sábado, julio 08, 2006

Yo estoy con Francia


¿Quien puede abstraerse de comentar una finalísima como la que viviremos hoy?

En la evidencia más palpable de la globalización más de mil millones de personas estarán hoy presenciando la final entre Francia e Italia.

Si a mediodía nos invadieran los extraterrestres quedarían convencidos de que la religión mundial es una sola, monoteista y se celebra en estos espacios verdes, denominados canchas, rodeados de galerías coloridas donde se expresan las alabanzas a través de reclinaciones rítmicas, denominadas olas, con los rostros pintados de distintos colores para ofrendar a un símbolo redondo que es impulsado por los pies hacia redes sostenidas por sendos arcos.

Un sumo sacerdote oficia como Juez, de negro, vigilando los movimientos que realizan los gladiadores detrás de ese balón de cuero y dos acólitos que cuidan las orillas del templo verde portan banderas que atormentan a quienes se adelantan, mientras otro realiza el control fuera de la cancha, sancionando a los entrenadores cuando se les ocurre gritar "árbitro saquero y para las de tu madre..." en cualquier idioma. Este cuarto sacerdote es políglota y está comunicado en forma inalámbrica con el principal.

Además, el Juez a cargo ritual usa un silbato que llega a las neuronas caninas de los humanos, frenándolos como un golpe eléctrico. Los pecados en el templo se castigan con sanciones de colores amarillo, como reprimenda, y rojo, para quien vulnere la seguridad del adversario o use palabrotas contra la suma sacerdotiza llamada FIFA. Así, la ceremonia funciona en un orden que denominan juego limpio.

Introducir el balón en la red genera euforias, llantos, algunos mueren de emoción y transitan inmediatamente a una dimensión paralela, en donde, si han sido sorprendidos en pecado, por los siglos de los siglos escucharán a comentaristas como Carcuro, que analizan el gol hasta la eternidad. Es el fútbol, balonpié, socker, pasión de multitudes, la más lucrativa industria planetaria que podríamos exportar tranquilamente a la galaxia.

Se suspenden los análisis políticos.

El Papa Benedicto XVI,. Bush, Bin laden, Fidel Castro, Chirac, Chávez, verán el partido. Con pena lo harán Lula, Ronaldino Gaucho, Maradona y Kitchner; israelitas y palestinos harán un alto en la franja de Gaza y mirarán el partido. Quizás la Presidente de Chile suspenda sus reuniones y también vea el partido, no hacerlo la haría caer más en las próximas encuestas por el futbolizado ambiente de Julio.

Hoy a las 15 horas, durante 2 o 3 horas, el planeta respirará un delicioso opio que se llama gol, se apagarán por ese instante los odios, la mala onda. Porque el planeta estará celebrando, como cada cuatro años, un paréntesis universal, que es un pingüe negocio, que muestra hermosas mujeres y sudorosos peloteros, pero establece una burbuja de paz que el mundo necesita. Lástima que sólo dure 2 horas. Lástima que dure sólo un mes la competencia. Ya estamos anticipadamente sufriendo la abstinencia mundialera y guardaremos como relicarios las camisetas y los goles envasados.

Yo estaré hinchando por Francia, por una merecida despedida gloriosa de Zinedine Zidane, el crack francés que ha conmovido hasta a los ET que se asomaron por Berlín el miércoles pasado. ¡Vivre la France!



Para recordar: Francia-Italia jugarán una final inédita el domingo

Por EFE

07/07/2006

Francia se impuso el miércoles por 1-0 a Portugal y jugará este domingo frente a Italia la final del Mundial de Alemania, en Berlín.

Un gol convertido de penalti por el capitán Zinedine Zidane a los 33 minutos dio el pase a Francia a la segunda final de su historia, ocho años después de ganar su primera Copa del Mundo como local en París.

La tricampeona Italia, que había derrotado a la anfitriona Alemania en la otra semifinal y vivirá su sexta final, perdió con Francia en el último choque mundialista de ambos, hace también ocho años.





Una mirada libre a nuestro entorno

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