domingo, agosto 31, 2025

CIEN POEMAS POR PALESTINA



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Una mirada libre a nuestro entorno



martes, agosto 26, 2025

La Política: Una relectura necesaria trece años después.

La Política: una crónica para la Memoria Ciudadana.


La concepción autoritaria que se viste de democracia es la peor de las mentiras que empantana a nuestra sociedad, ya que el ciudadano no es visto como sujeto crítico  de la polis,  sino como un consumidor pasivo del producto político que generan los comités creativos y que  colocan en el mercado, territorial o sectorialmente, los operadores políticos.

 

 La publicidad engañosa, el consignismo barato, las imágenes prefabricadas, el efecto multiplicador de los medios que venden sus espacios al mejor postor, buscan asignar a determinados personajes públicos cualidades que nunca tuvieron, ocultando sus errores  con inusitados blindajes que se montan al máximo nivel internacional.

 

En la mascarada electoral del binominalismo, los partidos son espacios de poder que constituyen un verdadero oligopolio. En ellos se concentran las designaciones de candidatos. Salir como independiente para algún cargo es casi utópico, todo está hecho para que el poder se lo repartan los dos sectores oficiales.

 

A través de la farándula que conlleva el marketing político se posicionan rostros, todo se construye con slogans, se elude el debate, no hay una tabulación transparente de cómo ha actuado un candidato, ninguno se hace voluntariamente el test de la blancura, como podría ser la declaración de intereses o un examen de pelo para excluir el consumo de psicotrópicos. Nadie sabe a ciencia cierta quién es o qué hace cada candidato.

 

La democracia es penosamente una dedocracia, con caudillos y tribus que actúan como sectas al interior de los partidos, con reticencia a exponerse, con primarias que han sido vergonzosas,  una mera forma de lavarle la cara a la falta de representatividad que conlleva el sistema.

 

Un puñado de militantes tiene el derecho de nominar candidatos a Alcalde, a Concejales, a Consejeros Regionales, a Diputados, Senadores y Presidente de la República.  Cuando salíamos del régimen militar, a través del Plebiscito de 1988, la civilidad estaba movilizada, luchando por el retorno a la libertad. Pero, en la transición amañada, las élites concertacionistas que monopolizaron el poder, fueron premeditadamente desmovilizando a la civilidad y amarrando sus redes y sus parcelas de poder, sumamente cómodos en el binominalismo. Y lo hicieron desplegando un marketing político que vendía una pseudo izquierda democrática, pero que en los hechos reales resultó más entregada a los intereses multinacionales que las propias fuerzas opositoras herederas de la dictadura. Recuerdo que el cantautor Oscar Andrade los denunciaba diciendo que escriben con la izquierda , pero cobran con la derecha.

 

El marketing político en la sociedad mediática de los noventa tapó grandes escándalos de corrupción, genero mitos urbanos respecto a determinados personajes políticos que a la hora de la verdad fracasaron. Frente a este espectáculo, sólo escasas voces alternativas persistieron denunciando a las máquinas corruptas. La colusión de la Concertación con los medios oligopólicos significó que dejaran caer medios de prensa valiosos, como fuera el Diario La Época, las Revistas Hoy, Análisis, Apsi, Nueva Voz;  las radios que habían servido de canales de comunicación para la disidencia contestataria durante los ochenta. Para un candidato "renovado" y  "con fines de lucro" aparecer en El Mercurio o La Tercera era tocar el cielo y eso explica la alianza tácita de la Concertación con estos medios durante los 20 años de gobierno.

 

La llave que tiene el marketing político para colocar un producto es el dinero. Una campaña para Senador se estima que cuesta unos 50 millones de dólares. Una campaña Presidencial mucho más. El gran riesgo de nuestra sociedad es el oscuratismo que rodea el financiamiento de las campañas políticas, donde nadie sabe el origen de las platas y ellas podrían fácilmente derivar de ilícitos, como el narcotráfico o actos de corrupción.

