresión de dólares de manera irresponsable. La deuda pública norteamericana creció como una bola de nieve, apostando a la colocación de bonos de deuda estadounidense en los mercados de capitales. Pero, este proceso abusivo de emisión de billetes dólar, sin mayor respaldo, fue motivando una creciente percepción internacional de desconfianza y ha ido debilitando a EEUU, super potencia militar hegemónica que, irónicamente, ha quedado dependiendo de los tenedores de esos bonos soberanos, siendo el principal de ellos, China.

 

Lo irracional de la política exterior norteamericana es que, apelando a su histórico poder militar, ha entrado desde el primer gobierno de Donald Trump en una guerra comercial con el gigante asiático. Hoy, China ha pasado a ser la superpotencia económica, que ha jaqueado a Estados Unidos, mostrándose invulnerable frente a las supuestas sanciones de Occidente. China ha demostrado inteligencia para tomar tecnología e innovar a partir de ella. Su estrategia partió al inicio de los noventa con las equity joint ventures que ofreció a las multinacionales y de esa forma capitalizó conocimiento tecnológico. Jugando las reglas de mercado, integrándose a la OMC, se fue posicionando seductoramente como buen socio en todo el planeta, en una estrategia colaborativa de inversión y reciprocidad en los beneficios.

 

La debacle de la OTAN

La Guerra de Ucrania que está ganando objetivamente Rusia, tuvo su causa principal en la acción expansiva de la OTAN en torno a las fronteras rusas, lo cual se interpretó en el Kremlin, como grave amenaza a su integridad territorial, con misiles atómicos apuntándole y amenazando su supervivencia. El conflicto estalló el 2014, cuando Occidente propició un golpe de Estado en Ucrania, derrocando al Presidente legítimo Víktor Yanukóvichque que sostenía la neutralidad de Ucrania respecto a la OTAN, manteniendo buenas relaciones con Rusia. El Protocolo de Minsk fue un acuerdo para poner fin a la guerra en el este de Ucrania, pero hoy se sabe que fue firmado por representantes de Ucrania, sin intención de cumplirlo. El 7 de diciembre de 2022, la ex canciller alemana, Angela Merkel. reconoció, en una entrevista al diario alemán Die Zeit, que los acuerdos de Minsk se firmaron con el único objetivo de dar tiempo a Ucrania para rearmarse y fortalecerse. Las consecuencias de las sanciones a Rusia han sido un boomerang. Primero, porque motivaron a Putin a reconvertir la industria rusa en una gigantesca fábrica de armas; en vez de caer, su economía creció, siguió exportando petróleo y granos; a partir de la operación militar especial, dada la extensión de la guerra que pudo haber durado sólo meses, hoy Rusia se ha anexado Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. Efectivamente, el conflicto pudo detenerse el 2022, cuando se negociaba un Acuerdo de Paz en Estambul, pero Occidente, a través del Primer Ministro inglés, Boris Johnson, instó a Wladimir Zelenski a seguir la guerra con apoyo occidental. Una guerra que se ha extendido con un gigantesco costo en vidas e infraestructura y que ha servido de laboratorio o campo de prueba del armamento que ofrecen diversos proveedores, demostrando Rusia, Irán y China que han superado en desarrollo tecnológico armamentístico a los países de la OTAN.  

 

La Guerra gran negocio

El impacto de la guerra de Ucrania sobre Europa ha sido desastroso.  Ante la pérdida de energía barata que proveía Rusia, Alemania lleva más de 6 meses en recesión, pero la OTAN persiste en mantener un Estado de guerra levantando el miedo de una amenaza de Rusia a la Unión Europea. Han transcurrido más de dos años y la conflictividad mundial sigue creciendo. A partir del 7 de octubre 2023, luego de ataque de Hamas, estalló la invasión de Gaza por parte del Estado sionista de Israel. Se ha normalizado la violencia contra civiles, se ha bombardeado hospitales, escuelas, campamentos de refugiados. Israel se ha reído de las Resoluciones de la ONU. Somos espectadores de registros desgarradores del genocidio en Gaza.

