Gobierno, civilidad, una luna de miel algo gélida
En el acelerado tranco de los primeros cien días, con dos viajes oficiales de por medio, algunos altibajos en el manejo de las propuestas al legislativo y en medio de las belicosas internas de la DC, el PPD y el PS, el gobierno de Michelle Bachelet parece haber descuidado un elemento fundamental para su éxito: mantener la movilización social para poder generar un cambio cualitativo respecto al gobierno de Lagos Escobar.
La participación ciudadana aguarda su espacio formal en un proyecto emblemático que dejó postergado la anterior administración: el Defensor del Pueblo, un Ombudsman para Chile que con fuerza legal y legítima pueda fiscalizar al Estado y a las empresas que operan servicios públicos, para defender los derechos de las personas, de los usuarios, consumidores y ciudadanos. Era de esperar de parte de la sociedad civil que ese proyecto fuese puesto en el tapete a la primera hora del nuevo gobierno, pero, lamentablemente no ha sido así.
El siguiente temor en la percepción ciudadana es que en la Comisión de Reforma Previsional no están representados los trabajadores. ¿Se les habrá olvidado la existencia de la CUT, de la ANEF, a los asesores gubernamentales? ¿Por qué se les ha excluido si estos organismos gremiales han realizado sólidos estudios sobre la crisis de las pensiones y tienen mucho que decir al respecto?
Finalmente, en materia medio ambiental la señal de
Estas situaciones se han dado en medio de este período de gracia que tiene todo nuevo gobierno para empezar a cumplir sus compromisos electorales. La percepción ciudadana es que la luna de miel del gobierno con la población se enfría drásticamente y la capacidad política de la Presidenta se pondrá a prueba frente a una ciudadanía que espera la concreción de estos requerimientos sustantivos, que permitirán evaluar en forma palpable los estilos del nuevo gobierno.
Una mirada libre a nuestro entorno
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