 

El Estado y las instituciones se ven ocupados por grupos de poder que se enquistan en el sistema binominal con lealtades sectarias y así, la democracia profunda, participativa, que procura relaciones más justas para todos los habitantes del país, sufre la estafa constante de esa llamada clase política oficial. El descreimiento y el repudio que generan sus manejos, lleva al sistema democrático a precipicios de alto riesgo. Basta con escuchar las propuestas anti Estado de los dirigentes sociales jóvenes para darse cuenta de la confusión y anarquismo que se produce como respuesta visceral a la manipulación mediática de  masas que organiza el marketing político para vender buzones.

 

 

 

Con el ímpetu e independencia de la juventud, las generaciones jóvenes actuales ven que el sistema globalizado ha generado alianzas estratégicas sórdidas de élites políticas con intereses multinacionales y que sirven a esos patrones antes que al interés colectivo.  El resorte de la rebelión puede ser desgastador porque el sistema actúa como un sólido bloque impermeable.

 

En el marketing político aparecen discursos encendidos de cambio, pero, a la hora de la verdad,  en la trastienda, los controles y el mando altamente concentrados, frenan las buenas intenciones de abrir espacios. Por ello, para ese poder tras bambalinas la democracia representativa  podría ser una opción descartable, dado que, si la situación rebelde amenazare los pilares del sistema, el pragmatismo mediático pasaría sin asco a los planes B del autoritarismo.

 

La democracia profunda, sin embargo, comienza a incubarse a partir del desencanto y el cansancio. La desconcentración del poder conlleva redistribución de la riqueza y potenciar los gobiernos locales y regionales.

 

La generación de candidatos provenientes de la sociedad civil y no de los partidos es un ejercicio difícil. La fortaleza potencial de los nuevos 4 millones de personas que pueden votar podría ser una gran sorpresa, con liderazgos genuinos y no prefabricados.

 

El marketing político que nos vende pomadas debería retroceder, pero todo depende de un cambio cultural y conductual de los nuevos ciudadanos y de su grado de compromiso para asumir responsabilidades y deberes y así mejorar las cosas, negociando con inteligencia una mayor transparencia en las contiendas electorales que se vienen.

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Periodismo Independiente, Hernán Narbona Véliz, 16 de Marzo de 2012.

Una mirada libre a nuestro entorno

lunes, agosto 11, 2025

Por una nueva Humanidad


Por una nueva Humanidad

Aquí vamos los soñadores barajando el albur de la impiedad urbana, menoscabados por las muchedumbres que otean con su ojo cíclope las catástrofes cotidianas. Vamos convencidos de que el lenguaje crea realidades y lo usamos como un ariete, a brocha gorda contra muros infranqueables.

Muchos nos extraviamos, robando pantallas y, al vernos, el titiritero se ríe de nosotros, torpes y pontificantes, ególatras hormigas queriendo  conquistar un epitafio.

Muchos nos perdemos en cofradías de licores fugaces, procrastinamos una novela mentirosa y remontamos madrugadas en la desolación y las deudas.

Otros nos refugiamos en altisonantes metáforas indescifrables para eludir la crudeza de la calle y sentirnos una elitaria casta luminosa.

Asumiendo a regañadientes nuestra enclenque consecuencia, despotricamos por utopías deshilachadas en el viento de la historia y tomamos aire, para seguir bregando contra nuestras debilidades y personalismos.

Somos, al fin y al cabo, maestros chasquillas de la palabra, pero hay una sensibilidad que está allí, que marca nuestro quehacer.

Cuando caen las máscaras y el grito agónico de pequeñas almas flageladas por el odio, remece las entrañas, algo profundo se rebela en ira incontenible.

Entonces, nos asomamos por encima de  fofas egolatrías y recobramos, en parte, el sentido umbilical del humanismo.

Y nos reunimos, desconfiados del poder, de sus mentiras, y zarpamos al desafío, a enfrentar marejadas y trenzar las manos en un gesto primario de responsabilidad y compromiso.

Cada verso, cada frase, va tejiendo el mosaico de la diversidad, bordado en un propósito universal de sobrevivencia en paz, soberanía y justicia.

