domingo, diciembre 11, 2005

En Valparaíso, el clima ayudó a votar temprano








La vaguada costera entregó un amanecer nuboso, fresco, con una pequeña garúa. Ideal para hacer las necesarias filas para votar, sin sofocones ni desmayos. Los porteños acudieron multitudinariamente y la ciudad se comportó bien, con pocos tacos y un ingreso y salida muy ordenado en todos los locales.

En las mesas se notó un respeto cívico, nadie pretendió hacer una grotesca propaganda de última hora. Los mayores recibieron un trato respetuoso, se les dejaba ingresar sin hacer colas y lo mismo corría para los minusválidos. En el camino por la ciudad, apreciamos que la gente mayor era la más numerosa lo que habla del millón de jóvenes que no se inscribieron.

Tomamos algunas fotografías y seguimos esperando los primeros cómputos. El único papelón cívico lo protagonizó Longueira, que cuando fue a votar a La Pintana, fue pifiado y repudiado con gritos y algún gesto amenazante de un inválido que levantó sus bastones al aire y esgrimió su más frondoso vocabulario. Situación que lo dejó en pie de hacer declaraciones y pasar sus avisos. Feo en todo caso y el único lunar en una jornada tranquila.

Las mesas se constituyeron temprano y por la tarde asomó el sol, quedando los rezagados para el último rato de la tarde.

Una mirada libre a nuestro entorno

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