 

Los intereses armamentistas buscan imponer una guerra permanente. El intento de magnicidio contra el Primer Ministro de Eslovaquia, Robert Fico, el accidente de helicóptero del Presidente iraní, Ebrahim Raisi, han sido expresiones de esta guerra híbrida, cínica, que se desarrolla por interpósitos actores, con acciones de inteligencia o contra inteligencia. La guerra extiende sus tentáculos, se empiezan a formar alianzas cruzadas; los huties de Yemen, con apoyo iraní, han causado daño con el bloqueo naval al tránsito de buques por el Mar Rojo desde o hacia Israel. En África, Níger ha zafado del yugo francés; en Asia, China realiza maniobras frente a Taiwán; Putin visita Corea del Norte. Macrón, el impulsor de una guerra directa contra Rusia, ha perdido las elecciones ante la ultra derecha y disuelve la Asamblea Legislativa. En EEUU tratan de mantener a flote la economía para ayudar a Biden, pero es notorio que la salud de este político no le permite debatir ni argumentar. El foro con Trump se espera patético, todo gira en torno a esas elecciones de noviembre; como patética o ridícula resultó la mentada cumbre de Paz en Suiza que fracasó porque no invitaron a uno de los contendores.

 

El Sur Global por la Paz en Justicia

En política internacional hay una gran necesidad de cordura y sentido común. La codicia obnubila a las élites en el poder y los pueblos soberanos, deben hacer oír su voz, porque, en gran medida, el destino de occidente y la humanidad toda, depende de estas circunstancias y se intuye que hay quienes buscan sacar las castañas con la mano del gato porque necesitan la guerra para seguir facturando.

 

Y acá en América del Sur, relativamente alejados del foco de mayor riesgo, estamos los iberoamericanos, con un Brasil de Lula, fortaleciendo la voz del Sur Global en los BRICS, con Bukele de El Salvador expresándose contra la debilidad del dólar estadounidense; con Petro en Colombia cortando relaciones diplomáticas con Israel; con Bolivia, Venezuela, Nicaragua postulando para ingresar a los BRICS; con México y Chile sumando sus cancillerías para pedir a la Corte Penal Internacional que investigue posibles crímenes de guerra en Gaza. Y, contemporáneamente, en la peor pesadilla de Argentina, aparece Milei, genuflexo ante el sionismo, tratando de traer la guerra a Sudamérica. Y la señal que más anima a la civilidad humanista iberoamericana, ha sido la brillante y contundente victoria de la nueva Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, que viene a continuar la Cuarta Transformación de AMLO. Ella señaló "No llego sola, llegamos todas" y será la voz femenina de esta Iberoamérica frente a las élites que empujan la guerra como bestias acorraladas, aferradas a su codicia y a su cultura de la Muerte. Pero son los que van de salida.

 

Valparaíso, 21 junio 2024, Hernán Narbona Véliz, Periodismo Independiente, Corresponsal del diario La Razón.cl

Una mirada libre a nuestro entorno

domingo, junio 09, 2024

Apuntes de Guerra


APUNTES DE GUERRA
Siempre quise saber cómo vivieron mis padres su noviazgo teniendo como marco la segunda guerra mundial. Entendí lo lejano que.resultaban para ellos esos acontecimientos y lo tarde que llegaban las noticias, que eran al final una simple propaganda de los aliados occidentales. La geografía siempre ha protegido este delgado territorio al fin del mundo. Por eso, los jóvenes enamorados de los 40, en el siglo pasado, seguían de lejos esa guerra, aunque se daban corrientes locales a favor de uno u otro bando.

Ahora, siglo XXI, año 2024, somos espectadores remecidos por la avalancha diaria de noticias, con registros desgarradores del genocidio a mujeres y niños, episodios que nos mantienen en vilo, porque la escalada belicista podría llegar a la irresponsabilidad suicida de una guerra atómica.

