Este es un espacio de periodismo de análisis y opinión, desarrollado por Hernán Narbona Véliz, Poeta y Escritor chileno. Administrador Público, Licenciado en Relaciones Internacionales, Columnista de diversos medios, miembro de Periodistas Frente a la Corrupción.
sábado, agosto 02, 2025
¿UNIDAD DESDE LA BASE SOCIAL? ¿HABREMOS APRENDIDO?
lunes, julio 28, 2025
EDUCACIÓN, FASE CERO, UN NUEVO PARADIGMA
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Trayectoria autoral de Hernán Narbona Véliz
sábado, julio 19, 2025
Neoangustias cotidianas frente a la Modernidad
domingo, julio 13, 2025
Responso por la prensa independiente (hace 23 años)
sábado, julio 12, 2025
Las confianzas que debemos recuperar.
miércoles, junio 18, 2025
La Asociatividad es una estrategia de colaboración
Reportaje para la #memoriaciudadana
Experiencias de asociatividad, alternativa de equidad.
Escribo este reportaje buscando conversar de la experiencia vivida en el plano de la cooperación internacional, la cual puede ser importante de conocer por las nuevas generaciones de profesionales. Se busca superar el agobio y demostrar que otro modelo es factible. Que la alternativa de una economía a escala humana, sustentable, no sólo es una urgencia de sobrevivencia frente la concepción depredadora, cortoplacista, que inspira los proyectos en la óptica neoliberal, sino que, además, es posible si se articulan voluntades y compromisos, con lealtad y sueños.
Escribo esta crónica como autor especializado en Comercio Internacional y Negociaciones Internacionales. En un aporte a esta compilación de #LaMemoria , retomo a efectos de este reportaje la experiencia desarrollada como consultor en proyectos relevantes que Chile debe preservar. Hay aristas poco comentadas, quizá por el ámbito técnico jurídico que implica su abordaje, como lo son la Gestión Pública, las Políticas de Comercio Exterior y las Relaciones Internacionales. Creo importante aportar testimonialmente lo que desde estas disciplinas me ha tocado vivir.
Como profesional aduanero, Administrador Público con Mención en Administración Aduanera de la Universidad de Chile, 1970, soy actualmente Especialista Senior en Aduanas y Negocios Internacionales, Valoración Aduanera y Minería. Con 52 años de vida profesional, he alcanzado una expertise que va de lo técnico a lo político, con experiencia en proyectos público privados en diversos países de América Latina y el Caribe. En los dos periodos servidos en la Aduana chilena, sumando 24 años, he asumido roles directivos y de staff. Estuve 10 años en la Gerencia de Exportaciones en el sector privado, en Argentina y Chile; luego 18 años transcurrieron en organismos de cooperación Internacional, desarrollando misiones y proyectos por distintos países de América Latina y el Caribe, compartidos con la Cátedra y la Autoría especializada en Comercio Internacional. Las circunstancias de lo vivido explican esta diversidad. A los 23 años, 1973, hubo que reinventarse y mi decisión fue jugar con mis capacidades en un mundo abrupto que demolía sueños y utopías, pero sin recurrir al exilio ya que eso significaba cortar lazos de manera indefinida con mi tierra y mi familia.
Siempre he tratado de mantener los principios y ser consecuente con ellos. Como exonerado político del Servicio Nacional de Aduanas, a partir de febrero de 1974, mi opción fue insertarme laboralmente en mi espacio profesional y lo logré en Buenos Aires, postulando a través del diario Clarín a sendas búsquedas gerenciales, las que gané compitiendo lealmente . Al volver a Chile, en 1982, asumí recién que estaba en la lista negra de la dictadura, lo cual junto con ser un alto honor, me obligó a buscar opciones a nivel internacional. En el periodo 1985-1995, participo como Consultor del Centro Interamericano de Comercialización, CICOM-OEA, agencia especializada que era en sí misma una alianza estratégica entre el gobierno de Brasil, la Fundación Getulio Vargas y la Organización de Estados Americanos, con el fin de apoyar el desarrollo de proyectos asociativos, cooperativas, consorcios, joint ventures, prestando asistencia técnica a instituciones de gobierno, cámaras empresariales y universidades, apoyando proyectos basados en la colaboración, como facilitador o articulador de entendimientos exportadores
.