Mujeres y hombres, niños, jóvenes, adultos y ancianos, nos reunimos, asumiendo el bien común, en resistencia frente a la dominación del miedo y la mentira.

En esta coyuntura negra del planeta, cada quien es un grano de arena en el universo de la consciencia, aportando una visión de equilibrio y equidad, que augure espacios de humanidad en los que se pueda asegurar que el fascismo, el sionismo, el negacionismo,  la cultura de la muerte, Nunca Más.

Hernán Narbona Véliz

Valparaíso, 11 de Agosto de 2025



Una mirada libre a nuestro entorno

sábado, agosto 02, 2025

¿UNIDAD DESDE LA BASE SOCIAL? ¿HABREMOS APRENDIDO?

TROPEZAR CON LA MISMA PIEDRA
(2 de julio de 2022- cuando bramaba la esperanza. Relectura para no olvidar.)




Quizá suene a juego de palabras: cuán desconcertados están los cabreados de la ex Concertación, al ver que, por pases esotéricos, de nuevo esos mismos concertacionistas siguen en el poder, en su misma parada histórica: trancar la pelota.

 En el proceso vivido a partir de los 90, se derrumbaron los sueños de una conquista democrática real. Yendo más atrás, remontándonos a aquellos principios republicanos que formaron nuestra adolescencia, cuando la Universidad tenía compromiso con su entorno, había debate y se esgrimían visiones de mundo, con vehemencia y respeto cívico, al retornar la democracia, vimos imponerse la lógica mercantil, que de todo hizo negocio. La masiva aspiración de acceder a la Universidad, se tradujo en la proliferación de las universidades igual que los malls, con proyectos educativos febles, sin rigor, asfixiando la saludable crítica de otrora.

Cuando en 1973 se rompió la convivencia y vino el terrorismo de Estado, luchamos por recuperar la democracia. Pero, se impuso el oscurantismo mercantil y. con él, un negacionismo que ha buscado lavar de sangre a la dictadura. Muchos viejos líderes revolucionarios, al parecer, se dieron cuenta que, para una movilidad social express, bastaba con cruzar la vereda y servir al adversario ideológico. Así lo hicieron y sus aspiraciones ya no fueron vivir en Ñuñoa sino en la Dehesa. Ya no fueron dirigentes poblacionales de la Legua, sino miembros de directorios de corporaciones multinacionales. En el exterior, aprendieron a coludirse con los intereses del neoliberalismo global y adecuaron su discurso para vestirlo de "realismo político", de "pragmatismo", de "la medida de lo posible", tratando de justificar su obsecuencia y traición.

Ese es el fondo emocional de la frustración de la vieja izquierda y que explica la abstención, el desencanto y su alejamiento de la política. La disidencia, los díscolos, aquellos que eran excluidos por ser francotiradores y conflictivos, esa mayoría que fue premeditadamente desmovilizada, esos comunicadores y trabajadores de la prensa que habían abierto camino a la democracia, quedaron al margen del binominalismo y sus medios alternativos desaparecieron. El pueblo no ha perdido su sensibilidad con las ideas progresistas, pero descree de la partidocracia. Y ha sido ese pueblo sufrido el que masivamente se fue sumando a las movilizaciones sociales, los que se plegaron a los espacios que abría una nueva generación joven, que repudiaba expresamente el continuismo de la Concertación, mientras sufría en carne propia un Estado Subsidiario enclavado en el sistema. Pero, el motor principal han sido las mujeres, que se convirtieron en vanguardia; los ancianos empobrecidos por la estafa previsional de la dictadura y profundizada por la Concertación, llenaron las calles. Muchas causas fueron vectores simultáneos del descontento social. La depredación, el saqueo del agua, las zonas de sacrificio, el sobre endeudamiento, la usura de la banca y el retail, fueron elementos de una tormenta perfecta. 