Quizá por esa situación extrema, cuesta registrar en una columna las sensaciones límites que va revisando un analista, a medida que el mundo va estructurando bloques y se avizora un cambio en las relaciones internacionales. 

El cambio hacia un sistema multipolar, se va perfilando con un importante cantidad de Estados asociados a los BRICS ampliados, que plantean el uso de monedas propias en alternativa  al dólar, en un antagonismo estratégico con la hegemonía de los EEUU y sus aliados, principalmente el Reino Unido y  la Unión Europea. 

La tensión se va venido dando en torno a la guerra de Ucrania; la invasión genocida de Gaza que la ONU ha ordenado detener y que Israel ha incumplido; el  posible choque de EEUU  con China en torno a Taiwán; el conflicto de liberación del colonialismo francés en África. La presión de Macrón de ingresar a una guerra frontal con Rusia y la presión interna actual de los franceses para frenar esa locura y llamar a elecciones anticipadas. 

En este complejo  escenario, la interdependencia se va expresando con repercusiones sobre todo el comercio mundial, de bienes y servicios, con el surgimiento altamente probable y cercano de un segundo sistema monetario y de pagos  internacionales anclado al padrón oro, lo que se va articulando con el ingreso de nuevos países a los BRICS. 

Países periféricos como Chile, que ha apostado a comercio abierto con China, Europa o EEUU,  deberán asimilar un escenario restrictivo donde deberían defender su neutralidad para mantener un mínimo margen de maniobra.

El impacto de la guerra de Ucrania sobre Europa ha sido desastroso.  Ante la pérdida de energía barata que proveía Rusia, Alemania lleva más de 6 meses en recesión, la OTAN persiste en mantener un Estado de guerra levantando el miedo de una amenaza de Rusia a la Unión Europea. 

Los intereses armamentistas buscan Imponer una guerra permanente y su voz oficial ha buscado eliminar las voces disidentes. El intento de magnicidio contra el Primer Ministro de Eslovaquia, Robert Fico, el accidente de helicóptero del Presidente irani, Ebrahim Raisi, han sido expresiones de una guerra híbrida, que se desarrolla por interpósitos actores y acciones de inteligencia o contra inteligencia.  Entender el fenómeno de guerra no convencional significa entender que el frente comunicacional y de propaganda se juega por medios no convencionales, que de alguna manera permiten conocer de primera fuente los hechos que.van ocurriendo en los diversos espacios de confrontación.

Pese a los poderes que buscan influir a nivel global,  frente a una nueva guerra fría, es  prudente volver la mirada a una antigua política de los países del sur, los No Alineados, que puedan mantener soberanía, aportando a una paz con equilibrios donde nadie se arrogue hegemonías, con una igualdad jurídica efectiva, en respeto a la soberanía de cada Estado.

Se puede decir que estamos siguiendo una "noticia en desarrollo".  Seguimos.

Hernán Narbona Véliz 
Valparaíso, 9 de junio 2024.
Periodismo independiente 
Corresponsal Diario La Razón.cl

viernes, abril 05, 2024

Detengan la cínica Guerra


¡Detengan la barbarie!

Como un bien común, que a veces no atesoramos debidamente, la paz es esa capacidad de salir de nuestras casas, cada día con un nuevo afán, trabajando para pagar nuestros compromisos, para comprar en el mercado, para educar nuestros hijos, disfrutar de algún café de risas y sueños, en algún recodo de amistad, y volver por la tarde al regazo, con los seres queridos y encontrarlos vivos, alegres. Es la vida en paz, una situación de simplicidad que se parece al amor. Esa paz que anhelan muchos pueblos destrozados por la guerra y por quienes se estremece hoy la conciencia humana.

