jueves, diciembre 22, 2005

UN SALUDO PARA TODOS LOS AMIGOS DE LA BLOGSFERA


Cuando la tecnología nos ofrece esta oportunidad gigantesca de comunicación global y gracias a ella podemos enhebrar lazos con miles y miles de personas de cualquier rincón del planeta, no debemos desaprovechar la oportunidad de crecimiento que se nos ofrece. Por ello, entendiendo que el instrumento es neutro, somos las personas las que debemos imprimirle un contenido que valga la pena.

A través de la blogsfera, neologismo que nos ubica en las tendencias de vanguardia en materia de redes, quiero hacer llegar un saludo fraterno a todos los seres humanos que en este período de cambio de folios, frena su vida acelerada y se da un respiro para hacer recuentos y tomar fuelle para jornadas y proyectos futuros.

Para quienes venimos de la época del télex o teletipo y nos asombramos con gigantescas salas de computación que hoy cabrían varias de ellas en un pendrive del tamaño de un llavero, estar en medio del cyberespacio cruzando ideas, polemizando, perfilando historias y persistentes utopías, esta posibilidad tecnológica no termina de asombrarnos. Pero, por eso mismo, quisiéramos aprovechar estos espacios para tender las manos en búsqueda de compañeros de ruta, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, tejiendo sus comunicaciones, buscando fortalecer las propias identidades en la proyección de la palabra compartida.

El año pasado en esta época la humanidad se estremecía por el tsunami de Asia. El año que concluye estuvo lleno de catástrofes y, en ese recuento doloroso, siempre las redes de ayuda, de información, de solidaridad, pusieron una gota de esperanza. Este año, Dios mediante, espero que toda la humanidad pueda encontrar un espacio para las familias, para los afectos postergados, para las emociones que nos distinguen, mucho más que la razón, de los animales.

Elevando una acción de gracias, una oración ecuménica, en cualquier lengua, al alero de cualquier religión o culto, tratemos de unir las energías más pristinas de cada uno para orar por la paz del mundo, por la esperanza de tiempos mejores, por una vertiente de armonía y amor, para seguir bregando en pos de principios, de respeto, de tolerancia y de democracia real.

Es el saludo de fin de año, en vísperas de la Navidad cristiana, extendido a la comunidad mundial, desde esta minúscula molécula de lo global, desde un cerro de Valparaíso, en un barrio patrimonial, que pestañea esta noche con miles de guirnaldas preparando los brindis, los abrazos y los parabienes.

Desde mi aldea al mundo global, como debe ser, Feliz Navidad para todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

!Paz para todos¡





Una mirada libre a nuestro entorno

1 comentario:

patoerratico dijo...

Gracias por tus buenos augurios y muchas felicidades. Espero que sigas siendo el agudo analista, el sensible poeta y un buen amigo de nustro semanario Iquiquexpress.