El 18 de octubre de 2019, fuerzas telúricas remecieron el sistema. Las deslegitimadas instituciones estuvieron al borde del colapso. Entonces vino el Acuerdo por la Paz. A regañadientes de las élites, se abrió el proceso constituyente, que no lograron amallar, que se les fue de las manos y cobró vuelo propio desde la base social. Con un 2% de aprobación, las élites políticas en ejercicio, parecieron estar en vías de desaparición. 
Cuando se inicia la Convención Constitucional y se logra superar la camisa de fuerza de los 2/3, con participación de independientes y pueblos originarios, creímos que se allanaba el camino. Sin embargo, la naturaleza humana tiene fuertes cargas de ruindad, que parecen ser insoslayables y en la Convención eso se vivió. Durante el año que duró la Convención, se perdió el halo principista con que habían sido electos los convencionales. Despropósitos, situaciones mezquinas, una campaña metódica de desprestigio de la Convención por parte del Rechazo más convencionales ex concertacionistas o ex nueva mayoría, serán episodios que la historia deberá registrar en su dimensión e impacto. El asunto es que, con las elecciones presidenciales y parlamentarias se vivió un contrataque de la reacción y la política partidista excluyó a independientes y volvió a un cauce binario, forzándose así alianzas con personeros profundamente cuestionados, que volvieron al gobierno con Gabriel Boric, ocupando áreas claves. En paralelo, la Convención siguió su propia odisea y la cumplió. 

Pese a todos los escollos, desde la sociedad civil se logró incorporar en el texto de la Propuesta de Nueva Constitución Política de la República de Chile, un conjunto sistemático de principios que configuran una forma más democrática y descentralizada de ejercer el poder; un capitalismo de economía mixta y sustentable, con mayor regulación y fiscalización; un Estado Regional Ecológico, Plurinacional y Social de Derecho. Un nuevo diseño institucional que rompe las bases del modelo, abandona el individualismo, la concentración del poder y procura la participación vigilante de la ciudadanía y los territorios, fijando una hoja de ruta para una convivencia con mayor justicia y paz social. Se establece un Estado responsable de entregar y asegurar los derechos fundamentales.

El 4 de septiembre el plebiscito tiene sólo dos opciones. El Rechazo, con todo su poder mediático, busca mantener el sistema incólume. El Apruebo es un derrotero de cambios profundos y graduales, fijado en las disposiciones transitorias de la Nueva Constitución.

Ha sido el gobierno, surgido desde la generación de recambio de la izquierda, el que, por consideraciones de realismo político, que suelen llamar gobernabilidad, ha declinado elementos sustantivos de su programa, al incorporar personeros que han sido protagonistas de aquél pasado que condujo a la explosión social de octubre. Es lo que está dando botes en el área chica de la izquierda chilena no militante, histórica y cultural. ¿Qué necesidad tuvo el equipo de gobierno de incorporar al gobierno a quienes han sido parte del problema y nunca de la solución?

Un 95% de la población no milita en ningún partido. Un 50% de la población se ha abstenido en las elecciones con voto voluntario. El plebiscito es de voto obligatorio y sobre 15 millones tendrán que votar. Hay una izquierda latente, que no milita, descontenta, víctima persistente de los abusos y asimetrías del modelo. Esa población no se siente representada por los partidos, pero sí confió en el camino constituyente, concurriendo masivamente a las urnas señalando con un 80% de los votos, preferir que representantes populares, no parlamentarios, escribieran la nueva constitución. En poco ha ayudado a fortalecer el Apruebo esta mala junta del gobierno y eso habla de una mala lectura de la élite política frente al proceso social y sus dinámicas propias.

Al parecer el equipo político ha sobredimensionado la influencia que pueden tener los partidos para lograr avances en el Congreso, toda vez que el accionar del Ejecutivo ha sido ripioso y poco eficaz. Si abrirse a la ex Concertación hubiese sido para asegurar un trabajo legislativo de piso, esto les ha fallado y ese error estratégico le ha significado aplazar decisiones claves, como nombrar nuevo Presidente del Consejo de TVN y nuevos consejeros, o mantener sin nombramiento de nuevas autoridades, servicios claves para combatir la evasión y el contrabando.

