domingo, septiembre 02, 2007

Un nuevo Septiembre en Chile


La sociedad chilena busca preferentemente el disfrute, pasarlo bien, carretear, vivir el aquí y ahora sin hacerse mayores preguntas, sin memoria, escapando a todo lo que pueda empañar el relajo dieciochero.
Consistentemente con este sentir, se aprobó prestamente una ley que fijó el 17 de septiembre como feriado, con lo cual los chilenos nos preparamos para una semana corrida dedicada a la fiesta, que de patria sólo tiene algunas cuecas, la parada militar y la chicha en cacho, y donde la incitación a la juerga borra de un plumazo toda lucrubración aburrida sobre nuestra identidad o nuestra historia. Temas que se posponen indefectiblemente para Octubre.

El Siglo XXI ha ido perfilando un chileno diferente al de veinte o cuarenta años atrás. El hedonismo ha calado hondo en los comportamientos de la población. El grueso de la población busca alcanzar rápidamente los medios para pertenecer a una sociedad consumista, inmediatista y farandulera. En una carrera competitiva realmente despiadada, los jóvenes corren tras un espacio para poder darse gustos, ojalá con mínimas complicaciones, muchos agrupados en tribus urbanas, con un sentido gregario segmentado que no alcanza para recrear o repensar la sociedad. Abúlicos frente a la cosa pública, profundamente desconfiados del sistema político, de la justicia y de las policías, tratan de construir su mini feudos donde poder encontrar el espacio para la recreación, para compartir unas chelas, para inventar un carrete. Nada de complicaciones, bajo nivel de compromiso, son jóvenes que se podrían comparar con la posguerra europea o la pos dictadura franquista, con una historia familiar cada uno, que se hace lastre colectivo repleto de frustraciones y dolores no resueltos, cargas de carácter afectivo, con fragmentación de la familia, incertidumbre en el abordaje de la madurez, muchos sin alcanzarla nunca.

Una amiga economista me decía que la sociedad de hoy es de adolescentes que llegan a los treinta sin haber asumido su responsabilidad, con demasiados escapes para asumir compromisos y, por ende, estamos en una sociedad que no tiene generación dirigente de recambio, que permanece conducida por un sistema que, reconocido por todos como inequitativo y excluyente, está ahí, sin que nadie le coloque el cascabel al gato.

En etapas como la que empieza hoy, con este Septiembre 2007 de carrete largo, es probable que aparezca el espejismo de un país cohesionado tras símbolos patrios, unidos tras la emoción de un desfile o de una tonada combinada con música rock. Sin embargo, cuando pasemos las fiestas, cada cual seguirá siendo espectador de lo que quiere mostrarnos la sociedad mediática y así, vendrán nuevos tips en la agenda, presenciaremos similares discursos y todo seguirá donde mismo, con un Chile que se aproxima a sus 200 años de vida independiente, pero que es aún incapaz de estructurar un proyecto coherente para alcanzar el desarrollo. Porque siendo ello tarea de toda la comunidad nacional, difícilmente podrá alcanzarse si la gran mayoría es simple espectadora-televidente de una realidad manipulada.

La actitud displicente que cargamos como sociedad, nos hace ver los problemas de muchos compatriotas, como lejanos y ajenos, enfrascándonos en lo propio, en nuestro pequeño macetero o parcela de poder, con dificultades para articular confianzas y para pensar en largo plazo.

Palabras que dejo a beneficio de inventario. Porque, como todos, transitaré Septiembre a media máquina, entre brindis y tertulias de vino y cueca. !Salud¡



Una mirada libre a nuestro entorno

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