viernes, marzo 17, 2023

Pos verdad: la distorsión de la historia


Pos Verdad: la distorsión de la Historia

Chile se está mostrando con sus grandes mentiras, en la percepción distorsionada y frontal de vencedores y vencidos, de victimarios y víctimas, de apatía e ignorancia cívica, en un remolino que nos envuelve en lecturas que nos emborrachan, las mil historias distintas de los últimos 50 años. La distorsión ideologizada de hechos que ocurrieron en medio de sensaciones distintas, de una escalada de violencia, que las personas vivimos desde posiciones diferentes, desde edades diferentes e intereses distintos.

La forma cómo se percibe la historia de los sesenta a la fecha genera una lectura difícil. Son 50 años de historia, conquistando la nacionalización del cobre, levantando la reforma agraria, disfrutando el espacio ganado con la reforma universitaria, sin imaginar que la guerra fría tendría su etapa más sangrienta en el golpismo y la reacción de los setenta.

Con actores de la élite que se repiten pero en roles contradictorios, con protagonistas que se repiten, pero que ahora defienden un modelo neocolonial, como representantes y administradores de un nuevo orden en donde les tocan sus migajas. La visión nuestra, con manos limpias, había sido de idealismo, una utopía llena de sueños, recibiendo los coletazos de la historia, hechos que troncharían familias, que cambiarían nuestras vidas. Priorizando la sobrevivencia, generando proyectos de familia contra viento y marea, desplegando la inteligencia para mantener la dignidad y la voz crítica, aunque ello haya sido un acicate para seguir adelante tozudamente, pese a las zancadillas y las traiciones.

La historia oficial se impone. La dictadura tuvo el buen cuidado de mantener y concentrar la propiedad los medios de comunicación. La Concertación destruyó los medios independientes con los que se había abierto espacio a la transición. La asfixia económica los fue matando. El servilismo y la traición hoy se traduce en una Memoria dispersa, deteriorada, con la solución biológica en marcha, con etiquetas interesadas que buscan dividendos presentes con cargo a mentir retrospectivamente.

Haber impuesto el silencio a las declaraciones de las víctimas en la Comisión Valech, es evidencia de esta destrucción premeditada de una historia realista. Gracias a la desclasificación de archivos de la CIA pudimos leer el Pinochet File que reforzaba los hechos acaecidos desde el día en que Allende sacaba la primera mayoría, en el Chile democrático de los tres tercios. De allí en adelante los hechos confusos, el complot asesino, las justificaciones de adherentes y adversarios de la Unidad Popular, la quinta columna desintegradora de la revolución cubana, apretando el acelerador y ayudando implícitamente al golpe y el odio. Dineros sucios pagando los paros de camioneros, colas, mercado negro, desabastecimiento, pero también honestidad en barrios donde se actuaba correctamente.

Pero, al trasluz de la experiencia ulterior, queda la evidencia de traiciones, aprovechamiento, egoísmo recurrentes, porque los mismos que rasgaban vestiduras por la revolución armada, desestabilizando el gobierno democrático, fueron los serviles sicarios de la social democracia europea que se vendió al modelo transnacional, en relaciones corruptas que les permitieron gozar del poder, hasta la quiebra del modelo. Los mismos que se quedaron con esos recursos de solidaridad, para instalar en la transición sus partidos instrumentales, negociando los acuerdos secretos que nunca se alcanzará a destapar y que a los jóvenes que perdieron la confianza ya no les importa en sus urgencias presentes.

La generación perdida tuvo idealistas consecuentes que hoy son adultos empobrecidos e ignorados y un puñado sectario, coludido férreamente, para usar cuotas de poder, con pragmatismo y cinismo, echándole la culpa a la dictadura, a las turbulencias, a alguien siempre.

En la realidad que tiene desmantelada la izquierda, es el resultado de una total mentira, con verdades a medias, con sensibilidades que son expectativas de justicia, de verdad, que no cumplió ninguno de los 5 gobiernos concertacionistas, verdadero engendro político que nos vendió una transición mentirosa, que perpetuó y profundizó el modelo, rindiendo pleitesía al dios dinero.

La pos verdad duele.

 

Hernan Narbona Veliz

Periodismo Independiente 16 de marzo de 2018.

 


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