En Chile fui parte del Proyecto la Política Internacional de Chile en los Noventa y muchas propuestas basadas en colaboración, industrialización y cooperativismo exportador, fueron despreciados por los gobiernos de la Concertación, por las élites que adoptaron y se aliaron con el modelo concentrador del neoliberalismo. Frente a esta frustración política en el Chile de la transición, volqué mis esfuerzos de Consultoría en ALADI, el PNUD y el BID, desarrollando misiones para modernización aduanera, para generación de políticas públicas de promoción de exportaciones; organización de proyectos asociativos; organización de consorcios en distintos países de la región, en contextos políticos muchas veces de gran riesgo, pero sin cejar en el avance la cooperación con gran mística y compromiso.. Muchas veces vi pasar gobiernos, Ministros de Hacienda y hasta Presidentes de la República, pero como la concepción de la cooperación era de Estado, los buenos programas y proyectos flotaron pese a las turbulencias.
En ese contexto, tuve la suerte de abrir espacios desde la opción asociativa en materia de negocios internacionales y políticas de fomento a las exportaciones. En los 90 el mundo vivía el embate neoliberal. La globalización era el nuevo paradigma. ¿Cómo procurar que las economías intermedias, productivas y manufactureras de mediano porte, pudieran internacionalizar sus proyectos sin ser absorbidos por gigantes globales, buscando un ensamble adecuado a la realidad de las pymes, a una escala humana y sustentable?
El CICOM fue el organismo que sirvió de escuela para las élites empresariales de las cámaras de comercio, a los académicos de ciencias empresariales y economía, para desmantelar los dogmas del modelo global neoliberal, el cual ha procurado enclaves para la extracción de productos básicos. Enseñar marketing internacional a los sectores medios y acompañar sus experiencias reales, diseñar proyectos de oferta exportable, construir canales de comercialización, lograr la inserción en nichos construidos o identificados con una impronta de colaboración, negociación por proyectos, ganador-ganador, con integración de energías públicas, privadas empresariales, académicas, en relaciones de largo plazo y beneficio compartido, todo eso y mucho más fue la experiencia que pude desarrollar desde 1986 hasta el año 2002, cuando me reintegré al Servicio Nacional de Aduanas.
Para lograr una comprensión de la experiencia del CICOM OEA debo recordar el liderazgo del Dr. Juan Luis Colaiácovo que fue organizando una sólida red de expertos que trabajamos con él en el desarrollo de consultorías en toda la región. Desde Río de Janeiro, Fundación Getulio Vargas, la gran amiga Matilde Ellis era el corazón de Centro, pues era quien organizaba los eventos moviendo los equipos de consultores en derroteros logísticos que nos llevaban a localidades rurales increíbles, al mundo de las provincias o regiones interiores de los países, muchas veces en viajes reiterados para ir acompañando determinados proyectos, enseñando a formular esos proyectos de verdad, negociar con los socios estratégicos. Los brillantes y didácticos libros que producía el CICOM, permitieron generar una masa crítica en la dirigencia latinoamericana, con legados efectivos y diversos que le cambiaron la vida a muchas comunidades
Fui parte de esa alternativa en el periodo 1985-1995, como Consultor del Centro Interamericano de Comercialización, CICOM-OEA, agencia especializada que era en si misma una alianza estratégica entre el gobierno de Brasil, la Fundación Getulio Vargas y la Organización de Estados Americanos.
Rescatando casos relevantes y apasionantes, puedo enlistar títulos que después me gustaría profundizar, tal vez en conversatorios interactivos, que puedan ser motivadores para demostrar que es posible la colaboración, la sustentabilidad.
Parto hoy contándoles una experiencia que se ubica en tiempos políticos muy duros para Colombia, pero que se circunscriben a un espacio local, lo que permitió ser una isla en medio de un mar de violencia en ese país.
-El caso triple A de Barranquilla: Frente a una realidad de alta corrupción y mal servicio en Agua, Aseo y Alcantarillado, la ciudad cansada de los partidos tradicionales elige a un candidato que antes había sido cura guerrillero, un militante en la izquierda de Colombia. Pero lo eligen porque es una persona íntegra. ¿Qué hace inteligentemente el nuevo Alcalde? Su legitimidad era su honestidad personal y resultó elegido por un voto castigo a los partidos tradicionales que habían corrompido a la empresa de Agu
Aseo y Alcantarillado, generando una situación insoportable para la población.
¿Qué hace el Cura Bernardo De Hoyos? Llama a los jóvenes profesionales de la Cámara de Comercio, de formación ideológica basada en el capitalismo, y les pide hacerse cargo de una nueva empresa que atendería en la ciudad los servicios sanitarios. ¿Cuál fue la impronta?