Es lo que le han arrebatado al pueblo palestino, a los miles de niños que han nacido y muerto en una pesadilla. Los palestinos que solo han aspirado a ser reconocidos y respetados como un Estado soberano, exigiendo que se cumpla la Resolución 181 de 1947, que dividió a Palestina en dos Estados, Israel y Palestina. Dicha resolución ha sido irrespetada persistentemente por el sionismo expansionista, que ha ido ocupando con sus colonos esos espacios, buscando la dominación total de Gaza y Cisjordania. Lo que está sufriendo el pueblo Palestino en la franja de Gaza es el exterminio metódico de su población, con decenas de miles de muertos, la mitad de ellos niños, y cerca de dos millones de desplazados a la frontera sur con Egipto. Israel ha pretendido defender y justificar los bombardeos indiscriminados en “el derecho a autodefensa”, luego de los ataques del 7 de octubre 2023. El gobierno sionista, sustentado en la tesitura teocrática de una guerra santa como pueblo elegido, ha ocultado su interés profundo de ocupar y anexar todo ese territorio para hacerse de los recursos gasíferos del litoral de Gaza, para así convertirse en el proveedor de gas a Europa, generando una ruta alternativa de suministros a lo que sería la ruta de la seda que ha venido implementando China a través de Euro-Asia.

La Guerra Cínica

Estamos en una Guerra extendida, donde Rusia está luchando en Ucrania contra una OTAN que ha buscado cercarla. Con la conducción mesurada de un Vladimir Putin frío, que ha contenido sus acciones militares para acotarlas al territorio de Ucrania. Por otro lado, en el Medio Oriente, el Mar Rojo, hay una escalada, con Israel demoliendo Gaza y Yemen torpedeando navíos con cargas para o desde Israel. Éste atacando el Consulado de Irán en Siria, enseguida, el anuncio de represalias. Una vorágine de incertidumbre cruza el mundo. Conflictos y belicosidades múltiples, la masacre terrorista de la sala de conciertos Crocus City Hall, la respuesta rusa de castigar a los autores intelectuales...

Una guerra cínica que también es mediática. Se la llama guerra híbrida, donde son milicias, grupos o ejércitos mercenarios los que actúan por cuenta y orden de los Estados, sin que exista una declaración formal de guerra. En una mirada a este instante mundial, se observa que los campos bélicos en Ucrania, Siria, el Líbano están siendo el laboratorio de ensayo de armas de enorme poder. Sin llegar al arma nuclear, es tal la efectividad de los misiles hipersónicos y de los drones, que todas las concepciones clásicas de la guerra convencional deben estar hoy en revisión; como también las aristas de la guerra cibernética, que se ha venido desplegando con uso de tecnologías de punta.

Frente a estos escenarios apocalípticos, sin embargo, es probable que el peso político de la superpotencia emergente, China, con la alianza creciente que constituyen los BRICS, probablemente, disuada a las élites de Occidente, de seguir buscando mantener el sistema unipolar de dominación mundial generado en 1947 y, quizás, se frene la escalada y entremos a un sistema multipolar de relaciones internacionales, sin un hegemón que imponga un orden neo colonial y la paz de los sepulcros, sino un sistema multipolar, más equitativo, con un nuevo orden mundial. Es probable que, mediante un equilibrio relativo entre fuertes poderes militares disuasivos, se llegue a la cordura de una paz basada en esa conciencia de riesgo de autodestrucción global.

Como humanidad, hemos presenciado impávidos un genocidio, mientras la cortina de humo de las cadenas occidentales, ha intentado frenar y ocultar el clamor de los pueblos: ¡Detengan la barbarie!

La ONU ha demostrado ser inútil, precisamente porque en ella ha existido la ficción de igualdad jurídica entre los Estados, pero, en el Consejo de Seguridad se refleja el orden de pos segunda guerra mundial, donde las potencias vencedoras se reservaron el derecho a veto, impidiendo una mínima acción internacional, que frene los bombardeos de Israel sobre Palestina. Sobrepasando todos los límites del Derecho Humanitario, Israel ha resistido la reciente Resolución que ordenó un Alto al Fuego y ha asesinado a voluntarios que entregaban ayuda de alimentos a los desplazados palestinos al sur de Gaza.

