Murió Pinochet: ha quedado trunca la justicia de los hombres.
Hoy 10 de diciembre a las 14:15 hrs falleció Augusto Pinochet Ugarte. El deceso ocurrió en el Hospital Militar, mientras se encontraba con arresto domiciliario, luego de un repentino agravamiento que sufrió tras una mejoría que había sorprendido, dada su avanzada edad.
Así lo ha informado el Hospital Militar y esta noticia en desarrollo, generará profundas discusiones sobre su funeral. El juicio de la Historia comienza, pero la justicia terrenal ha quedado interrumpida sin poder culminar en una sentencia ejecutoriada.
El Ejército ha anunciado que le rendirá honores militares como Ex comandante en Jefe. El gobierno no rendirá honores como ex Jefe de Estado. Los partidarios de Pinochet han presionado para obtener tal trato póstumo, pero en forma mayoritaria los miembros de la Concertación y la izquierda extraparlamentaria, rechazan esa alternativa, dado el extenso prontuario que ha quedado registrado en los múltiples procesos por crímenes de lesa humanidad por los que se encontraba procesado el ex dictador. A ello se suma el enriquecimiento ilícito descubierto por el Senado norteamericano al investigar las cuentas del Banco Riggs. Por lo tanto, su muerte no borra esos hechos punibles, aunque haya muerto sin haber existido sentencia ejecutoriada en su contra.
Las agrupaciones sociales, los exiliados políticos, los torturados, los familiares de los ejecutados políticos y de los detenidos desaparecidos, todas las víctimas de la dictadura que dirigió Pinochet, hoy lamentan que el dictador haya muerto, ya que esperaban que la justicia alcanzara a sentenciarlo. La estrategia de posponer la decisión judicial que jugaron sus abogados, tuvo éxito y hoy el procesado Augusto Pinochet Ugarte deja un hito de impunidad que llena de vergüenza a los demócratas de todo el mundo.
Una mirada libre a nuestro entorno
1 comentario:
Yo diría que Pinochet fue, en primer lugar, un Traidor. Traicionó a su
antecesor, el general Carlos Prat, quien lo propuso para continuar al mando de
un ejército, hasta ese momento, democrático y constitucionalista. Traicionó el
juramento que le hizo al presidente electo por voluntad popular, Salvador
Allende. Traicionó a la Patria vendiéndola, literalmente, a intereses
económicos extranjeros. Además fue un Dictador, un Asesino y un Ladrón.
Junto a todos los chilenos de corazón me alegra la muerte de un individuo tan
ruin... pero me produce desazón saber que no fue condenado por ninguno de los
delitos de lesa humanidad y comunes que cometió. La responsabilidad principal
en esta consecuencia la tienen los gobiernos de la Concertación, sus
funcionarios y los Partidos que los apoyaron. Que no quepa duda alguna al
respecto.
Los procesos deberían continuar, aunque sea en Tribunales Populares, y llegar
a puerto con condenas ajustadas al derecho internacional.
Héctor Cataldo
Publicar un comentario