Se gestó un proyecto asociativo con la creación de una nueva empresa, la Triple A, que emite acciones. La estrategia fue invitar a la gente a pasar a ser codueños de la empresa que los atendía, realizando una supervisión territorial directa de la calidad del servicio. Con un aporte aplicado en la cuenta mensual, los vecinos pasaron a ser dueños y fiscalizadores de la calidad de servicio, ayudando a controlar el uso de camiones de aseo, el control del agua y el mejoramiento de la infraestructura de la ciudad. En pocos meses esta alianza estratégica funcionó positivamente, el usuario ya no se sintió esquilmado, los precios se manejaron con transparencia, la comunidad asociada en el proyecto colectivo comenzó a sugerir mejoras para la distribución, la calidad del suministro, la mejora de los colectores, en obras que la gente conocía y podía controlar.
Tan bien le fue al proyecto que de la red construida surgieron nuevas posibilidades de cooperación. Las energías de las cámaras empresariales, más la participación activa de la sociedad civil, permitió al municipio superar el pésimo servicio histórico y un clima de confianza mejoró el ánimo de la ciudad. Las negociaciones para convencer a los usuarios de pasar a ser dueños del proyecto y su mejores evaluadores, fueron acompañadas por Consultores del CICOM OEA, entidad que permanentemente apoyaba al desarrollo de los sectores medios de los países. En este caso se apoyó la creación de este proyecto asociativo, a través de la empresa Triple A, en donde los gestores fueron profesionales jóvenes, no contaminados por la corrupción, que trabajan gremialmente en la Cámara de Comercio de Barranquilla y el Municipio que debía entregar servicios de calidad a la ciudad. Superando posiciones ideológicas, se pudo comprometer esfuerzos con transparencia y compromiso con la ciudad.
¿Se imagina Ud. que en vez de haber entregado el monopolio de las sanitarias a empresas extranjeras, Chile hubiese organizado proyectos sustentables con socios usuarios de los servicios, capaces de articular fiscalización y proactividad? Creo que las tarifas serían más bajas, no habría pago de coimas a políticos y el servicio funcionaría bien.
Tengo muchas otras experiencias en organizar Consorcios de Exportación, entre otros, : Chompas de Alpaca de La Paz y alianza estratégica con ONG alemana; productos regionales del Salvador y la organización de góndolas asociativas en supermercados de Miami. La experiencia del Banco Industrial del Perú: promoción de Oferta Exportable PYME y casos exitosos. Enuncio casos en donde la apertura de los mercados permitió apoyar la internacionalización de empresas de mediano porte, que unidas podrían conformar lotes de oferta exportable manejables en mercados identificados, lo cual les permitía funcionar con relativa autonomía en sus exportaciones, soportando las presiones de los gigantes planetarios del retail. Proyectos con un transfondo cultural basado en la colaboración y la reciprocidad. Durante los noventa el Estado abandona la promoción industrial y la asistencia técnica se distorsiona. La banca abandona un rol de promoción de negocios pymes y favorece la concentración económica.
Pese a lo cual, los emprendimientos que nacieron basados en la colaboración han permanecido, sobreviviendo a la desprotección política que han sufrido. En los equipos nuevos, incluso del llamado progresismo, por influencia de su formación, imperan criterios individualistas ortodoxos, menospreciándose la asociatividad o considerándosela como una alternativa utópica. Para quienes hemos protagonizado emprendimientos reales que cubrieron en sus retornos las necesidades del grupo, reconociendo experiencias fallidas, podemos demostrar que, con voluntad política y ética pública y empresarial, otro mundo es posible, sin abusos, en colaboración y transparencia.
Hernan Narbona Veliz Periodismo Independiente @hnarbona en Twitter. 28.09.2022.
jueves, mayo 15, 2025
NO NOS ACUSEN DE POPULISTAS
“NUIT DEBOUT, no nos acusen de populistas”
El populismo es una forma de gobernar que se centra en el clientelismo, en la demagogia que permite captar electores con promesas de bienestar que son imposibles de cumplir, que busca captar adhesión de manera cortoplacista, evitando siempre hablar de deberes, esfuerzo o sacrificio, pero sí de derechos y beneficios.
Cuando la política partidaria está centrada en mantenerse en el poder, las ideologías o las cosmogonías de sociedad pasan a segundo plano. En vez de utopías que expresen visiones de mundo, encontramos un pragmatismo mercantilista que esgrime el marketing electoral, que acuña eslóganes atractivos, que usa discursos híbridos que admiten lecturas diversas con tal de llegar en forma atractiva o engañosa a diferentes segmentos de la población. Los partidos se convierten de ideológicos en instrumentales y controlarlos es el primer objetivo de los animales políticos, pues con ello manejan todo el andamiaje institucional del país.