Por una Cultura de la Vida

Lejano a ese infierno, cerré los ojos y me trasladé al horror de Palestina y sentí, estremecido, la dialéctica perversa de las guerras genocidas, sin respeto a templos, hospitales ni escuelas. Un genocidio que ocurre con esa agresividad amoral e impersonal de un juego de video, sin declaraciones diplomáticas previas, como ataque preventivo, para que los pueblos tildados como enemigos, algún día, eventualmente, no vuelvan a levantarse en armas y agredir a su opresor.

La cultura necrofílica versus la cultura de la vida. Para entender la profundidad del dolor que sufren los civiles en esta guerra cínica, que nos llena de imágenes aterradoras, he mirado mi ciudad, Valparaíso, con su colorido, con sus afanes cotidianos, con sus habitantes superando infortunios. Y me la imaginé, por un instante, ardiendo, con grandes columnas de humo, bombardeados sus hospitales, sus iglesias, sus colegios; sin energía, sin agua, envuelta en una enorme catástrofe, con sus universidades y su puerto destruidos, con drones asesinando a hombres, mujeres y niños, por ser potenciales enemigos. Frente a nuestros ojos ha venido transcurriendo este conflicto, mientras la industria armamentista se congratula por sus facturaciones y es cómplice del genocidio y busca más espacios donde provocar guerras y seguir su próspero negocio. Con una crueldad exacerbada, con asimetrías profundas, gente común y corriente es masacrada, la instantánea comunicación nos va mostrando la escalada y la guerra es la coronación de la muerte, asolando esperanzas, con sus vicios, sus mentiras, con violaciones a niñas y mujeres, con ejecuciones sumarias, sembrando odio por dinero, con torturas, con hambrunas colectivas, pestes y gigantescos desplazamientos de población. Los traficantes de armas y los mercenarios (sociedades anónimas que venden sus servicios de muerte) lucran de la logística bélica y como es necesario usar drogas para incentivar la barbarie, la disponen a sus anchas. La guerra no es contra un enemigo uniformado, se desarrolla soterrada, sin una declaración formal, es una simple carnicería contra la población civil, donde todos pasan a ser peligrosos, con la lógica asesina de prevenir males mayores, los civiles somos un mero daño colateral. No valen los Convenios de Ginebra para los prisioneros de guerra, no habrá Corte Internacional de Justicia para los genocidas, el Derecho se pierde entre montañas de cadáveres, consecuencia de las maniobras de bombardeo y tierra arrasada. La guerra de hoy es peor que lo imaginable.

Ante la escalada del horror y ante una inminente conflagración mundial, los pueblos debemos mantener una voz activa por la paz frente a la ley de la selva imperante. Roguemos que no sea demasiado tarde.

Valparaíso, 5 de marzo 2024

Hernán Narbona Véliz, Una mirada libre a nuestro entorno

sábado, marzo 09, 2024

Entre el caos y la esperanza


Entre el caos y la esperanza

 

En el cine de catástrofe las primeras tomas muestran una vida que se desarrolla normalmente. La gente al trabajo, los niños a la escuela, los negocios abriendo sus locales, alguien organizando la presentación de esa mañana, muchos saludando por las redes sociales con emoticones. El inicio de un día más, una mañana cualquiera, hurgando en el celular quién cumple años ese día para no olvidar saludarlo…

Tal cual, estamos viviendo este tiempo complejo, donde estamos presenciando una guerra híbrida, cínica, que está allí, ocurriendo. Mientras dormimos, amamos o nos lavamos los dientes, en Gaza mueren niños, mujeres y ancianos en un campo de exterminio a cielo abierto; en el Mar Rojo hay combates navales, drones hunden un portaaviones israelí; en Ucrania, misiles hipersónicos de la Federación Rusa destruyen un edificio donde se reunían tropas mercenarias extranjeras y numerosos militares ucranianos y de la OTAN, de alto rango. Todo está ocurriendo, envuelto de eufemismos, frente a nuestras narices. La televisión abierta apenas incluye el tema en sus noticieros y sigue dándole con la delincuencia local, con el circo de la política, con la carencia de ética. 

