Las Aduanas son el rostro del país, el primer contacto que un visitante tiene con nuestra gente. En un relieve lleno de contrastes, en las alturas altiplánicas o en los nevados pasos andinos, los trabajadores aduaneros cumplen sus funciones con dedicación y honestidad.
Se los encuentra en los más alejados lugares de fronteras, en los puertos y los aeropuertos internacionales. Asumen su trabajo con responsabilidad y vocación de servicio. Son chilenos orgullosos de su pertenencia institucional. La imagen de la Aduana de Chile en el mundo es de una institución en donde existe rigor profesional; un gremio de trabajadores del área de Hacienda, que mantiene un sólido espíritu de cuerpo, que se ha hecho sentir en los momentos cruciales de la institución.
En los desafíos de la globalización, los Estados deben conjugar la fiscalización efectiva de los flujos de comercio con la simplificación de los procedimientos, para hacer más eficiente la cadena logística, de la cual las Aduanas son un eslabón fundamental.
En la inserción internacional del país al mundo, han surgido nuevos temas sensibles en que los trabajadores aduaneros deben esforzarse para proteger los intereses fiscales y de la nación. Cuidar, por ejemplo, que no ingresen mercancías que puedan dañar la salud de la población, coadyuvando con otros organismos en el cuidado de la flora y fauna de Chile, de su patrimonio cultural histórico y del combate y detección inteligente del tráfico de todo tipo de ilícitos. Detectar la piratería, el tráfico de estupefacientes; colaborar con otros organismos para identificar situaciones que puedan afectar los interese fiscales y de la comunidad nacional.
Los aduaneros han asumido el esfuerzo de profesionalizar su función y convertir al Servicio Nacional de Aduanas en un pivote efectivo de la inserción internacional de Chile. La cooperación aduanera permite abrir cauces sólidos a la integración regional. Las Aduanas integradas están facilitando el turismo y los diálogos en los Comités de Frontera permiten que sean los profesionales aduaneros un brazo concreto de la cooperación regional.
La Organización Mundial de Aduanas, OMA, con sede en Bruselas, es el organismo técnico que fomenta la estandarización de las Aduanas, tanto para facilitar el comercio, como también para fortalecer la capacidad de los Estados para fiscalizar los flujos de intercambio, los cuales aparecen altamente concentrados en gigantescas corporaciones multinacionales. Frente al peso político y económico de tales gigantes, los Estados deben unir esfuerzos para lograr una fiscalización inteligente que proteja los intereses fiscales.
El gremio aduanero ha tenido un rol preponderante en el desarrollo de la modernización y los aduaneros se sienten comprometidos a seguir impulsando los cambios, para lo cual esperan del nuevo gobierno un sinceramiento de las plantas, que se traduzca en asignar al Servicio Nacional de Aduanas una dotación que le permita cumplir con las cargas de trabajo que han significado los actuales volúmenes de comercio exterior. Al requerir recursos para mejorar su función, los trabajadores aduaneros están empeñando un compromiso profundo con la institución, que se traduce en querer hacer bien su trabajo, como servidores públicos competentes.
En este día, como profesional aduanero de toda una vida, quiero rendir homenaje y extender un abrazo afectuoso a mis colegas en Chile, haciendo extensivo el saludo a todos los aduaneros de América Latina y el Caribe, con muchos de los cuales he tenido la suerte de colaborar en el común esfuerzo de la modernización de nuestras instituciones y en el aprendizaje continuo en que estamos empeñados.
Una mirada libre a nuestro entorno
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