Este es un espacio de periodismo de análisis y opinión, desarrollado por Hernán Narbona Véliz, Poeta y Escritor chileno. Administrador Público, Licenciado en Relaciones Internacionales, Columnista de diversos medios, miembro de Periodistas Frente a la Corrupción.
martes, diciembre 13, 2005
Arnold Schwarzenegger negó el perdón a Stanley 'Tookie' Williams, quien, sentenciado en 1981, ha sido ejecutado un martes 13, 24 años más tarde.
Williams, de 51 años y raza negra, murió ejecutado por una inyección letal a primera hora del martes 13, último día de su vida, después de haberse redimido de su pasado de pandillero y haber dedicado su vida en prisión a escribir libros para niños en contra de la violencia en las barriadas.
Tookie Williams fue cofundador de los Crips, una de las pandillas más violentas de Los Angeles en la década de los 70, siendo condenado a muerte por el asesinato de cuatro personas, crimen que negó hasta la muerte. La ejecución se produce cuando el reo se había convertido en un hito mundial en contra de la violencia de las pandillas. Los nueve libros para niños que escribió durante su larga estancia en prisión le valieron una nominación al Nobel de Literatura.
Una semana antes de su ejecución había sido propuesto por sexta vez consecutiva para el Nobel de la Paz por su trabajo contra la violencia callejera. Pese a todos los esfuerzos y recursos legales, Arnold Schwarzenegger negó el perdón a Williams.
"Esta noche presenciamos un asesinato a sangre fría, planeado, eficaz, calculado y antiséptico", declaró a las puertas de San Quintín la cantante Joan Baez.
Más allá del debate que se ha suscitado sobre la pena de muerte, en este caso puntual todos los hechos acreditaban que el ex pandillero se había redimido y su perseverancia por la causa de no violencia lo había convertido en un emblemático autor y lider de la no violencia.
Esto convierte su ejecución en un hecho repudiable para la conciencia universal, producto de la soberbia y del fundamentalismo que transita por los pasillos del poder en la superpotencia.
En Chile, en los sesenta, hubo un caso similar. Un vagabundo del campo, analfabeto, borracho, que vagaba a merced de su ignorancia y sus vicios, comete un horrendo asesinato. Largos años tarda el proceso, el hombre aprende a leer, conoce por primera vez la dignidad, se convierte en persona consciente y abandona su estado primitivo en que había subsistido desde niño. Por su crimen se le conoció como el Chacal de Nahueltoro. Después que el hombre había aprendido a respetar la vida y había evolucionado como persona, conociendo a Dios, la justicia de los hombres ordenó su fusilamiento.
Es un caso similar al que protagonizó Williams, quien con profunda dignidad, rechazó todos los ritos de una ejecución y guió a los verdugos para que ubicaran la vena para la inyección letal.
“El Estado de California ha asesinado a un hombre inocente” exclamaron sus abogados, Fuera de San Quintín la vigilia concluía y se abría una nueva página en el terrorismo de estado. Se había cometido un crimen en contra de un hombre que había alcanzado la paz y por su obra dedicada a los niños, su trascendencia. Becnel, editora de los libros infantiles de Williams, aseguró que su cruzada será probar la inocencia del ejecutado.
“Vamos a demostrar su inocencia y, cuando lo hagamos, le demostraremos al gobernador Arnold Schwarzenegger que es él el asesino a sangre fría”, declaró tras la ejecución.
Una mirada libre a nuestro entorno
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