En este nuevo Mundo al instante, casi en tiempo real, nos llenan de imágenes, las redes sociales. Pero hay que filtrar, la propaganda es un arma de guerra y se debe desconfiar.  Nos informamos por canales independientes, como Negocios.TV de España, Top de Impacto, Prensa Alternativa.   Sin embargo, en esta vorágine diaria, es reducida la población que entiende y asume a cabalidad el momento crítico que atravesamos como humanidad. El cambio climático ya nos ha golpeado con sequía e inundaciones; el modelo neoliberal y depredador nos ha impuesto un Estado débil que no regula ni fiscaliza debidamente. Es algo que hemos sentido recurrentemente y estamos aún en medio del duelo por la reciente catástrofe de los incendios intencionados, que devastaron Viña del Mar y el Marga Marga. 

Es cierto que, si uno se asoma a diario a los escenarios mundiales, debe cuidar la cordura. Estamos en medio de una realidad caótica. Se dice que está surgiendo un nuevo orden mundial, pero que el viejo régimen se resiste con todo para mantener el statu quo que le conviene. Se avizora un nuevo orden que sería más equitativo, multipolar, con mayor equilibrio de poder entre los actores internacionales. A partir de la expansión de la OTAN, acercando bases de misiles apuntando a Rusia,  se provocó la operación militar de la Federación sobre Ucrania; es un conflicto que se agudiza el 2014 cuando en un golpe de Estado se derroca al gobierno pro ruso de Ucrania e instala un gobierno neonazi que pide entrar a la OTAN. En este conflicto, que lleva dos años, la gran perdedora ha sido Europa, en especial Alemania, con una economía en recesión, teniendo que comprarle gas más caro a EEUU. A esta guerra se ha sumado, a partir del 7 de octubre, la ocupación de la Franja de Gaza y su asimétrica invasión y devastación genocida, con más de 40 mil muertos, la mitad de ellos niños. En la escalada, Yemen defendiendo a Palestina, ha declarado la guerra a Israel, lo mismo ha hecho Argelia. La guerra mundial está ocurriendo, tal como lo señalara hace años el Papa Francisco. Hoy Irán, Siria , El Líbano, están intercambiando misiles y drones con Israel y EEUU. Se ha entrado en un clima de beligerancia maniquea, que no deja espacios para tonalidades y se impone la fuerza por sobre la razón y el Derecho.

Un nuevo orden mundial se esboza, está por nacer, mientras lo viejo se resiste a morir y como reacción plantea una peligrosa huida hacia adelante, que extienda la guerra de Ucrania a toda Europa, como palanca de crecimiento económico para el sector armamentista de la potencia imperial, en una estrategia casi suicida.  Los pueblos marchan contra el genocidio del sionismo en la Palestina ocupada. En Europa marchan los agricultores, la Unión Europea se convulsiona. Hay una anomia por todas partes. La lógica belicista manda que si no estás conmigo eres mi enemigo y tengo que destruirte. Sin embargo, el nuevo orden sigue creciendo, los BRICS se expande y se convierte en el bloque que más población y producto bruto interno acumula; el jaque mate al orden de Bretton Woods será cuando un nuevo sistema monetario, alternativo al FMI, abra un nuevo sistema para los pagos internacionales, con divisas alternativas que tengan el oro como respaldo. Los tiempos del dólar y de su emisión afiebrada están por concluir. El tema que debe preocuparnos es cómo sobrellevar económicamente como país pequeño, este profundo cambio, manteniendo la integridad territorial y la soberanía, asumiendo que somos un país exportador que tiene como principal socio a China.

