En estos precisos momentos, en el Cementerio Parque del Mar, en Con Con, ingresan los restos mortales de Augusto Pinochet Ugarte, para ser cremados en una ceremonia privada.
El Ejército lo despidió con un discurso formal de homenaje que presentó el Comandante en Jefe, General Izurieta, en el cual se destacó su trayectoria militar "dejando para el juicio de la Historia su rol en la política". En paralelo a ese homenaje, en la Plaza de la Constitución se daba cita el pueblo que quería rendir homenaje a Salvador Allende, el Presidente democráticamente electo, a quien Pinochet traicionó para encabezar el golpe, el 11 de septiembre de 1973.
Ha sido una jornada tensa en la que todos, de alguna manera, han experimentado emociones cruzadas. Hubo bronca por una muerte inoportuna. Afloraron viscerales animosidades, la derecha, militarista y soberbia, reclamó funeral de Estado, las fuerzas progresistas se manifestaron con alegría por la muerte de un dictador. Los violentistas se plegaron a las marchas para causar destrozos.
Pero, la verdad, es que Pinochet, huaso pillo, le torció la mano a la Justicia, las instituciones - como decía Lagos- funcionaron, pero a su favor. No fue condenado. La Justicia podrá continuar los procesos en que haya otros involucrados, pero el geronte dictador se escapó una vez más con astucia y no fue sancionado ni con un parte por mal estacionamiento.
En estos momentos la familia espera sus cenizas, las que arrojarán, se dice, en la hacienda de Bucalemu. Después del zepelio viene el tema de su herencia.
¿Quién cobrará las cuentas de Daniel López y los otros tantos alias de Pinochet?
Y si resultaren ciertas las noticias del oro del Banco de Hong Kong - del cual nadie nunca más habló- quien se hará cargo de pesquisar y de cobrar ese dinero?
¿Se extenderá la impunidad en materia de derechos humanos a los delitos económicos que se investigaban?
De cualquier forma, en estos instantes concluye una etapa y a todos interesa dar vuelta la hoja pronto. Aguardan otros temas de interés, como el tema educacional que parece estar en punto de quiebre. Está candente el tema de corrupción, en el cual hay varios parlamentarios requeridos por desvío de fondos para la generación de empleos a sus campañas políticas; viene el informe previsional; deben esclarecerse los juicios que la ciudadanía ha hecho al Puerto de Valparaíso por irregularidades en el proyecto de borde costero; debe aclararse la situación de Obras Públicas donde por corrupción y mala gestión se perdieron este año importantes recursos por obras no ejecutadas, pese a estar financiadas.
Como se puede apreciar la agenda es extensa y luego de esta crisis que le dejó el General a la Presidente Bachelet, sólo un triunfo de Colo Colo puede distender los ánimos.
El fuego recibe en estos instantes los restos de un zorro viejo. ¿Será el inicio anticipado de lo que le espera de aquí en más?
Valparaíso, 12 de diciembre de 2006
Una mirada libre a nuestro entorno
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