En este mes de agosto, de cara a la ciudadanía, se deben sincerar intenciones. Las élites políticas quisieran monopolizar el debate, pero no tienen legitimidad para hacerlo. Pese a haber terminado la Convención Constitucional el 4 de julio, la soberanía ha vuelto al pueblo soberano. Desde el mundo social se reconoce como nuevos líderes legítimos emergentes, a ex convencionales. Los políticos sólo profitan de los espacios en medios controlados por la derecha, pero en los barrios son otras las conversaciones y son sin ellos.

Los senadores, que ven el término del Senado en la nueva Constitución, actúan como incumbentes y desesperan, esgrimiendo argumentaciones capciosas, pretendiendo ser los únicos lúcidos para mostrar caminos a Chile. Pero el pueblo los conoce, hace décadas cayeron las caretas y, aunque ellos piensen que el pueblo no lee o no entiende lo que lee, se equivocan. Las personas sencillas, las trabajadoras y los trabajadores no comulgan con sus ruedas de carreta y tienen muy claras las causas profundas de la situación que los agobia.

Con la memoria fresca, aunque quieran disimular sus conductas, su traición de fondo, esa alianza servil a grupos que manejan los hilos del poder, los amarillos, los gatopardistas, se enredarán en sus propias mentiras. Por todo ese historial, poco aportan a la tendencia social que está emergiendo. No serán esos zombies los que orientarán el voto de las grandes mayorías. Serán los líderes del pueblo sencillo, esos que hicieron pan de la nada y nos entregaron el 4 de julio el borrador de Nueva Constitución, a quienes el pueblo cree y respeta. 

La intención de los políticos históricos de aferrarse como se pueda al poder, no sólo es patético, sino recuerda un mensaje popular al gobierno del Presidente Boric: Dime con quién andas y te diré quién eres.

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Hernán Narbona Véliz, Periodismo Independiente, Corresponsal en Valparaíso del diario La http://xn--razn-sqa.cl/, 02/08/2022.

lunes, julio 28, 2025

EDUCACIÓN, FASE CERO, UN NUEVO PARADIGMA





Ángel Bustos Balladares Profesor de Biología, Psicólogo,  Doctor en Psicología, ex miembro de la Junta Directiva de la Universidad de Playa Ancha,  fue homenajeado por la Fundación Muttare por su trayectoria como Educador.  

En esa ocasión, formuló un manifiesto personal de 10 puntos que constituyen su visión para mejorar la Educación en Chile. 
Su mirada se centra en la premisa "Nunca más castigo en el sistema educacional", que apunta a mejorar la relación profesor alumno , profesor - curso, para llevarla desde una actual situación conflictiva,  apática y de desafecto, hacia una relación de concordancia, en donde profesor y alumnos deciden iniciar el proceso de aprendizaje una vez que han construido un clima adecuado al interior del grupo. Se trata de dedicar tiempo para consensuar principios de relación interpersonal, para alcanzar un espacio de comprensión y afecto en donde los conflictos se evitan antes que resolverlos y en dónde el docente nunca aplica castigo.

Ángel Bustos de manera certera y apoyado por datos duros, resultados de un plan piloto de Fase CERO, que se aplicó en doce establecimientos educacionales de la provincia de Valdivia, abarcando liceos pequeños, de 300 alumnos a grandes establecimientos de  2000 alumnos. El modelo fase 0 consiste en tomar todo el tiempo necesario para que el profesor alcance un liderazgo integrativo con todos y cada uno de sus alumnos generando una relación de afecto y empatía que genera un clima organizacional en el aula propicio para el desarrollo de los planes y programas establecidos. El más complicado de los cursos en el experimento, tardó 40 días en lograr ese objetivo.

Los resultados demuestran que, pese haberse ocupado 40 días en el curso más complicado, el programa se cumplió totalmente antes que terminara el año lectivo. Según Bustos, su modelo debiera aplicarse en todas las comunidades educativas del país, ya que genera un cambio de fondo, en donde el alumno aprende en un clima afectivo que le hace disfrutar la escuela, genera y favorece la captación y la exploración del conocimiento, con una integración del curso que va eliminando las necesidades de aquella disciplina verticalista afincada en la sanción (zanahoria o garrote) para desplegar un autocontrol en función del otro, a quién se escucha y se respeta. 