Si el nuevo orden mundial cimenta la paz en la colaboración y el comercio, para ser distinto a lo actual, debería imponer a los poderes corporativos mundiales reglas el juego que eliminen sus trampas y la evasión, características del orden colonial anglosajón. Con el peso del Derecho Internacional, se debería terminar con la expoliación de sus recursos naturales, que realizan a las economías nacionales, con toda la corrupción asociada. El orden actual, consagrado en organismos como la OMC, establece una preminencia de los intereses multinacionales por encima de los Estados. Acuerdos como el TPP 11 (increíblemente suscrito por el gobierno de Boric)  han buscado consolidar los amarres que inmovilicen al Estado frente a las multinacionales. Es algo que habría que corregir, si se pretende que el nuevo sistema multipolar sea de mayor equidad para los pueblos del mundo.

Los poderes globales supranacionales y corporativos deberán resignar sus pretensiones de dominación mundial y de concentración de la riqueza, para someterse a un orden con Estados fuertes, que regulen y fiscalicen las economías en pro del bien común y la preservación de la naturaleza.  Esta aspiración debiera significar que podamos erradicar la corrupción estructural de las élites y su poder criminal, que son las que se nutren de la guerra, los genocidios y los ecocidios, basando el modelo neoliberal en el crecimiento ilimitado.

Estamos viviendo un conflicto entre un sistema que concentra el poder económico, financiero y militar en una potencia hegemónica, EEUU con sus diferentes alianzas militares estratégicas, y los BRICS, como bloque emergente que levanta una propuesta multipolar que vendría a instaurar un nuevo orden.

En este conflicto, nos toca estar en el patio trasero, territorio que la política estadounidense considera como propio. La opción de neutralidad es difícil; a nivel de la política interna la influencia o intromisión se ha hecho patente y como sociedad estamos permeados por intereses foráneos que se han aliado a grupos de poder internos. La opción que se jugara en los 80 de una integración regional, es hoy más difícil por la penetración de corrientes globalistas y el renacimiento de la ultraderecha, ambas camufladas en la mirada maniquea de izquierdas y derechas.

Por eso, educar cívicamente al pueblo es urgente, porque un pueblo consciente es fundamental para ser un país soberano. Actualmente, los poderes de la ultraderecha neoliberal han desplegado su poder mediático y han logrado llevar a los países a situaciones regresivas, como lo ha sido negar el rol conductor que debe tener el Estado y la necesaria cooperación regional que debe existir en Sudamérica. Resulta urgente que las fuerzas progresistas de América Latina y el Caribe puedan sumarse a la recuperación de una nueva política, que coloque la integridad como valor central y el bien común como norte. Señales positivas que nos llenan de esperanza, han sido el gobierno de AMLO en México con su Cuarta Transformación y los logros objetivos de su gobierno; el superávit fiscal que ha logrado Lula en Brasil al aplicar un impuesto a los super ricos; o el éxito de Bukele al erradicar las maras y dar seguridad al Salvador, incluso contra la intromisión demagógica de los globalistas.

 Frente a este momento de alto riesgo, con una soterrada guerra mundial en ciernes, que podrá culminar en una paz estable o escalar hasta la autodestrucción, la humanidad debe jugárselas por la Paz y la Justicia, resistiendo la embestida de los poderes globales que buscan mantener un estado de cosas que asegure sus privilegios, en desmedro de las mayorías. Esas fuerzas globales que buscan consolidar su dominación y nos quieren inconscientes, incapaces de esgrimir la crítica o levantar nuevas utopías de paz y cooperación. Entendamos que, como pueblos soberanos, podemos echarlos del poder y develar sus mentiras, con la no violencia activa.

Valparaíso, 9 de marzo 2024

Hernán Narbona Véliz – Periodismo Independiente

Corresponsal de diario La Razón.clUna mirada libre a nuestro entorno