El demagogo es todo lo contrario de un Estadista. Es un peón del poder que se especializa en encantar multitudes para su propuesta. Se genera así, en el imaginario popular, un producto intangible, que se va estructurando a través de los medios y esto lleva a que se levanten ídolos prefabricados, en una comedia que dirigen los poderes reales que están tras bambalinas. La sociedad mediática es la sociedad de la imagen, la expresión superlativa del marketing político, que genera fantasías de sociedad, lenguaje oficial en el cual se mueven individuos y organizaciones, empresariales o políticas, con obsecuencia al sistema, legitimando situaciones que se alejan definitivamente del bien común o del ideario de instituciones de servicio público que apuntan a ese bien de todos, por encima de intereses particulares.
La globalización agregó a estos escenarios la difuminación de las fronteras y la relativización del Estado Nación, con acuerdos internacionales que buscaron en las últimas décadas consolidar un sistema neocolonial, donde las potencias imperiales dejan de ser otros Estados para pasar a conformar un poder supranacional de gigantescas corporaciones, que postulan su propio modelo de sociedad global, centrada en la concentración de la riqueza, la fuerza y las decisiones políticas y económicas a nivel planetario. En este contexto, se ha ido escamoteando soberanía popular a las sociedades nacionales y su máxima expresión que era el Estado, pasa a ser controlado, ocupado, distorsionado por los poderes fácticos que integran aquel orden mundial corporativo.
Frente a esta realidad, casi desde las catacumbas surgen los movimientos ciudadanos planetarios, que, evitando el anarquismo y el nihilismo, buscan escapar del yugo corporativo, oponiendo corrientes de solidaridad, propuestas contestatarias que llegan a los fundamentos de la pirámide de Maslow, necesidades fisiológicas y de seguridad, como son la defensa de la sobrevivencia, de la tierra, de la vida, de una alimentación sana, de la salud y la educación, para lograr sociedades libres y sustentables, en armonía con el planeta.
Hoy se está desarrollando en la Plaza de la República en París el Movimiento de los Indignados, Nuit Debout (literalmente, «noche en pie» en francés) movimiento social francés surgido el 31 de marzo de 2016 como parte del movimiento contra la Ley del Trabajo —loi travail—, y extendido a otras ciudades francesas. La agenda de puntos que consolida este tipo de movimientos es amplísima, pero, en lo medular, se resume; el agotamiento del sistema de neoliberalismo global imperante. Este movimiento, informal y «sin etiquetas», se propone construir una «convergencia de las luchas». Organizado en comisiones (coordinación, logística, recepción y serenidad, comunicación, etc.), las tomas de decisiones se hacen por consenso en asambleas generales. Estas ocupaciones de lugares públicos recuerdan a las que protagonizaron a partir de 2011 los Indignados en la Puerta del Sol de Madrid, la Generación de los 700 euros en la Plaza Síntagma de Atenas o el movimiento Occupy en Estados Unidos.
En Chile, esta reacción ciudadana es similar, emergente a partir de los propios conflictos que ha causado el modelo y que estamos viviendo agudizados con los fenómenos climáticos que nos han golpeado. Pero, definitivamente, hay un descontento visceral que revienta por doquier.
El sistema oficial dominante, que maneja los partidos políticos oficiales y que juega a mantener el statu quo, trata en forma despectiva a cualquier movimiento alternativo emergente, arrogándose la seriedad, la estabilidad y la gobernabilidad, entre otros atributos. Sin embargo, esos partidos oficiales que comparten amigablemente el poder, participando de los mismos financistas, con vasos comunicantes entre negocios y política, no dimensionaron la fuerza solidaria que pueden alcanzar los movimiento sociales.
La situación presente cruza el movimiento de Chiloé y de resistencia del pueblo mapuche en la Araucanía con los movimientos globales. No fue casual que en la reciente gira por Suecia e Inglaterra, se produjeran funas masivas a la Presidenta Michelle Bachelet. Las redes sociales están actuando y podría darse una participación masiva en las próximas elecciones que se levante con la bandera de voto castigo a los políticos que han estado involucrados en actos de corrupción. Canalizar en las elecciones municipales un voto alternativo que apunte a candidatos jóvenes que tengan un historial de manos limpias, puede ser una respuesta enérgica a las élites apernadas al poder y sus malas prácticas. Así, quienes se acerquen a la línea alternativa que se define en términos globales como rupturista del sistema neoliberal agotado, podrán tener opción de poder, metiendo una cuña en el duopolio que lleva casi 30 años en el poder.
