Aquella Acuarela
ESTOY CONTEMPLANDO LA plaza del casco antiguo de Varsovia. Es octubre de 1971 y he llegado apesadumbrado, invadido por el horror, con la sensación de haber oído los gritos de millones de espíritus consternados. Fue lo que sentí cuando visité el campo de concentración de Autswitch. Ahora, mientras recorro Varsovia, siento aún la salobre sensación de esas incontrolables lágrimas que escaparon al conocer ese infierno de exterminio. Trato de pensar en otra cosa y me quedo con la música de Fréderic Chopin, a cuya casa museo nos invitaron a escuchar un concierto de piano que, en ese espacio histórico, alcanzó una dimensión muy especial.
Mientras aguardo que llegue la hora convenida, observo las estrellas rojas que cubren los jardines. Se siente en la ciudad el peso del imperio soviético, del mismo modo como lo sentí en Praga. Es que la reciente invasión está latente como espada de Damocles. Hace sólo 4 años que el ejército soviético aplastó la primavera de Praga. De ahí que las estrellas rojas en los jardines sean una advertencia. Los imperios aunque parezcan antagónicos tienen similares dinámicas de dominación.
Estoy en Polonia cumpliendo como funcionario una misión oficial del gobierno de
Dentro de poco, ya en Francia, cumpliré 22 años. Mi compañero de viaje es Arturo Lagos Puccio, sobrino de Osvaldo Puccio, Secretario privado del Presidente Allende. Con Arturo nos hemos conocido en la Dirección de Turismo, donde llegué en comisión de servicio desde el Servicio de Aduanas. El Superintendente de Aduanas, Leopoldo Zuljevic, me envió para colaborar en materias de Aduanas y turismo receptivo con Carlos Lizama, Director de Turismo.
Hasta ahora, los dirigentes juveniles que hemos conocido han sido veteranos funcionarios que superan los cincuenta años, que podrían ser nuestros padres, pero se presentan como miembros de las juventudes socialistas. Lo que se explica si se observa la gerontocracia que maneja el Soviet Supremo de
Cuando pasé por Marsella, pude presenciar la visita a Francia de Leonid Brezhnev, Presidente de
La Plaza del Mercado de Varsovia ha sido completamente restaurada después de la destrucción que hicieran los nazis. Me asombra y conmueve el heroísmo que se testimonió durante la resistencia del ghetto de Varsovia y aquella acometida de la caballería polaca contra los blindados nazis.
Pensando en esto, me detengo frente a unas acuarelas. Compro una, mientras espero la reunión con dirigentes juveniles polacos con quienes iremos luego a trabajos voluntarios, simbólicamente, para la reconstrucción del Palacio Real. Compartimos esa jornada. Les cuento de nuestra participación como profesionales jóvenes en el gobierno de
En este viaje por Europa con Arturo hemos hecho una buena amistad y paseamos por Varsovia, cambiando dólares en el mercado callejero, asombrándonos en las jugueterías, dialogando muy serios con los gerontes dirigentes juveniles de los países socialistas. El otoño amarilla los parques y visto un chaquetón que me protege del frío. Me da risa pensar que soy representante juvenil del primer gobierno latinoamericano que busca construir el socialismo por la vía democrática, incorporando, es mi visión, valores cristianos a ese empeño. Mi trabajo ha sido captar turismo receptivo e inversiones de BITEJ , Oficina Internacional para el Turismo de
En Chile, mientras tanto, el gobierno gana las elecciones municipales, pero las ambiciones de protagonismo de autodenominadas vanguardias revolucionarias, junto a las maniobras de desestabilización que desarrolla la ultraderecha, llevan a la UP a la etapa crucial previa al golpe de estado.
Cuando regresamos a Chile, con valijas llenas de promesas de apoyo, la situación política se agudiza y un dejo de frustración nos embarga, ya que nadie se motiva por nuestros informes, ya que el día a día se va complicando cada vez más. Es el momento en que se divide el Mapu. El Presidente es sobrepasado por los partidos, se rompe la necesaria unidad de dirección.
Como corolario, termino mi cometido funcionario y quedo, como tantos jóvenes de mi generación, viendo que se desmoronaba un sueño, por culpas propias y ajenas.
De esos días intensos, sólo me quedó esa acuarela de la Plaza del Mercado de Varsovia, que ha seguido conmigo por 35 años y que muchos confunden con algún rincón del cerro Alegre de Valparaíso.
03/12/06
Una mirada libre a nuestro entorno
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