Cuando Ángel Bustos presentó en la Biblioteca del Congreso Nacional su modelo Fase 0 a más de 150 personas  involucradas en las políticas públicas de educación y en el  ejercicio docente,  advirtió que su premisa de nunca aplicar castigo en el proceso educativo,  tenía una mayoría en desacuerdo. Dice haber escuchado argumentos tales como: la anomia genera desorden, la disciplina se logra cumpliendo reglas,  las reglas y normas implican coerción, vale decir una capacidad de controlar evaluar y sancionar cuando alguien rompe un marco normativo. 

Ángel Bustos sostiene frente a esta posición mayoritaria, señala que, sí se incorporara a las políticas públicas ese espacio para construir una relación de afectos y seguridad en el aula, el aprendizaje vendría por añadidura; que el liderazgo que se gana el docente en ese periodo de introducción, usando inteligencia emocional, el juego, la imaginación, pero, sobre todo desplegando Amor, tal como decía Gabriela Mistral, abre espacios fértiles para que los alumnos quieran asistir con alegría a la escuela. Bajar el ausentismo, la deserción, son consecuencias objetivas de este cambio cualitativo 

Adhiriendo, no sin aprehensiones, al paradigma Fase Cero, desde la ciudadanía y habiendo sido académico por más de 25 años, además de haber sido consultor y monitor en  proyectos de modernización del Estado en América Latina, creo que apliqué una estrategia similar, pues,  para poder implementar una idea o propuesta se  requiere ese período de  encantamiento preliminar,  que se trabaja  con instrumentos de planificación participativa, lo que permite desmantelar barreras y resulta altamente comparable con el modelo FASE CERO que postula Ángel. Por eso me convence y adhiero a Fase Cero, considerándola  una inteligente mirada estratégica de largo plazo para revertir la entropía que evidencia el aula, repotenciando el rol conductor del maestro, hoy condicionado por la mercantilización de la educación, que quiere un sistema eficiente y silencioso, dedicado a formar individuos que sepan seguir instructivos, funcionales a proceso productivos.  Un clima de hoy, que aísla al alumno inquieto, al que se sale del molde repetitivo y se atreve a mirar con duda y crítica la pseudo realidad que quieren imponerle 

Entendiendo que ese plan piloto de Valdivia puede ser replicado y lograr que las relaciones humanas en la sala de clases muten de la apatía al entusiasmo, del conflicto a la armonía, de la agresividad al respeto mutuo, estaríamos logrando que, desde el proceso educativo recuperemos el ethos cultural de la sociedad toda, sacándola de la competencia salvaje  para orientar hacia la colaboración y la tolerancia.

Los hechos que la narrativa dominante difunde en sus oligopólicos medios de comunicación, nos inyectan miedo y eso lleva a aislarnos del semejante, desconfiando y peleándonos con ese otro al que vemos como competidor o enemigo. Fase CERO implicaría, así lo entiendo, la formulación de planes maestros, donde se privilegie la docencia de calidad, que FASE CERO sea parte del programa de formación de profesores, para plantarse con convicción frente al "eficientismo" neoliberal. Significa alcanzar decisiones de Estado para los siguientes treinta años, con voluntad política transversal, para lograr un cambio cualitativo, que vaya erradicando la práctica de garrote o zanahoria, para generar comunidades educativas que permeen en las familias y sean motor de equidad social y de pertenencia.

Fase Cero un nuevo paradigma que desde la vereda contigua a la cultura, el libro y la lectura, recibimos con entusiasmo y realismo, porque sabemos que todo pasa por ir desmontando un sistema educacional que está empantanado en el lucro, el individualismo y la violencia para resolver los conflictos.

Valparaíso, 28 de julio de 2025
Hernán Narbona Véliz 
Poeta, escritor, periodismo independiente, Presidente SECH-V.
El espíritu cooperativo mejora la calidad de vida.
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