Sin embargo, para evitar la despectiva y descalificadora expresión oficial de populistas, esas fuerzas críticas de la corrupción actual, deben levantar una propuesta económica viable, anclada en el hombre y el respeto a la naturaleza. En este contexto de principios, luchar por rescatar la República, generar relaciones exteriores que recuperen soberanía para Chile, generar políticas de desarrollo dirigidas por un Estado Responsable en vez de Subsidiario, implementando una descentralización política que fije regiones empoderadas, que desconcentren el poder presidencial actual para que se generen en las regiones políticas ambientales de preservación, desarrollo de los sectores medios con estrategias de financiamiento y coinversión público privada donde un Estado Probo vele por el bien común.
La complejidad de consensuar los lineamientos de una alianza popular que no se disperse en voluntarismo, exige que se pueda generar para el país una propuesta de emergencia nacional, donde la unidad se alcance con un pacto social que plantee las grandes tareas y sacrificios que haya que desplegar como sociedad para recuperar dignidad, con libertad y justicia.
Periodismo Independiente, 15 de mayo de 2016 @hnarbona en Twitter.Una mirada libre a nuestro entorno
domingo, mayo 11, 2025
¿A dónde marcha el amigo?
¿A dónde marcha el amigo?
Hernán Narbona Véliz, Valparaíso,10
de mayo 2025.
Con un carrusel de acontecimientos que
se precipitan en los mensajes que postean los personajes de una verdadera serie
distópica, se va articulando la caída o el desmonte de un sistema global, en
donde, desde 1990, tuvimos una superpotencia hegemónica, que impulsó la
globalización, la misma que ahora le pega como boomerang.
En los noventa, el orden mundial,
centrado en la Organización Mundial del Comercio, tuvo el sesgo de minimizar la
injerencia de los Estados en la economía, procurando la desregulación y la transferencia
de soberanía a instancias supranacionales en las que el Estado pierde su inmunidad
y debe ser tratado como un agente económico más, frente a las corporaciones
multinacionales, las que se aseguran así un dominio de facto, que preserve sus
intereses.
Esa ha sido crudamente la
globalización, vestida de la falacia de “libre comercio”, pero escondiendo la
concentración de la riqueza en un conjunto de agentes financieros especuladores,
que están por encima de la economía real, de la industria, la agricultura y los servicios. Nuestro país ha
sido el modelo en que se ha aplicado, dictadura mediante, el neoliberalismo a ultranza, con un cuerpo
constitucional que estableció el Estado Subsidiario, el que ha debido renunciar
a una planificación indicativa mínima, conducente a un desarrollo racional,
porque todo lo que sea negocio debe ser manejado por los privados, por el
mercado.
Sin embargo, en estos momentos
históricos, el propio EE.UU. ha emprendido el desmonte de la globalización,
porque como Estado ha sufrido el vaciamiento de su industria y ha debido
superar las crisis bursátiles sucesivas, en especial la de las sub-prime del
2008, yendo la Reserva Federal al salvataje de la banca, lo cual ha significado
imprimir papel moneda, aumentar desmedidamente el déficit fiscal, emitir bonos
de deuda y colocarlos en los mercados. Esa impresión de dólares sin respaldo,
más la deuda soberana, más una balanza comercial totalmente desequilibrada, con
un gasto en seguridad por el mantenimiento de más de 80 bases militares en todo
el planeta; ha significado que la economía norteamericana esté al borde del
colapso. Trump, en su primer mandato, inició la guerra comercial contra China,
que junto con ser el mayor proveedor de bienes de consumo es, al mismo tiempo, tenedor
de la mayor cantidad de sus bonos soberanos. Cuando en estos primeros cuatro
meses, Trump las ha emprendido con una guerra arancelaria, lo que ha producido en
el mercado interno, es desabastecimiento de mercancías de consumo masivo y el
efecto de una contracción económica interna con precios disparados que amenazan
en el corto plazo con una gran estanflación. Porque los aranceles no van a
hacer aparecer, de la noche a la mañana, una industria sustitutiva de
importaciones, porque Estados Unidos está recibiendo el resultado de su propia
medicina, haber desregulado los mercados de capitales y propiciado la
instalación de empresas fuera de su territorio, porque eso hacía más jugoso el
negocio de sus corporaciones.
