viernes, diciembre 14, 2007

No me ayude, compadre



No me ayude, compadre

Hernán Narbona Véliz

periodismo.probidad@gmail.com

Cada fin de año era el mismo cuento. Horóscopos, predicciones, farándula, consumo, más farándula. Este año estamos viendo un fin de año diferente, marcado con el peor de los escenarios para la Concertación, el boomerang del Transantiago, un ancla que sigue hundiendo al gobierno de Michelle Bachelet, víctima consciente de ésta y varias otras herencias del antecesor.

No me ayude compadre, mea culpas, cortinas de humo, en fin, en medio de este carrusel de plástico que se genera en torno a la Navidad liberal, la gente deja de seguir la política, piensa en los regalos, se esfuman las urgencias y en medio de la batahola, la gente va esquivando el noticiero crónico, tal como en el centro evita el lanzazo, viaja transpirando, con las tarjetas de crédito ocultas para evitar clonaciones. La inflación acecha, el tiempo corre. Así, en el peor de los escenarios está cerrándose el segundo año del gobierno de la primera mujer Presidenta de Chile.

Y, como marca la costumbre periodística, es necesario hacer un recuento, animándose a mirar el vaso a medio llenar o el vaso medio vacío, algo que suena tan absurdo como esos oráculos de dudosa rima, que nos embotan de depresión o de un optimismo demencial. Más debiera preocuparnos la cumbre en la isla indonesia de Bali, donde las superpotencias se resisten a asumir compromisos frente al calentamiento global; pero no, en nuestra pequeña comunidad el día a día está marcado por el destino de la movilización colectiva, que resulta clave para la calidad de vida, en el aquí y ahora.

Plantear el Transantiago a estas alturas puede ser un lugar común. Sus ramificaciones como fenómeno son múltiples. En el fondo se combina un sistema de concesiones fallido, mal gestado, con cláusulas que organizaban un negocio que más bien parecía negociado, pues ha concluido en tener que pagar todos los chilenos, un altísimo subsidio estatal y que los privados no pierdan por ningún lado. Los contratos leoninos para el interés público y que ha debido renegociar el Ministro Cortázar, fueron redactados y aceptados por servidores públicos, a quienes hoy se les pide cuentas, se les exige responder políticamente.

La regla máxima es que la autoridad se delega pero no la responsabilidad, pero el acuerdo de la Comisión Investigadora recogió la propuesta de la Concertación y, con un fuerte dolor de estómago, diputados de esa Concertación gobernante han debido exigir responsabilidades políticas a un grupo de autoridades políticas de sus mismas colectividades, tratando que a Ricardo Lagos le sea leve esta amonestación del Parlamento.

La percepción de un año peor que lo imaginable, plantea en el panorama político muchas hipótesis de cambio. Por una parte, se perfila en el Senado una bancada de independientes para coordinar sus ponencias, en especial con un perfil regionalista. Bianchi, Cantero y Flores conformarían esta suerte de tercera posición en medio del binominalismo imperante. Adolfo Zaldívar, que bien podría sumarse a esa incipiente bancada, sigue sumando apoyos indirectos, de Frei, Trivelli, de su hermano Andrés, que podrían torcerle la mano a Soledad Alvear y su mesa. Las conclusiones de la Comisión Investigadora sobre el Transantiago son un espaldarazo para quien se opuso a seguir financiándolo y se anticipó al exigir que rodaran cabezas.

Adolfo Zaldívar se ve más fortalecido en la medida que se conocen los alcances atenuados de lo que conoció y analizó dicha Comisión Investigadora del Transantiago.. En paralelo, como una nueva caja de Pandora, está sonando la relación de parentesco de Soledad Alvear con Luís Ajenjo, bajo cuya gestión en EFE se adquirió trenes españoles con motores fundidos, denuncia que fue investigada por la Contraloría General de la República y que ha motivado el cambio de conducción en una empresa, a punto de la quiebra.

Objetivamente, el manejo de las riendas del PDC no le asegura a los seguidores de Gutemberg Martínez y Soledad Alvear un éxito electoral, así sean nominados al interior de la colectividad. La rebeldía colorina ha fisurado las bases mismas del binominalismo y con la fuerza alcanzada en esta polémica pública, el electorado buscará en quienes canalizar un voto castigo que será visceral y supraideológico, provocando un fenómeno de dispersión del poder que generará nuevas alianzas y que le puede hacer bien a la democracia porque motivaría a muchos a inscribirse y votar con la bronca acumulada y para decir No a quienes provocaron el deterioro de la calidad de vida de millones de familias de Santiago.

Así, con una inflación peligrosa, con conflictos a flor de piel, con el tiempo agotado como para poder articular una estrategia distinta, la mochila que Lagos le dejó a la Presidenta ha terminado limitando al máximo su margen de maniobra, abriendo paso a esa percepción machista que termina indirectamente socavando las pretensiones presidenciales de Soledad Alvear, cuando se dice que este es un gobierno de corte femenino y se le compara en forma machista y sibilina con la forma autoritaria que usaba Ricardo Lagos. Viendo la historia y los hechos actuales, para Michelle Bachelet la presencia de Lagos ha sido de similar impacto al que tuvo aquella extensa visita de Fidel Castro en el gobierno de Allende. No me ayude, compadre.

15 de Diciembre de 2007



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