En el contexto geopolítico, Trump
busca detener la guerra de Ucrania, pero con la crisis de deuda, que está allí
como espada de Damocles, lo que en definitiva busca es un repliegue estratégico,
volcarse hacia dentro, lo que significaría repatriar industrias a su país, pero
ello es una expresión de deseo, ya que las condiciones objetivas de su mercado
interno muestran una falta de personal calificado para los nuevos estándares de
automatización y uso de inteligencia artificial, donde China ha ganado una
enorme distancia.
La realidad muestra que el mundo
multipolar que quería frenar Estados Unidos, avanza sin pausa. Los BRICS van
ampliándose y China está encarando la guerra arancelaria con venta de los bonos
de deuda y la implementación de sistemas logísticos globales que evitan el
bloqueo de Estados Unidos. Las amenazas que se han escuchado en los escenarios
de la geopolítica mundial, van variando según se va desarrollando la guerra en
Ucrania, oriente medio, India-Pakistán. El Día de la Victoria del 9 de mayo, se
celebró en Moscú, mostrando un amplio respaldo a Rusia de potencias
importantes, como China, India, Eslovaquia, Brasil.
En estos momentos la invitación de
Putin es directamente a Ucrania, a iniciar conversaciones en Estambul el 15 de
este mes, pero sin un alto al fuego antes que esas conversaciones se inicien. Por
otra parte, la asunción del nuevo Papa, León XIV, Robert Francis Prevot,
norteamericano, con segunda nacionalidad peruana, incorpora un nuevo elemento
al complejo tablero mundial y, con su primer mensaje, se percibe un compromiso
por alcanzar la Paz, en la misma línea del Papa Francisco, quien también
intentó mediar para frenar la guerra en Ucrania y la invasión a Gaza.
En Chile, se advierte una falta de
debate público sobre el margen de maniobra que podrá tener el Estado de Chile
en este contexto de cambios profundos en el orden mundial conocido. Somos un
país fenicio, con tratados de libre comercio con más de 60 países, pero todo
eso es ahora incierto. ¿Qué medidas se están previendo para un escenario en
donde las cadenas de suministro se rompen y crecen la incertidumbre y los riesgos
de guerra? ¿Alguien ha explicado lo que
puede pasar con los fondos de los afiliados a las AFP en caso de un colapso en
la bolsas mundiales? ¿Cómo soportar las presiones que existirán de seguro, para
alinearnos en una guerra que no es nuestra y que rechazamos?
Abramos conversaciones desde la
sociedad civil, en este momento crucial.
jueves, mayo 01, 2025
CONVERSACIONES POR LA VIDA
Conversaciones por la Vida.
Realizar el ejercicio catártico de conversar, de romper distancias y esgrimir vivencias, compartiendo historias comunes, inter generacionales, ha buscado romper el síndrome de la soledad, que nos puede sumir en el agobio y la pena. Significa mucho más que un ejercicio de sobrevivencia, ya que es levantar la palabra para construir nuevas realidades, sentirnos que en ese tejido de comunicaciones podemos recuperar libertades y proponer rebeldía. Porque si se sueña realidades para salir del túnel, asumiendo las dificultades y amenazas que enfrentamos, las palabras que cruzamos expresan deseos y aspiraciones que entre todos podemos viabilizar.
Sabiendo que nada de lo que ocurre es casual y que la ciudadanía (entendida como estamento transversal consciente de sus deberes y derechos en la vida en comunidad) tiene el desafío de recuperar su poder de decisión, buscando generar desde la sociedad civil, ideas fuerza que reflejen el interés general, que se esfuerzan por no ser utópicas, sino realistas y de sentido común, aunque apuesten a escenarios que pueden ser de baja probabilidad y que siempre irrogarán sacrificios y generosidad para asumirlos.
En medio de un torbellino, lo más certero es la muerte, pero, procurando imaginar que podemos vencer los determinismos y alejarnos de la fatalidad, con energías extraídas de la fe y la templanza, nos queda el deber de intentar la construcción de un mundo que valga la pena vivir, pensando en nuestros hijos, nietos y bisnietos.
En el ciclo de Conversaciones por la Vida hemos buscado escapar del tedio conformista que puede provocar el confinamiento y compartir sueños pequeños, que en su sumatoria cobran la fuerza de ese espíritu colectivo que no se resigna a la esclavitud y lucha por causas nobles y vivificantes. El sentido común que nos llama a deponer individualismos, conveniencias, cálculos, para trenzar las cadenas de colaboración, de amistad, de valores compartidos, todo lo cual debiera traducirse en mirar a lo elemental, a eso simple que hoy nos falta, a esa libertad soberana que significa cortar amarras y bregar como comunidad por un sistema que sea digno, aunque materialmente sea mucho más pobre que el mundo que nos tenía encandilados.
El sentido de pertenencia a una pobreza digna, solidaria, justa, debe partir desde la base social, para recomponer un tejido fragmentado por el sistema neoliberal, empezando desde esta contingencia un arduo trabajo por la sobrevivencia. En esos términos, volver las miradas a lo territorial inmediato, requiere entender la política mundial y su desarrollo, cómo se están desarrollando los conflictos por el poder mundial y, a partir de allí, tratar de entender que todas las certezas con que partimos el año 2020 se han desmoronado y un tiempo distinto surgirá después de la pandemia.
Ante el surgimiento de un nuevo orden mundial
Estamos presenciando la reestructuración del orden mundial y los países se refugian en sus territorios, asumiendo la fragilidad de la interdependencia en medio de una guerra comercial que ha escalado a una guerra sórdida, en donde se dispersa el poder mundial de los Estados y aparece la ofensiva de los intereses multinacionales, que están por encima de la dimensión intergubernamental, propiciando un gobierno mundial, en donde los países deberán subordinar aún más sus soberanías y sus procesos de integración regional, para resignarse a un orden emergente que consolidaría los intereses financieros globales, lo cual ha sido evidente en el intento por aprobar el TPP11, del cual Donald Trump se salió y en Chile se logró posponer gracias al movimiento social del #18O. Esta realidad no aparece en los medios oficiales porque las mayores cadenas noticiosas del mundo son propiedad de los grupos corporativos que se fusionan en la Trilateral Commission y el grupo Bilderberg, donde se reúnen los hombres más ricos del mundo, para planear acciones que luego implementan a nivel global.
Las masas han sido permanentemente manipuladas, a la vez que reprimidas cuando se han alzado con proyectos que amenacen ese poder mundial. Hoy estamos viviendo una pandemia, pero en sus vísperas, la ciudadanía mundial había recuperado protagonismo político, en Francia, Hong Kong, España, Colombia, Perú, Brasil y Chile. En esta etapa de pandemia, son muchas las preguntas sin respuesta que dan vueltas a nivel mundial. ¿Ha sido el Sars 2, Covid 19 un producto de ingeniería genética? ¿Es una pandemia creada para romper una burbuja creada por los capitales especulativos que son parásitos de la economía real? ¿Existe una acción malthusianista para reducir la población mundial? ¿Es la situación de excepción que vivimos un complemento que permite la pandemia para reprimir la explosión social, negando a la ciudadanía una salida soberana que genere un nuevo orden social que atienda al bien común y termine con los privilegios de las élites dominantes?
Conversar para insertarnos con soberanía y
dignidad en el nuevo mundo
Ser bombardeados por el miedo podría permitir que la gente resigne sus derechos sociales y sus libertades cívicas a cambio de poder sobrevivir a la pandemia y a la etapa ulterior. En la dura realidad enfrentamos una pobreza profunda en amplias mayorías de chilenos, donde los sectores medios se pauperizan, sin tener derecho a ninguna ayuda efectiva de salvataje, es necesario conversar sobre el modo de vida que surgirá después de esto. Y acá es importante la experiencia compartida, el enfoque multidisciplinario y multivariable del problema. Ya el grueso de los chilenos veníamos organizando una salida a través del cambio de la Constitución Política, espacio que se logró en la calle y que la clase política lleno de letra chica y de trampas, pero que hoy está en riesgo, con la excusa de la pandemia y la recesión consecuente.
El gobierno se ha desnudado en su ADN más de ultraderecha y ha buscado criminalizar y apagar la protesta social. En Chile el período cuarentenario, el confinamiento, ha sido en verdad voluntario y las fuerzas sociales, como el Colegio Médico y los trabajadores de la Salud y la Educación, han llevado la voz de oposición técnica hacia medidas tardías o débiles, que han priorizado la continuidad de los negocios, antes que la vida. Y, volviendo a legitimidad del poder a los espacios locales, han sido los Alcaldes los interlocutores más confiables para la población. En términos de medidas de apoyo, las que se han implementado han fortalecido a la banca y los grandes grupos del retail, pero, al extenderse la pandemia, se viene, como pólvora seca, una etapa de desesperación de los sectores desprovistos de ingresos, que ven multiplicar sus deudas y sumergirse en una impotencia de volver a supuestas normalidades. La economía de crecimiento ilimitado ha muerto y lo que ahora se sincera y extiende, es la precariedad de la red social, principalmente para los sectores medios, comerciantes, profesionales independientes y trabajadores por cuenta propia, que arrastran la realidad de venir con una deuda que consume el 70% de sus ingresos.
En función de lo cual, la salida cívica es perentoria y hay que asumir que la reacción se escudará en el régimen de excepción y la pandemia para que ello no fluya. Conversar por la Vida significa enfrentar la cultura de la muerte donde habría chilenos desechables, en zonas de sacrificio, en el campo que sufre la sequía y la usurpación del agua, la que llega racionada por camiones aljibes, todos chilenos pobres, que podrían estar condenados a muerte. Conversar por la Vida es asumir una responsabilidad política para actuar proactivamente para que el engranaje social siga cuidando a los más débiles, preparando en los espacios comunales acciones de protección, como mejoramiento de barrios, desmalezados, sanitización, con personas cesantes que puedan obtener algún mínimo ingreso durante la crisis.
Conversar para un compromiso por la Vida en Chile.
No podemos permitir que el hambre, el resentimiento o la ira, dominen las decisiones del movimiento social, sino tratar de canalizar toda esa energía hacia sentimientos de honesta colaboración, defensa local y autocuidado, integrándonos en las Juntas de Vecinos, Colegios Profesionales, Sindicatos, para ejercer la soberanía popular en ayuda mutua y también en colaboración frente a la delincuencia en los barrios. Es decir, el movimiento social debe mutar de la marcha y el graffiti hacia la acción social responsable, demostrando que no somos una montonera sino una comunidad que asume su responsabilidad y genera espacios para ejercer un poder popular de sentido común, como interlocutores válidos de los alcaldes, sin clientelismo alguno, de manera inclusiva, pero con disciplina, en donde las prioridades que se tomen, se respeten. Una ardua tarea es consolidar y mover de manera ordenda a una ciudadanía que viene enferma de individualismo, anomia y desconfianza. Hacer política desde la base social es un camino lleno de trampas y malas prácticas que se debe erradicar. De esto hay que conversar, con vecinos, profesores, psicólogos, sociólogos, servidores públicos, trabajadores sociales, comerciantes, gremios y sindicatos.
Conversemos por la Vida en todo el engranaje social, partiendo desde las familias, en sus diversas formas y expresiones, en cada grupo familiar, en los diversos niveles, espacios o territorios, partiendo de lo inmediato hasta llegar a un sentido espiritual y planetario de la existencia. Pasar esas dimensiones, significaba que podremos cruzar visiones, por actividades y roles, para hacernos una idea de los escenarios que deberemos enfrentar. Abrir la mente para entender el torbellino. Antes, todos teníamos ciertos grados de certeza, pese a que siempre trataron de manipularnos con el manejo mediático. Conversar significa sentirnos ciudadanos, planteando miradas desde distintas ópticas, pero todos apuntando al interés general.
Sin duda, conversar es difícil al principio, pero el lenguaje crea realidades y de nosotros depende hacerlo, con mente abierta, escuchando, formándonos cada cual su propia opinión, pero buscando comunes denominadores para ordenar la convivencia que viene. Por décadas, hemos sido movidos a la pasividad y el individualismo. Pero en períodos de emergencia, incendios, terremotos y ahora esta pandemia, somos capaces de sentarnos con el adversario y dar una nueva mirada al conflicto, para escuchar y dar razones, logrando ganar en respeto mutuo primero, y en consensos básicos luego.
Los seres humanos hemos asumido nuestra indefensión y la necesidad de recomponer nuestras relaciones humanas como seres gregarios, que debemos colaborar para convivir en paz, en equilibrio. Superemos situaciones de dominación que agobian nuestras mentes y espíritus, seamos capaces de rechazar derroteros no deseados, alcancemos la libertad de no caer más en la obsecuencia, esa doblez espiritual que nos alejaba de los valores que traíamos desde la esencia de nuestras familias y barrios, recuperemos esos valores y principios de respeto mutuo, solidaridad, colaboración y compromiso con el bien común, resignando egos y protagonismo. Conversemos para que cambie el ánimo de nuestros barrios, de nuestra ciudad, conversemos para darnos los abrazos que extrañamos, para sacar todo lo fatuo de la convivencia y forjar entre todos un país para todos, que pueda mantener su dignidad en la comunidad internacional.
Hernán Narbona Véliz, Periodismo
Independiente, 26, Abril 2020.